Espera insoportable y lío inesperado

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Matsumoto regresó a su división cabizbaja. Sólo le quedaba dejar las cosas en manos del grupo que cruzó a aquella desconocida dimensión para traer a su capitán de regreso. Con un adicional Ichigo pero él le daba aún más confianza de la que ya tenía.

Desearía poder hacer más pero lastimosamente sólo podía permanecer allí y hacerse cargo de la división mientras continuaba ausente su querido capitán. Aunque no retiraría lo que dijo respecto a darle su merecido por preocuparlos, una vez el albino regresara. Ya vería ese capitán lo que sucede cuando preocupan de más a Rangiku Matsumoto.

Mientras tanto, se pondría a hacer el odioso papeleo, el cual mientras su capitán esté ausente le mantiene la mente ocupada.

Pasó una, dos, tres, cuatro horas.

Cansada, arrojó el papeleo por los aires con desesperación.

-¡Rayos! ¡Ya no puedo más con esto!-exclamó mientras se jalaba los cabellos.

No entendía cómo era que su capitán podía hacer todo eso sin haber querido arrojarlo lejos alguna vez o haber querido quemarlo. Quizás sí lo pensó pero no lo hizo. Era tan frustrante. Ahora sentía pena por él, ya que además, la mayoría de veces, tenía que hacer su parte del trabajo.

Si alguna vez a su capitán le daba un colapso por tanto trabajo, se reprendería severamente a sí misma por tener parte de la culpa al no hacer su parte. Con quitarse el Sake por un día ya sería bastante castigo.

Dejando de lado eso, era bastante tedioso hacer el papeleo, y más aún cuando lo realiza durante más de dos semanas. Teniendo en cuenta que casi nunca realiza papeleos, era comprensible que se hartaría en algún momento.

-Capitán, regresa pronto~-lloriqueó dramáticamente mientras dejaba caer la cabeza sobre el escritorio.

Sin ganas de hacer otra cosa, que no sea del trabajo, se quedó divagando en sus pensamientos. Se preguntaba qué es lo que pudo haber ocurrido para que su capitán, de un día para el otro, fuera enviado a otra dimensión. Pensaba seriamente en el motivo que pudo haber. Sobre Aizen aún no descartaba por completo su participación, puesto que ese sujeto era demasiado inteligente y no sabrías qué esperar realmente de él.

Se preguntaba también el por qué la extraña energía que mencionó el capitán Kurotsuchi sólo se encontraba en la habitación de su pequeño capitán. Kurotsuchi había dicho que eso lo había ayudado a determinar que fue transportado a otra dimensión y a cuál, no exactamente con esas palabras pero así se entendió. No podía comprender por qué alguien querría llevárselo a un lugar tan lejano.

Además descartaba el hecho de que su capitán supiera algo, ya que desde el inicio de la mañana hasta cuando se despidió para ir a descansar, era todo normal. No recordaba haberlo visto actuar raro ni nada, tampoco los días anteriores. Todo era simplemente normal, hasta que su capitán desapareció de pronto.

Levantó la cabeza del escritorio y lo golpeó con fuerza con el puño.

-Si alguien le hizo algo a mi capitán, juro que lo despellejo como a una gallina.-dijo en voz alta con una sonrisa macabra.

Al rato Matsumoto decidió salir del Escuadrón y se dirigió al Octavo a beber con el capitán Kyoraku.

-Oh, Matsumoto, qué sorpresa. ¿Vienes por unas copitas?-preguntó el excéntrico capitán mientras agitaba una botella de sake.

Se encontraba acompañado del capitán Ukitake, quien le sonrió amablemente a la pelinaranja.

-Si no hay problema, me gustaría unas copas, capitán.-comentó con una pequeña sonrisa.

El camino de los muertosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora