El pequeño albino - parte 2

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Toshiro sentía la penetrante mirada de las siete chicas y eso lo hacía sentir incómodo, mas sin embargo no demostró más que seriedad en su rostro apenas recuperó un poco la compostura... o al menos trato de ponerse serio, ya que aún estaba asustado por lo de hace minutos.

Las chicas no cabían en sí de lo que veían sus ojos: ¿Acaso a quien estaban viendo justo en ese momento era un niño? ¡¿NIÑO?! ¿No estaban soñando?

-O-oye...-murmuró Lucy de manera apenas audible.

Aún así continuaban en shock y Toshiro comenzaba a inquietarse porque no le quitaban los ojos de encima, aún estando sobre el árbol, sujetado de una rama.

La primera en salir del shock fue Annie, quien puso un semblante frío y se acercó cautelosamente a Toshiro. Éste miró su acción atento, pues no conocía a absolutamente nadie en ese mundo y no le sorprendería si las personas se volvían unas contra otras. Después de todo, ¿Quién sería capaz de mantenerse "normal" cuando acaban viendo cómo sus muertos vuelven a la vida para matar a los vivos?

-Soy la cabo Annie Leonhardt, ¿Quién eres tú?-le dijo y le preguntó de manera seria.

-«Tan fría y directa como siempre»-pensaron las demás luego de salir del shock.

Toshiro pensó seriamente, en fracción de segundos, qué historia podría inventar, pues cuando estaban en el mundo real con Kurosaki asistía a la escuela sin necesidad de tener que inventar mucho.

-Soy Toshiro Hitsugaya.-le respondió de manera seria y educada, como es propio de él.

En eso, la capitana Heartfilia se adelantó y le hizo una leve reverencia.

-Soy la capitana Lucy Heartfilia, un placer conocerte.-le saludó, para luego verlo seriamente a los ojos.-¿Te importaría bajar de allí?-le pidió amablemente.

-¿Por qué debería hacerlo?-le preguntó Toshiro, sin la intención de sonar algo nervioso ni grosero.

-Queremos hacerte algunas preguntas, pero primero debemos llevarte a un lugar seguro. Aquí a la intemperie es muy peligroso.-le dijo Lucy de manera seria y comprensible.

Toshiro la miró seriamente en silencio por unos instantes para luego bajar ágilmente del árbol. Se paró frente a ella y la miró nuevamente serio.

-Me gustaría hacerle algunas preguntas también, si no le molesta.-le pidió cortezmente.

La capitana se asombró de la educación y seriedad que poseía siendo sólo un niño...a sus ojos.
Asintió a su pedido y le pidió que las siguiera, a lo que Toshiro avanzó detras de ellas, sin dejar de estar atento a las otras chicas que los rodearon desde los costados hacia atras y no le quitaban la mirada de encima.

Toshiro trató de no mirar los cadáveres destrozados que estaban desperdigados por todas partes, sintiendo otra vez un mareo pero más ligero que los demás. Entonces sintió que tomaban su mano y volteó a ver sorprendido a una chica pelirosa que lo miraba con una amable sonrisa. Fue cuando recién se dio cuenta de que había estado temblando.

Por seguridad, rodearon el pequeño pueblo hasta llegar al auto, aún con la chica sujetando de la mano a Toshiro, quien incómodo había tratado de soltarse sutilmente pero sin éxito.

Una vez allí, la pelinegra con bufanda roja junto a la rubia de cuatro coletas abrieron dos puertas respectivamente, metiéndose la pelinegra dentro y la rubia sacando lo que parecía ser una manta verde olivo. Se acercó a Toshiro y se la colocó encima ante la confundida pero seria mirada del albino, que apenas y se había percatado de que estaba con un pijama celeste que no sabía de dónde salió y no llevaba calzado.

El camino de los muertosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora