Segunda parte

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Ya habían finalizado las tres primeras horas, en las que no le quitaba el ojo de encima a mi “nervioso, tierno, tímido, pequeño, achuchable y violable chico”, y ahora nos dirigíamos todos al patio.

Cuando salí de la clase, noté como si faltase alguien.

Me asomé por la puerta y lo vi. Ese 'adorable y todolodemás' chico se encontraba todavía sentado en su puesto, mirando por la ventana. Sin dudarlo, me acerqué a él y le toqué el hombro. Dio un pequeño salto y me miró algo asustado.

-¿Qué haces todavía aquí, pequeño?- le pregunté con mi típica sonrisa.

-Emm… bueno, yo…- comenzó a balbucear nervioso.

¡Mon dieu, hasta su voz era hermosa! Hablaba un poco más bajo de lo normal, pero su voz era muy suave y podría confundirse fácilmente con la de un niño. Ya me lo imagino *censurado* mi nombre hasta gritarlo de *censurado*.

-Alguien como tú no debería estar solo- continué diciéndole, viendo como sus mejillas se teñían ligeramente de carmín- Si quieres, puedes enseñarme el instituto.

-No… no quiero ser una molestia para usted…- me contestó cabizbajo.

-“También es modesto y educado”- pensé añadiendo esas dos palabras a mi lista mental de cosas buenas sobre ese chico de ojos amatista, mientras que la lista de defectos estaba vacía- No eres una molestia, Ma Chérie- le dije mientras le agarraba el mentón y hacía que me mirase a mis ojos azules- Lo que más me encantaría en este momento es que me acompañases. Pareces muy amable y cortés “aparte de violable”, por eso prefiero estar contigo antes que con otra persona- le dije sinceramente, sin apartar la vista ni un segundo de sus hermosas orbes moradas.

El joven ‘gran-lista-de-cosas-buenas-sobre-él’ se sonrojó más de lo que estaba antes, haciendo que se viera mucho más adorable. ¿Cómo sería ver ese sonrojo mientras *censurado*?

-De… de acuerdo- respondió desviando la mirada (No podía desviarla mucho porque todavía tenía agarrada su barbilla)

-Merci, mon ami- le dije mientras salíamos del aula- Por cierto, todavía no me has dicho tu nombre- recordé.

-…- se quedó callado unos segundos- Matthew… Matthew Williams…- me respondió casi inaudible, pero, para mi suerte, conseguí escucharlo.

-Encantado de conocerte, Ma Cherié Matthew- le dije con una sonrisa.

._._._._._._._.

Terminó de enseñarme el instituto justo cuando sonó el timbre, dando por finalizada la hora del receso. Casi todo el camino estuvimos en silencio, excepto cuando Mattie me decía donde quedaba cada aula, pero gracias a eso, pude examinarlo mejor: su comportamiento, su forma de andar, como se mueve ese mechoncito suyo a cada paso que da… Nunca había conocido a nadie tan perfecto como lo era el pequeño Mattie.

Entramos a la clase los primeros y nos fuimos a nuestros puestos. Matthew se sentó mientras que yo seguía de pie.

-Gracias por enseñarme el instituto, Mattie- le agradecí mientras lo miraba atentamente con una sonrisa.

-… No- me dijo de repente, sorprendiéndome por su negación- Soy yo… quien debe darte las gracias…- me quedé confundido- G-gracias por… estar conmigo- dirigió su vista hacia mí y me sonrió ligeramente con un gran sonrojo que adornaba su bella cara. Mi corazón dio un brinco.

Mon dieu… Es la primera vez que lo veo sonreír en el día de hoy, pero me alegra el haber podido verlo así.

Su sonrisa era preciosa y con ese hermoso color rubí en sus mejillas, se veía más que adorable.

Hetalia "Siguiéndote" (Franada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora