Final feliz para una asesina... (Jason x Lectora)

Capitulo 7.

[Hoja en blanco]

La luz entraba por todas las ventanas y rendijas de aquella cabaña actuando como un despertador para la morena quien luchaba con sigo misma para no levantarse, cansada quito la almohada de su cara mirando el entorno que la rodeaba recordando la moche anterior; su exitosa fiesta, su herida y cómo olvidar al asesino con la curiosa máscara que la había salvado.

Nunca fue su estilo ser la princesa en peligro, pero debía de admitir que sin el grandote no hubiera pasado la noche.

Estiro sus extremidades pasando su mano por las coceduras nuevas que adornaban su estomago.

Agradecía internamente siempre tener aguja e hilo quirúrgico para este tipo de casos, que para mala fortuna de (T/N) se hacían mas frecuentes conformé atacaba a gente mas fuerte que ella.

Subió su mano hasta su cuello acariciándolo un poco dándose cuenta de golpe que faltaba algo alrededor de este.

«¡¡Mierda mi collar!!» Pensó ahora tocando con algo de angustia su cuerpo buscándolo en algún pliegue de su ropa para después hacer lo mismo pero en su cama sin ningún éxito.

—Ojala y no este en el lago...—. Hablo con desánimo poniéndose de pie dirigiéndose al baño.

Tras darse un baño rápido y lavarse los dientes esta se vistió apresuradamente saliendo a gran velocidad de la cabaña.

Se paro firme mirando la inmensidad del lago con impotencia.

Ella sabia que lo mas lógico es que el collar hubiera caído al agua cuando fue lanzada por el imbécil, nunca fue muy amiga del agua y en estos momentos lo era menos.

A punto de saltar sintió como las ramas crujían detrás de si logrando que esta volteará observando al asesino de Cristal Lake acercase lento hasta su posición.

—Hey amigo —. Esta le hablo fingiendo una sonrisa lo mejor posible. —Tengo que volver al lago por algo que perdí... ¿seria mucha molestia si me vuelves a sacar del agua antes de morir?—. Interrogó aun con la sonrisa en sus labios.

Jason la miro por unos segundo para después sacar el collar de (T/N) de la bolsa de su pantalón mostrándolo frente ambos ante la mirada confusa de la asesina.

—¿Como es que lo tienes?...—. Pregunto extendiendo su brazo tomando el medallón entre su pequeña mano.

Esta con un suave toque logro que la tapa se abriera lentamente dejando ver la foto de una mujer hermosa.

El de la mascara se acerco mas mirando la imagen de la mujer y luego ver a la morena quien miraba la foto con la mirada grisácea y sin brillo, este podía ver sus ojos clavados en la foto con una melancolía y tristeza similar a la suya al ver los restos de su madre.

Al ver que esta no respondía imito su acción y con su machete pico suave mente el colgante logrando que la morena saliera de su transe.

—¿Ho?... lo siento, siempre me pongo rara cuando veo la foto —. Hablo con tono alegre cerrando el medallón colgándolo en si cuello. —Pero dime, ¿que planeas hacer hoy?—.

Jason le miró por unos segundos esperando a que esta se diera cuenta.

—¿Por que esa cara... ¡Haaa!, es cierto, tu no puedes hablar —. Hablo como si aquello fuera una sorpresa para ella. —Lo siento, siempre he sido muy olvidadiza —. Río un poco al final intentando calmar el ambienté.

Jason le miro nuevamente solo para darse la vuelta he irse lejos de hay, (T/N) algo sorprendida solo le vio irse perdiéndose entre el bosque hacia dios sabrá donde.

—Gracias por la amena charla compadre...—. Hablo bajo para si misma.

Ella camino por todo el campamento viéndolo bien por primera vez, la luz del día acompañada del silencio que proporcionaba el ambiente lo hacia todo tan hermoso e irreal.

Pero entonces recordó...

Ella había hecho una masacre la noche anterior, ¿por que no había ni un solo cuerpo tirado por el bosque?.

Miro a todas partes y del baño de sangre de la noche anterior solo quedaban machas de esta entre la hojarasca del suelo, eran por lo menos unos veinticinco cuerpos los que había asesinado y ya no había rastros de ninguno.

—Para moverse tan lento, es bastante rápido —. Se dijo a si misma rascando la parte posterior de su cuello rozando la cadena con las yemas de sus dedos. —Y también bastante considerado...—. Esto ultimo lo soltó en un susurró sonriendo al final.

Ella seguía caminando por el campamento admirando cada rincón bajo la mirada de un atento enmascarado el cual estaba oculto entre los pinos. Pero para mala suerte del asesino su mirada no era la única que estudiaba a su joven invitada.