Paper Heart | Seventeen (JiHan)

Parte 5

Especial Verkwang (Parte 1)

Hansol caminaba tranquilamente por el pasillo de la escuela, no tenía realmente nada que hacer, la verdad no conocía a muchas personas de ese lugar, pero no porque no quisiera conocerles, es que realmente las personas se habían vuelto una molestia. La mayoría de ahí eran unos fastidiosos que solo deseaban ser amigo del americano nuevo. 

¿Podía ser más patética su vida? Era un extranjero solo en la secundaria. 

Hasta ahí todo bien, tal vez podía soportarlo.

Y todo se debía a un chico de gordas mejillas que lo hacía sonreír cada vez que lo veía pasar cerca de su persona. Esa persona cuyo nombre era Boo Seungkwan. Un chico con temperamento difícil pero igual de adorable. Iban en el mismo curso, era algo escandaloso, y siempre iba acompañado de sus amigos Seokmin y Soonyoung. No parecían callar nunca, hasta los maestros debían regañarlos a mitad de clases porque sus risas se hacían escuchar, muy a lo lejos. De todos modos Seungkwan era uno de sus compañeros más inteligentes, porque a pesar de todo mantenía el mejor promedio seguidos Seokmin y Soonyoung.

  Bien, todo hasta ahí era genial, pero no podía si quiera acercarse a saludarlo. Lo veía y quedaba en blanco, pero... ¿Cómo podía acercarse al chico? Ni si quiera sabía si tenían el mismo gusto por las cosas. 

Hansol era hasta cierto punto un fiasco en las relaciones, nunca podía hacer algo bien cuando de pareja se trataba, en especial con Boo. Pues cada vez que éste le dirigía la palabra tartamudeaba como un estúpido y el chico le quedaba mirando con una ceja enarcada.

    —  Hansol. Hansol... ¡Hansol! 

Y fue un grito quien lo sacó de sus lamentables pensamiento. Ahí al frente, se encontraba su nuevo amigo americano, Joshua. Quien le miraba con rostro divertido. 

— Si lo sigues mirando de ese modo se va a dar cuenta. ¿Sabes?

—  ¿Eh?

—  Boo.

— Yo no... Yo no lo miraba. 

Pero Joshua solo rió con diversión ante la forma en la cual negaba lo obvio, maldición... Sí, estaba mirando a Boo  Seungkwan, pero es que el maldito mocoso era tan lindo. 

— Ya para de mirar y hablale de una vez. Seungkwan no muerde. Es agradable.

— Claro. Lo dices porque no te sientes de piedra cada vez que te habla.

— Vamos, Hansol. Hasta que no le hables nunca vas a superar esto, y él es un buen chico... Vale la pena arriesgarse. 

Hansol se quedó en silencio, meditando las palabras de su amigo. Puede que tenga razón y deba hacerle caso. 

Cortito y bonito.