Capitulo 4

118 132 1
                                    

No importaba a donde fuera, no importaba cuántas horas pasaran, no lograba encontrar a nadie.

Por la posición del sol podia decir que faltaban pocas horas para que anochesca.

Aún tenía el papel donde aparecían las letras de mi madre, no dejo de revisarla por si aparece algo.

Esto era muy agotador, me deshidrataba tan rápido que me veía obligada a ingresar a las casas de mis vecinos para buscar botellas de agua.

El supermercado se encontraba muy lejos de esta zona, no se donde es, ni se cómo llegar.

Ya es de noche y tuve qué esconderme en un bote de basura, no dejaba de escuchar como esas criaturas se arrastraban por el pavimento rugoso, dando vueltas en el mismo lugar sin ser concientes de sus acciones.

Me preguntaba si solo esto sucedia aqui, me decia a mi misma infinidades de preguntas que el tan solo querer responderlas me entraba una fatiga molesta.

Recuerdo que mi abuelo me dijo que yo era su luz más preciada que había llegado a su vida, que siempre estaría para mí, aún si él dejará de vivir siempre estaría a mi lado guiandome por el buen camino.

----abuelo estas conmigo ahora?----digo en un susurro esperando respuesta alguna mientras otra sensacion queria acercarse a mí.

Mis parpados no lograban obedecerme al no querer dormir y sin ser conciente de ello, caí dormida en un sueño profundo ignorando por completo la suciedad y el desagradable olor de los desechos descompuestos que fueron arrojados en este lugar.


Un zumbido que provenía del interior de mi boca logro despertarme provocando que me tragara al bicho que yacia dentro sin darme la oportunidad de escupirlo, no lo mastique así que no importaba.

Me quede mirando un punto fijo y ese fue el cielo que me decia que ya amaneció, salí del bote sin temor sabiendo que esas cosas no estarían rondando a estas horas del día, mis pies de inmediato se hundieron en lo que parecia ser nieve.

-----nieve.... en verano?----dije confundida mirando la nieve por varios segundos, entrecerre mis ojos desviando los recuerdos melancolicos que querian apoderarce de mí sin permiso.

La temperatura había descendido sin previo aviso, hacia demasiado frío, mi cuerpo temblaba por no tener la ropa necesaria para este clima. Las manchas negras que aparecieron en mis piernas se expandieron por mis dedos queriendo llegar a mis hombros, no le tome importancia porque el frío que me abrazaba no me dejaba pensar con claridad.

Intente ingresar en la primera casa que se me cruzara pero las puertas no lograban abrirce por estar atoradas.

Me comía el frío a cada paso que daba y segui caminando sin tener un objetivo en mente, sin saber que hacer.

Polvo Eres y Polvo SerasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora