EVA

CAPITULO III

  - Sin salida -  

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Me encantaría pensar que aún me quedaba otra oportunidad. No sé si es este mundo, o estos oscuros ejerciendo algún poder sobre mí, lo que me hace ser tan contradictoria entre mis pensamientos. Sí, fui yo la que insistió en que aceptaran, para obtener mi propia libertad, hasta que comprendí lo que esto significaba para ellos, o más bien, ellos me hicieron comprender que aquello era algo muy importante no solo para mí. Y ahora, una vez que habían aceptado, me encontraba teniendo un debate mental, pensando que otras posibilidades tengo de escapar. ¿Acaso esos oscuros están en lo cierto? ¿Los luminosos somos egoístas después de todo? ¿Nuestras promesas las cumplimos realmente por nuestro propio beneficio?

La respuesta es no. Los luminosos no son así, yo soy la egoísta. Desde que caí en este mundo me he estado lamentando y creyendo que todo esto era injusto. Siendo más victima por mí misma, que por estos oscuros que se cansaron de creer en la libertad. Cuando la realidad era que todo lo ocurrido, fue un error. Un torpe accidente. Nadie tuvo la culpa. Ni en este mundo, ni en el otro. No puedo arrepentirme por algo que hizo un fallo. Ahora estaba aquí, y mi única opción de salir era liberando a todos estos seres oscuros. La idea me aterraba, porque no podía estar segura de nada cuando ni siquiera los mismos seres, que aceptaron mi ayuda, creen que sea posible el liberarlos.

Solo había una cosa de la que podía estar segura: no dejarme engañar por las apariencias. Todos y cada uno de ellos esconden una pesadilla que los atormenta, que los hace ser quienes son. Y es eso mismo, lo que intentarán algunos de usar en mi contra. Los oscuros no tienen noción del deber o la responsabilidad, así que debo creer más que nada, que habrá uno o dos de ellos, tal vez más, que van a intentar distraerme, o ponerme pruebas con trampas. Debía estar alerta sobre todo con los que tengan el nivel de oscuridad más alto. Y lo último pero más importante: no olvidar las palabras de Baekhyun; eran diecisiete oscuros en total. Aunque yo solo haya visto a dieciséis.

A pesar de que me carcomía por dentro pensar en el último oscuro, supuse que por alguna razón, este ser no estaba presente, y que sería muy natural mi incomodidad sobre donde se encontraría, por lo que seguramente, ellos estarán esperando a que pregunte por él. Así que voy a esperar hasta el final para sacar mis dudas, a menos que se rindan, y hablen primero. Cosa que viniendo de estos oscuros, no sabía que podía pasar. Si serían lo suficientemente desinteresados en explicarme, o lo débilmente ansiosos, como para no poder retener las ganas de soltarlo.

— ¡Escuchen! —Junmyeon se paró al frente de todos los oscuros presentes—. Entre los altos hemos decidido que el refugio de nuestra linda ciervita será en la tienda, desocuparemos todo el espacio y allí levantaremos la estructura —noté, como luego de sus palabras, las miradas de los oscuros mataban el silencio, estaban confundidos, tal vez desconcertados, creo que hasta vi un par de rostros molestos. Mejor no abría la boca en este momento y mejor aún si me ponía a prestar atención a todo lo que tengan para decir.

— ¿Y por qué ocuparíamos toda la tienda solo para tenerla encerrada a esta luminosa? —dijo uno de los oscuros que parecía molesto, descruzando sus brazos y dejándolos a cada lado de su cuerpo.

—Kyungsoo, esa tienda solo la usamos para poner las jaulas —respondió Yixing, quien llevaba bastante rato con un libro entre sus manos. Pasando páginas como si buscara algo exacto.

—Pues apartemos las jaulas a un costado, y en el espacio que queda le armamos lo que se le antoje a la cierva.

—No...—replico Junmyeon—. Es conveniente. Kyungsoo, la tienda es un espacio que le servirá a Eva para moverse —vi como algunas miradas voladoras pasaron a fijarse en mí, que seguía parada sobre los escalones, y enseguida volver la vista al oscuro que les hablaba—. La tienda servirá como portal para que ella entre y salga por cada una de nuestras dimensiones.