Piedra, papel o tijeras.

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Yo nunca entendí porque lo que tanto se ama, un día se vuelve rutina. Supongo que tiene que ver con todo el panorama en general, en las perspectivas de las cosas. Un día puedes estar desesperado por no tener trabajo y al otro sufrir por los improperios que te hace pasar tu jefe. Lo sé, tal vez no tenga nada que ver una cosa con la otra, especialmente porque en mi caso, la rutina se convirtió en parte de mi día a día... en el amor.

Ese plano sentimental que me ha dado tanto alegrías como desventuras y tristezas. Leer aquel artículo del periódico me hizo reflexionar momentáneamente en la situación actual de mi vida amorosa, la cual es escasamente nula. Pero tampoco quiero que se sientan mal, el trabajo absorbe gran parte de mi tiempo actualmente, así que básicamente no tengo tiempo ni para pensar en romances.

Aunque dicho artículo también me dio la posibilidad de recordar aquella primera experiencia. La primera vez que con el cuerpo tembloroso me dejé llevar por la pasión, al lado de quien entonces era la persona más importante en mi vida...

— Ya dinos Ravi ¿ustedes ya lo hicieron? — preguntó Jae Hwan mi mejor amigo.

— No voy a responderte eso — dije tajante.

— ¿Por qué no? No seas malo, yo si te conté cuando estuve con Soo.

— Si, y con Yura, Hyunji y ¿Cuál era el nombre de la chica morena? Él que tú seas demasiado comunicativo no quiere decir que yo tenga que ser igual.

— ¡Pero que aguafiestas eres Larva!

Por supuesto que no pensaba decirle absolutamente nada a Jae de mi relación con... bueno, para estas alturas de mi vida ni llorar es bueno.

Pero prosiguiendo con mi relato, recuerdo que estaba por cumplir los 18 años, ya había tenido un par de romances nada duraderos, y por ende aún no me había llegado al corazón quien me motivara a hacer el amor; porque para mi no solo se trata de dos cuerpos uniéndose en un acto carnal para volverse uno, sino una conexión sumamente especial. Pueden tacharme de romántico o loco, pero justo así es para mí.

Sin embargo, el ser bisexual tiene sus ventajas, porque uno no tiene porque tratar de elegir sobre un género en particular, por eso quiero hablarles de la primera vez que me enamoré profundamente de otro hombre.

Comenzando siendo amigos, ya que al ser una persona bastante sociable, mi círculo de amigos era bastante extenso y el que ambos jugáramos para el mismo equipo de básquet ball, provocaba que eventualmente pasáramos demasiado tiempo uno al lado del otro.

El pasar casi nueve horas a la semana juntos, contando horas de clase y prácticas después de la escuela, daban como resultado el que lo llegáramos a saber todo del otro, incluyendo el hecho de que ambos éramos vírgenes.

La primera vez que nos besamos fue un tanto raro, porque no estábamos solos. Ese día habíamos acompañado a una amiga hasta su casa, su hermano no había podido ir a buscarla y yo como todo un caballero, me ofrecí a acompañarla. Así fue como terminamos caminando los tres, conversando trivialidades. Pero cuando nos despedimos de él, ella se acercó para en broma besarle la mejilla, ambos hicimos el tonto por aquella acción y terminamos rozando los labios del contrario.

En ese momento no supe reconocer el cosquilleo que se formó en mi estómago por dicho suceso, pero por supuesto ese casi beso, solo propicio el inicio de muchos más. Con lo cual dio como resultado el que termináramos siendo pareja tan solo un mes después "solo por experimentar".

Yo realmente lo adoraba y he de suponer que él también a mí. Nuestra relación se fortaleció en formas que hasta la fecha me hacen estremecer. Recuerdo que cuando solíamos estar solos nos gustaba darnos nuestros piques mutuamente, y arreglábamos nuestras diferencias de la forma más madura que podíamos pensar, jugando piedra, papel o tijeras.

Virginidad [Vixx]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora