Mis ojos pesan. Creo que ya me cansé de tenerlos cerrados tanto tiempo...
—Qué frío. Vuelve a taparte, Breet —Aquella voz suplicante con ese toque adormilado me hizo sobresaltar. Abrí los párpados al momento de darme cuenta de que no habían sido imaginaciones mías. Había alguien detrás de mí —No hagas que te tape yo.
No puede ser.
No, no, no.
Tenía ganas de gritar. No podía creer que alguien estuviera hablándome como si me conociera de toda la vida, y menos aún que un hombre estuviera en mi cama hablando —suplicando, concretamente —que me volviese a tapar con la sábana, la cual notaba mucho más diferente que hace unas horas, cuando me fui a acostar. Además, la luz de la habitación también era diferente. No cruzaba mi rostro de la misma manera cegadora.
¿Seguía siendo de noche?
—Breet, concéntrate —. Mi voz interior me había asustado. Parpadeé un par de segundos hasta que fui consciente de que estaba hablando conmigo misma y no con otra persona. Había sonado tan real... —Ese chico es el problema central ahora, no la luz de la ventana.
—¿Y qué hago? Me da muchísimo miedo girar la cabeza y encontrarme con alguien que sé que no es mi hermano pequeño.
Por supuesto, toda esa conversación la estaba teniendo dentro de mi mente. No quería que quien quiera que estuviera ahí atrás pensara que estoy loca. Qué bonita primera impresión se llevaría de mí si eso pasase.
—¿Y si es un secuestrador y me ha raptado con el propósito de violarme? ¿¡Y si ya lo ha hecho!? —Mi voz salió mucho más aguda de lo que pretendía y llegué a pensar que se me habían roto las cuerdas vocales.
Era evidente que me estaba haciendo pis encima —del miedo, no literal —por pensar que un desconocido me había podido tocar sin permiso.
—No estás desnuda, así que relaja las tetas —Sentí cómo mi otro yo sin nombre rodaba los ojos, vacilón —. Yo creo que será mejor que salgas de la cama y te alejes de él todo lo posible hasta que sepas qué es lo que está pasando aquí.
—Bien —. Dispuesta a hacerle caso a mi subconsciente, intenté levantarme cuidadosamente de la cama sin dejar de darle la espalda a aquel chico que, seguramente, al haber notado lo que estaba por hacer, abrió los ojos y se me quedó mirando, pues me empecé a sentir observada.
—¿A dónde te crees que vas? —Y justo en ese momento, palpé por primera vez cómo era sentir el calor de un cuerpo diferente al mío; cómo era tener a mi amor platónico totalmente inalcanzable frente a mi cara.
Lo miré a los ojos unos segundos, sin dar crédito a lo que estaba ocurriendo. Poco a poco, empecé a sentirme muy poca cosa por estar a su lado, y cuánto más me acercaba a él con sus brazos, más pequeña me creía hacer.
Había conseguido pararme unos instantes antes de poner las dos piernas en el suelo gracias a su cálida mano, ya que sujetó con un ágil movimiento mi muñeca izquierda. Logró que diera una vuelta de 180° en menos que canta un gallo para tenerme frente a él, frente al chico de rasgos asiáticos y pelo desordenado que tantas veces había visto en fotografías, haciendo poses graciosas, o en vídeos, riendo con sus compañeros; pero, que jamás pensé tener tan cerca, a milímetros específicamente.
Rap Monster.
—Hueles a vainilla —Dijo. Yo, todavía en el limbo, comencé a parpadear con el fin de salir del trance en el que me había metido hace unos segundos, pero sus palabras no ayudaban en lo absoluto.
Más bien, lo empeoraban todo aún más.
—Tú... Tú eres... —Tartamudeé como si no supiera hablar. Por eso, preferí no terminar la frase y quedarme callada mientras dejaba que él me mirara. Mis manos comenzaron a temblar por la cercanía tan peligrosa que manteníamos; podía sentir su respiración, ver sus pequeños hoyuelos y tocar su piel desnuda.

ESTÁS LEYENDO
At Night [BTS-RM]
Fiksi PenggemarBreet es Breet. Una chica normal y corriente que duerme plácidamente en su habitación, sin preocupaciones, sin frío. Y que despierta aún con sueño. Breet, tan despistada como siempre, no se espera para nada que su nuevo despertar lleve consigo alg...