Esto es una historia de terror. Casi todo lo que ocurre, excepto los sucesos paranormales, han ocurrido en la vida real.
Un día estaba paseando con mis amigos cuando se me ocurrió ir a una delas casas abandonadas que hay al lado del parque fluvial de mi ciudad. Aquella casa me fascinaba, siempre la veía cuando iba a hacer footing por el parque y tenía muchas ganas de entrar. A mis amigos les pareció buena idea, ya que era de noche podríamos vivir una experiencia muy buena. Así pues, nos dirigimos hacia allí.
Era una cálida noche de otoño e íbamos tres chicas y dos chicos.
Cuando llegamos a la casa pudimos ver como era de verdad. En la parte de la izquierda estaba los restos de una casa que había estado pegada a la otra casa más grande, que en sus tiempos debería de haber sido un bar o un restaurante. Por delante de los restos de la casa había un pasillo repleto de plantas que habían brotado de las paredes y también una pequeña habitación con una puerta cerrada. A la derecha de la zona del restaurante había un patio enorme, los restos de un pozo y dos casas más que también estaban derruidas. La zona del restaurante era la más tétrica, pues esta tenía un techo que en alguna zonas se había hundido y que evitaba que entrase las luces que llegaban del parque.
Lo primero que hicimos al llegar fue entrar en los restos de la casa dela izquierda. Yo iba con las 3 chicas mientras que el otro chico investigaba por su cuenta. Una de ellas se paró, apuntó con el flash de su móvil a una esquina en la que no había aparentemente nada y preguntó que había ahí. Nosotros nos quedamos desconcertados, pues no había nada. Ella insistió y en un momento dado pegó un chillido que fue acompañado de los chillidos de las otras dos chicas y un escalofrío mío. La chica se empezó a reír diciendo que no había nada. Nos había tomado el pelo. Entonces se fue a investigar por su cuenta mientras el otro chico volvía hacia nosotros.
Nos pusimos a investigar los cuatro la zona del restaurante. Mientras mi amigo se adentraba un poquito con una de las chicas, yo me quedé fuera con otra esperando a que volviese para pasar a la siguiente parte. Después de unos minutos la chica que iba conmigo nos preguntó donde se había metido la que nos había asustado antes. La llamamos para que apareciera, pero no respondió. La buscamos durante un momento por las zonas cercanas sin resultado, así que opté por llamarla. Su móvil estaba encendido, pero no lo cogió. Avisé a todos de esto y empezamos a buscarla por todo el recinto.
En los mismos grupos que estábamos cuando desapareció, nos pusimos a ver el patio y las otras casas de la derecha, mientras los otros dos revisaban el interior del restaurante. Cuando terminamos volvimos ala casa de la izquierda y el chico dijo que aquello no tenía gracia y que dijéramos donde estaba nuestra amiga. Nosotros no lo sabíamos,por lo que ellos continuaron con su búsqueda en el interior del restaurante.
Justo cuando nos íbamos a ir nos percatamos de que del pasillo lleno de plantas salía la luz del flash de un móvil. Llamamos a la chica para que viniera con nosotros y se dejara de jueguecitos. Como no nos hizo caso fuimos hacía el pasillo, el cual no tenía salida. Y no había nadie.
Algo extrañados, fuimos a explorar el exterior de la casa y cuando estábamos justo por donde estaba el restaurante alguien me llamó al teléfono. Era mi amiga. Respondí a la llamada y solo escuché una combinación de sollozos y una risa tímida que no parecían suyos mientras de fondo se oían a los otros dos llamándola por la zona del restaurante. La llamada duró sólo unos segundos y se cortó.
Rodeamos el resto de la estructura y cuando estábamos girando la esquina para ir a la puerta por donde se entraba al restaurante oímos un chillido que era la voz de mi amiga y posteriormente los gritos de los dos que estaban en el restaurante, que salieron corriendo de la construcción.
Detrás de ellos apareció nuestra amiga riéndose otra vez.
Nos explicó que se había escondido en el pasillo y que cuando la estábamos buscando se subió a una planta que tenía el restaurante encima de la cual no nos habíamos percatado ninguno de nosotros.Cuando salimos para decir que no la encontrábamos bajó y se escondió en el restaurante, donde esperó a que los que exploraban se acercaran para asustarlos. Le dije cómo había hecho lo de la llamada sin que la oyeran los del restaurante y me dijo que no había hecho ninguna, porque el móvil se le había caído por uno de los agujeros que llevaban al suelo.
Fuimos a buscarlo. Antes de empezar a andar se me hizo ver algo que brillaba levemente que atravesaba el restaurante con mucha rapidez, pero no le di importancia, creí que era un efecto de la luz del parque sobre mis gafas.
Cuando llegamos, el móvil estaba sorprendentemente intacto y sutilmente colocado sobre una piedra boca arriba. En la pantalla tenía lo que parecían ser manchas de polvo rojizo y blanco con forma de dedos.
Justo en ese momento, a todos nos llegó un mensaje a nuestros móviles. En el grupo de whatsapp de que teníamos tenía un mensaje de nuestra amiga, enviado justo en el móvil que acabábamos de encontrar. En el mensaje ponía: "Gracias por jugar al escondite conmigo, pero no habéis sido capaces de encontrarme. Me he divertido mucho. A la próxima esforzaos más ;)".
Y volví a oír aquella risa combinada con sollozo.
Se acabó la historia. La llamada si que ocurrió en verdad, y si que fue mi amiga. Eso es todo lo que hay que decir.
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Las Crónicas De Un Tipo Corriente
HumorAnécdotas de mi día a día que quiero contar por aquí (Aunque a nadie le va a importar).