Capitulo VIII

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Es domingo.

Estoy en mi casa acostada, viendo televisión y comiendo palomitas de maíz.

El viernes.

Terminó siendo un caos total. TOTAL.

Luego de que Lukas golpeara a Leonard, este último le devolvió el golpe, y bueno, terminaron revolcándose en el piso, yo solo me aleje, los observe por un rato y luego me fui, llegue a mi casa súper tarde, luego de darme una ducha apague el teléfono y me acosté a dormir, me desperté el sábado a las tres de la tarde y no he hecho absolutamente nada con mi vida, no he hablado con Will y no tengo ni la más mínima idea de que paso con los otros dos.

Termino de ver la película que están pasando en televisión, me levanto del mueble y voy a la cocina, saco de la nevera una cerveza, pues no hay más nada y en verdad no tengo ganas de salir a comprar nada, tomo un cigarro de la caja de la encimera de la cocina, un encendedor y me siento en el mueble que está en la ventana, es algo así como mi ventana de lectura, y es buena para fumar porque todo el humo desaparece de una vez.

Termino de ver la película que están pasando en televisión, me levanto del mueble y voy a la cocina, saco de la nevera una cerveza, pues no hay más nada y en verdad no tengo ganas de salir a comprar nada, tomo un cigarro de la caja de la encimera ...

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Saco mi celular del bolsillo de mis shorts y lo enciendo desde el viernes, bueno, sábado en la madrugada. Lo dejo en el cojín mientras voy a buscar la caja de cigarrillos, cuando vuelvo tengo un montón de llamadas, de Lukas, Leonard, y un par de mensajes de Will preguntando qué ha pasado conmigo, decido llamar a Will y explicarle mi fin de semana, pero cuando lo hago, su número solo repica pero no contesta.

Aunque no quiera necesito hablar con Leonard, pues deje mi cartera en su coche, asi que lo llamo.

-Dakota-Su respiración esta agitada, como si estuviera haciendo ejercicio.

-Hola Leonard.

-¿Cómo estás? Me tenías preocupado...-Suspira-Te llame mucho...Yo...Lo siento por lo del viernes.

-Necesito mi bolso, lo deje el viernes en tu auto.

-Claro, te lo llevo a tu casa, dentro de un par de horas, ¿te parece?

-Sí, te espero-Y cuelgo.

Termino de fumar el tercer cigarrillo y cuando me paro de la ventana suena mi móvil, cuando lo saco de mi bolsillo, es Lukas, y sabiendo cómo puede llegar a ser de insistente, le contesto.

-Por fin me respondes, ¿Dónde estabas? ¿Qué había pasado contigo?

-Si me vas a regañar te cuelgo.

-No, no, espera, estoy preocupado, el viernes te fuiste sin avisar y... creí que te pudo haber pasado algo, ¿estás bien?

-Claro que estoy bien.

-¿Dónde estás?

-En mi casa.

-¿Puedo ir?

Déjame enamorarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora