*Capitulo 10: El Entrenamiento del rubio*

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-La luz del sol de la madrugada barrió las ventanas de la torre Hokage, mientras su gloriosa forma dorada trepaba lentamente sobre el horizonte resplandeciente. Dentro de su oficina, un anciano contempla lentamente al niño cuya vida parece estar llena de un terrible dolor y una oportunidad maravillosa. Sarutobi sabía que sin embargo Naruto resultó, si sería bueno o malo, ahora dependería de aquellos que habían jurado protegerlo y cuidarlo. Sarutobi había sido visitado por Kurenai el día anterior, quien había propuesto un programa de entrenamiento para que el niño desarrollara sus habilidades y aprendiera a controlar su línea de sangre. Por supuesto, lo aprobó sin ningún problema y ahora Naruto tenía tres shinobis listos para ayudarlo con las pruebas que enfrenta.

-Solo había una cosa que molestaba al anciano por todo esto. Él ya sabía sobre el Yondaime y el abandono por parte de la esta hacia su primogénito, el legado que el joven rubio tenia que sufrir sin la ayuda del Yondaime que dejo el titulo de Hokage asta que su hija fuera Chunin. La vida de Minato Namikaze no era nada para el joven, en comparación sus hijos en el pueblo de Konoha si era más importante la vida del Jinchuriki negado por sus padres, porque al sellar el Kyubi en Naruto también selló su destino en una lucha contra el odio y la crueldad. Sarutobi ya sabía sobre que era hijo del cuarto y lo protegió desde las sombras aun cuando tenia que restablecer Konoha, pero había algo raro.

-Lo que el tercero no pudo entender fue el hecho de que ninguno de los padres de Naruto nunca había mostrado ningún signo de la línea de sangre que el niño parece poseer. Sarutobi había pasado mucho tiempo con su sucesor "y predecesor" y también había conocido a su esposa Kushina Uzumaki en numerosas ocasiones, pero ninguno le había confiado ningún secreto de clan que pudiera sugerir tal habilidad. Sin mencionar el hecho de que ninguno de los dos había mostrado ningún rasgo físico que sugiriera que lo tenían también, como el vínculo emocional de Naruto formado a través del tacto. Solo había otra persona que podría haber sabido acerca de ese secreto, una persona que estaba más cerca de esos dos que cualquier otra persona.

-¿Quizás es el momento de llamar a él de vuelta? Si hubo algún secreto de esa familia, él sería el único que sabe acerca de ese secreto -sabia que no tendría que preguntarle esto ni a Minato, ni a Kushina ya que se intentarían acercar a Naruto por ínteres y eso no le gustaba a Sarutobi.

*Mente de Naruto*

-El frío y húmedo toque del agua que goteaba lentamente cayó del techo, empapándose en el cuerpo de un niño mientras yacía en el suelo inundado de agua. Naruto se despertó lentamente en su abrazo helado por el frío del lugar, una vez más se encontró en los mismos alcantarillados que habían atormentado sus sueños la noche anterior. El joven muchacho se incorporó presa del pánico y se dio cuenta de que los aldeanos crueles que tanto le odiaban podían volver a tratar de dañarlo, pero se encontró de nuevo en la gran habitación a la que había huido antes.

-¿Qué ... qué es este lugar? ¿Por qué sigo viniendo aquí?

-Naruto se levantó lentamente del frío y duro piso, abrazándose a sí mismo en un abrazo cálido mientras se estremecía en la humedad de su ropa. Miró a su alrededor, sus ojos tropezando con la jaula que había visto la noche anterior.

-Sabía que todo era un sueño, o eso pensaba, pero lo que no podía entender era su significado. ¿Por qué su mente quería someterlo a la frialdad y la crueldad que había experimentado a lo largo de toda su vida una vez más? Tal vez él mismo no creía merecer el amor y la bondad que ahora recibía en los brazos de alguien que se preocupaba por él. Los pensamientos de Naruto sobre el asunto se hicieron añicos cuando sus ojos vieron el trozo de papel blanco en el centro de la jaula.

*Naruto, Yami no Kitsune*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora