Corazón En Duelo

2.- Valor

Las cosas de Scorpius estaban listas y encogidas en un baúl hechizado, sus propias cosas, libros, fotografías, todo lo importante, la mansión Malfoy se sellaría hasta que ellos volvieran en 11 años.
Se llevaría a un par de elfos, Tooky y Fobbes, pero los llamaría cuando tuviera una residencia. Tomo a su bebé que balbuceaba y le beso la frente.

Era incomprensible para él que Harry no lo amara. Scorpius era un niño perfecto, sano, nunca lloraba, era tan tranquilo y hermoso. Sus verdes ojos eran idénticos a los de Harry. Aunque en todo lo demás era igualito a él.

—Yo te amare por los dos, Scorpius. Tú no te preocupes.

Poniendo la mano sobre el traslador se fue, haciendo el firme propósito de no volver a pensar en Potter.

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Japón era una urbe linda, tenia muchos paisajes y la gente era cordial, sin ser entrometida. Tenía un gran surtido de tiendas tanto mágicas como muggles y Draco se descubrió emocionado de aprender a desenvolverse en el Japón muggle, aunque eso jamás lo aceptaría en voz alta, después de todo era un Malfoy.

—Bien Scorpius. Hemos llegado.

Gracias a Salazar habían conseguido una mansión de arquitectura gótica, no creía poder vivir en una casita típica japonesa.

Como por desgracia era un barrio totalmente muggle, pues en su fachada tenia una librería, Draco se haría pasar por el dueño, aunque esta era atendida por un squib.

Lo más importante por ahora era cuidar de su hijo. Que a Scorpius no le hiciera falta el amor de una familia.

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—Sabes que la librería frente al edificio tiene un nuevo dueño– Minoru Saga el asistente personal de Asami Ryuichi y mejor amigo le informo.

—Creí que el lugar no estaba a la venta.

Ryuichi salio del coche justo a tiempo para ver a un atractivo joven rubio salir de la librería con un bebé en brazos.
El mafioso miro con clara sorpresa al jovencito de blanca piel y cabello platinado.
Era muy hermoso, criminalmente atractivo.
Su bestia interna se retorció de posesividad.

El rubio levanto la mira una fracción de segundo, tenia unos preciosos ojos de plata, un jodido camión se atravesó en ese momento y Ryuichi gruño perturbado y molesto.

Cuando el maldito bus termino de pasar el rubio había desaparecido.
Asami atravesó la calle y olfateo en ambas direcciones, derecha izquierda, nada. El rastro de menta y chocolate se perdía en el callejón.

Su instinto lo guió allí donde minutos antes Draco había desaparecido.
El rubio no tenia idea de que había dejado impresionado al alpha de Ryuichi.

Dejo a Scorpius en la guardería mágica y se fue directamente a su nueva oficina, las dos semanas que tenia en Japón se la había pasado acomodando la habitación de su hijo, cuidando del pequeño y recibiendo una visita de Severus con el traslador hechizado para que su padrino pudiera visitarlos.

Draco agradecía la presencia de Severus, él era lo único que le quedaba de su familia. Lucius había muerto en Azkaban al recibir el Beso del Dementor.
Su madre se había suicidado un año atrás.
Estaba solo y Snape y ahora Scorp eran todo lo que tenia en la vida.

El laboratorio era amplio y había toda clase de hierbas, semillas, raíces, tubérculos, babas, ranas, cuernos, etc.
Podía trabajar en la poción que quisiera, siempre y cuando todo fuera registrado en notas.

Desde muy joven el menor había tenido deseos de trabajar en la poción matalobos y mejorarla. Sabia que había un campo muy amplio para ese trabajo y él quería hacerlo.
Ser reconocido por sus investigaciones como experto pocionista.

Lucius se moriría de nuevo si supiera que por primera vez desde que se amasó la fortuna Malfoy el director y presidente de las empresas no era heredero.
Tal vez Scorpius tomara ese lugar algún día. Pero por ahora Blaise Zabini hacia un muy buen papel.

El trabajo le resultaba apasionante y Scorpius era un niño perfecto en la guardería, las nurses solían decir lo bien portado que era, callado y dormilón.

A veces a Malfoy lo atacaba la duda si la separación mágica podría haberlo afectado demasiado.
Él no podía saberlo realmente. A pesar de su pasado fue amado por sus padres.
Narcisa a pesar de su frialdad y distancia, le quiso lo suficiente como para mentir por salvarlo de Azkaban.

Cuando término su turno y regreso por su hijo a la guardería, paso por un supermercado para comprar un poco de comida. Ya su hijo era lo suficientemente mayor como para empezar a tomar alimentos sólidos.

Regreso caminando a la casona sin notar que ahora un par de ojos almendrados lo vigilaban desde las sombras.

—Te encontré– susurro con un suave rugido reverberante más animal que humano.

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AU omegaverse.

Donde los cambiaformas existen y tienen un lobo interno, pero desconocen el mundo mágico pero pueden ingresar en él debido a que son considerados "C.M." (criaturas mágicas)