the (crushing) debt. (part 2)

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Cuando estacionaron el Mustang frente al bar de Shaw, prácticamente todo el precinto estaba allí para presenciar la escena. Por supuesto que nadie se lo quería perder. ¿Jake Peralta, en una cita con Amy Santiago ? No es algo que ves todos los días. Bueno, a decir verdad, también estaban allí por la mención de  honor de Charles Boyle (había protegido a Rosa de unas balas, recibiendo tres disparos en la cola). Pero lo mejor de todo es que la misma medalla de honor que él había recibido, se la habían otorgado a un caballo. Si, un caballo con el rango de sargento, llamado "Manteca de Maní". Obviamente, todos riéndose del pobre Boyle, porque seamos sinceros, ¿un caballo?

-Todos admiren, a mi cita de esta noche, ¡la señorita Amy Santiago!- gritó Jake mientras un coro de aplausos lo seguían.

Charles, que estaba bajo el efecto de la anestesia por su heroico acto, se acercó a Jake, quien estaba admirando a Amy de lo lejos sentado en la barra. -Tremenda noche te espera, ¿no es así?-le dijo en un tono emocionado. -Quiero decir, ¿cuántas cosas preparaste para Amy en esta cita?- le preguntó Boyle. -Bueno, primero iremos a cenar a un lugar que sirven mariscos, no tan barato ni tan caro, y reservé una mesa en el medio para que sea más incómodo todavía. Luego contraté a un coro de niños para que le canten en el medio de Times Square. Ella, y setenta turistas alemanes... finalmente, llamé al zoológico y pedí si podía usar un león. No accedieron, entonces, me dieron el tigre. Todavía no se que voy a hacer con él, estoy esperando a que me llegue la inspiración. -Charles esperó unos segundos y luego le dijo: -¿Sabés qué Jake? En el fondo, toda esta cita elaborada, todo esto que preparaste para ella, es porque muy en el fondo de verdad, estás muy, pero muy enamorado de ella.- Jake estaba convencido que los efectos de la anestesia le habían provocado la sinceridad extrema pero,

¿Acaso Charles tenía razón? ¿Acaso Jake de verdad estaba haciendo todo esto inconscientemente porque Amy le gustaba? Pff...eso no era posible. Toda esta cita era únicamente por haber ganado la apuesta y refregárselo en la cara a ella. El propósito ganar contra Santiago y salir con ella como amigos pero, ¿acaso iba más allá de eso?

Jake volvió en orbita y le contestó a Charles: -¡¿Yo, enamorado de Amy Santiago?! Charles creo que en verdad esa anestesia te hizo mal.- Y así surgía otra excusa al estilo Peralta: utilizaba el humor para tapar lo que en realidad sentía. -Y ahora si me permitís, tengo que continuar con esta cita "totalmente profesional y extremadamente cara" (el tigre no le había salido para nada barato)- dijo él mientras se levantaba de la silla y se dirigía hacia Amy.

Jake pidió silencio y aclarandose la garganta, proclamó: -Señoras y señores, para arrancar esta noche llena de diversión, -él le hizo un guiño a su cita- comenzaremos bailando la danza del Titanic, que claramente no hemos ensayado previamente. -Amy hizo una mueca de desesperación, sabiendo lo que le esperaba- "¡Completamente romántico, Jakey!" gritó Charles desde el fondo. "¡No! ¡Extremadamente vergonzoso!" le gruñó a su amigo. -Ejem, ¿Aceptarías esta pieza, Amy?- preguntó el haciéndose el galán. -Ugh, está bien.- respondió ella. Él la tomó de la mano y la música comenzó a sonar. Todos hicieron una ronda, para que ellos dos quedaran en el centro. Los pasos de baile de Jake eran un desastre, pero se podía ver que lo hacía a propósito. Así bailaron unos minutos hasta que el capitán Holt lo llamó desde lejos.

-Peralta, me acaban de informar que ha habido un robo de una joyería en la calle Barton 380. Necesito que vayas y vigiles a los delincuentes para emboscarlos en el momento indicado. -dijo Holt.
-¿En serio? ¿Justo ahora capitán?- preguntó Jake -Uhm, justo ahora estoy en el medio de algo importante con Amy...-dijo mientras señalaba con la cabeza la escena de Santiago bailando con Scully. -No me queda otra opción Peralta, lo lamento.- explicó Holt.
-Ugh, ¡está bien!- se quejó Jake- ¡Pero llevaré a Santiago conmigo!- exigió él. -Perfecto- accedió el capitán.
Peralta se acercó al lugar del baile y dijo a su compañera: -¡Mi amor!- (se había dado el privilegio de llamarla así sarcásticamente) ¡El deber llama!
-¡Oh, gracias a Dios! -exclamó ella- -Ya no veía la hora de quitarme este vestido incómodo.-

Se encontraban los dos en el Mustang de Jake, con equipamiento policial y binoculares para vigilar movimiento de la joyería. -Entonces, ¿esta fue la peor cita que has tenido?- Le preguntó Jake a Amy. -No, ni un poco- contestó ella. -Definitivamente la peor cita que he tenido fue con el hermano de una amiga, un dentista.- rió acordándose del momento. -Y tú, ¿cuál fue la peor cita que has tenido?- le preguntó a Jake. -Bueno, creo que te paso por bastante, la peor cita que tuve fue cuando la chica se puso a llorar cuando le conté que era de Géminis. -
Un silencio incómodo envolvió el auto.
-Oye, ¿te parece si vamos a esa azotea de allá arriba? Para tener mejor vista claro. - preguntó ella
-Por supuesto- respondió él.

Ya eran aproximadamente las diez y media de la noche. La luna iluminaba la calle solitaria, salvo por una paloma que había entrado en el auto de Jake (las ventanas no se podían subir). -¿Puedo hacerte una pregunta? -dijo Amy-
-Claro- respondió él. -¿Por qué amas tanto ese viejo pedazo de cacharro? Es decir, simplemente es un auto. - Jake suspiró- ¿De verdad quieres saber? -Ella asintió.
-Fue hace tres años. Estaba en medio de una persecución. Tuve que correr once cuadras hasta que agarré al tipo, lo esposé y lo acorralé frente a ese auto. Fue entonces cuando ví un cartel pegado en la ventanilla que decía "En venta". Volví a la comisaría para arrestar al tipo, cobré mi sueldo y regresé para comprar esta belleza- dijo Jake señalando el "pedazo de cacharro", como Amy lo había llamado. Ella escuchaba atentamente el relato de Jake.
-Ese auto significa mucho para mí, siento que no fue casualidad habérmelo encontrado en ese lugar y en ese momento. -siguió él - Y allí fue cuando comenzó mi deuda.
-Deuda aplastante- corrigió Amy.
-Hey! ¡Sí que me conoces!- dijo Peralta con una sonrisa.
No podía creer que lo que estaba viendo. Tenía a la mujer más hermosa que había conocido, con la que había fantaseado toda su vida, frente a sus ojos.
-Oye, hazme un favor. ¿Ves ese bolso negro del fondo? -le señaló él a Amy- ¿Puedes traerme lo que hay dentro?- Amy asintió y cuando abrió el bolso no sabía si reír o llorar.
-Jake, en este bolso únicamente hay dos binoculares y vale mencionar...¡¿un paquete enorme de nueces!?- le dijo atónita a su compañero.
-Ya lo sé, es que hay veces que me da un antojo y bueno, nunca viene mal. -confesó él riéndose de la reacción de ella.
-Dios, ¿sabes cuántas calorias tienen dos kilos de nueces?-
-...Supongo que, no muchas?...
-Jake, cien gramos de estas apenas tienen 655 calorías...
-¡Mierda! Yo sabía que ese vendedor de nueces era sospechoso. Me mintió desde el principio...ese bastardo...- Amy no pudo contenerse de soltar una risita.

Así pasaron las horas, charlaban y no paraban de reírse de las anécdotas de Jake.
Era increíble la química que tenían.
-Hey- dijo él. -Apuesto diez dólares que no puedes hacer esto.
Jake agarró una nuez y la lanzó al aire, agarrándola con la boca.
-Huh? ¿Quieres apostar, Peralta? Entonces, que sean veinte.
-Okay, okay, okay...!- dijo él con su típica voz desafiante.
Amy lo imitó, únicamente que no pudo atraparla. La escena fue tan tierna y divertida que ambos no se contuvieron y se partieron de risa por unos diez minutos mínimo.

Y en ese instante,
en esos veinte segundos,
Jake Peralta se convenció: Definitivamente estaba enamorado de Amy Santiago.

You're not allowed to fall in love with me. [Peraltiago]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora