➴❛❛𝐃𝐈𝐒𝐏𝐀𝐑𝐄𝐉𝐎❜❜; 𝐅.𝐖

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S e g u n d a  p a r t e

Narrador Omnisciente.

"Necesito hablar contigo, por favor Hayley"

"Te quiero"

"Ella me besó, te lo juro"

"¿Qué puedo hacer para que me perdones?"

"Te quiero Hayley. Maldita sea"

"Por favor, debemos hablar"

"Nunca te engañaria. Y menos con la novia de mi mejor amigo, lo sabes"

"¿Aún somos pareja?"

"Podemos resolverlo, por favor contesta"

"Amor"

"Te necesito"

"Eres mi primer novia, ¿Por qué te haría algo así intencionalmente?"

"¿Tú lo harías?"

"Te quiero tanto Hayley"

"Por favor, dame una oportunidad de explicarlo, por favor cariño"

Leía los mensajes que Finn le había mandado en sólo unos minutos, pasó su mano por sus mejillas retirando las lágrimas.

Lo quería. Y como lo había dicho él; nunca se besaría con Ellie, nunca. Le creía, creía en sus palabras, y eso la ponía mal.

Jack la había besado el día anterior en la noche, ella se había apartado después de regresarle el beso, eso la ponía mal; no haberse apartado antes.

—Hayley— su madre entró a la habitación. —Por Dios son las nueve de la mañana, ya levantate— avisó y le quitó la cobija que le cubría hasta la cara.

—Déjame— se cubrió otra vez.

—¿Estás bien? ¿Por qué estás llorando? ¿Qué pasó?— la cuestionó.

—Nada mamá. Estoy bien— le contestó levantándose.

—No mientas, Hayley. Soy tú mamá; puedes contarme— rodeó la cama e impedio que la rubia fuera hasta el baño.

—Finn y yo peleamos, ¿está bien? no quiero hablar de eso— le respondió.

—Oh. Ya arreglarán las cosas, ya lo verás— contestó. —A las once tienes que ir a dejar los papeles a la preparatoria. En una hora Melenie vendrá e irá contigo—

—¿Ya está aquí? ¡Tengo mucho que no la veo!— exclamo la chica.

—Sí, arreglo sus problemas, ya todo será como antes— la madre le sonrió.

Hace unos meses Melenie; la actual mánager de Hayley había ido muy lejos; con su familia, a arreglar algunos asuntos con ellos, a causa de la muerte de su madre. Por esta razón, en los últimos meses el padre de Hayley; Kendall había hecho un intento de mánager, en lo cual era un asco.

—¿Por qué no irás tu conmigo?— preguntó la más pequeña.

—Tengo que ir a hablar con una de las maestras de Halbert, golpeó a un niño y la otra madre está furiosa— contestó.

—Está bien— la rubia le sonrió.

Como había dicho su madre; Melenie llegó una hora después, ella y Hayley tuvieron una emotiva bienvenida, incluso lloraron un poco.

—Me alegra que estés aquí, papá no funcionaba como mánager— ambas chicas rieron.

—Te extrañé pequeña— y se volvieron a abrazar.