Hacer el amor [ Chasriel ]

Hacer el amor

— Bien niños, hora de ir a la cama.

La dulce y autoritaria voz de Toriel interrumpió la conversación de los "niños" de diecinueve años de edad. Mamá monstruo había entrado a la habitación que ambos jóvenes compartían y una queja por parte del chico no fué inesperada.

— Mamá, te he dicho que toques la puerta antes de entrar. Chara y yo estábamos hablando de algo importante.- Asriel, el príncipe de los habitantes del subsuelo, se levantó del alfombrado piso en el que yacía acostado minutos atrás con su hermana.

— Tonterías. ¿Qué cosa tan interesante pueden hablar dos niños como ustedes?.— Recalcando la antepenúltima palabra, Toriel se dispuso a acomodar las sábanas de la cama de la chica.

Quien por cierto, ya acostumbrada al trato excesivamente protector de su madre, estaba callada ante la situación.

— Oh, vamos mamá. Chara y yo ya no somos unos niños.-

Una risita por parte de la mayor se escuchó.
Chara supo que diría algo que los dejaría indefensos a ambos.

— ¿Ah, no? ¿Entonces porqué duermen todavía con la lámpara encendida? ¿Es que les dá miedo la oscuridad?.— Rió, al ver como Asriel enseguida se ponía rojo de las mejillas.

Chara se levantó del suelo enseguida.

— ¡Ese es Asriel, lo juro! ¡Todavía llora en las noches cuando el cuarto queda en total oscuridad!

— ¡Chara!.— Resongó él.

— Jaja, ¿vez mi amor? Ustedes dos nunca dejarán de ser mis niños.— Se acercó a ambos, dejando las sábanas encima de la cama.
Primero jaló una de las mejillas de la chica, y luego una de las orejas del chico.— Los dos son mis bebés. Y a ambos los amo con todo..

— Si, si mamá. Con todo tu corazón.— Interrumpió la castaña a regañadientes, intentando soltarse de las garras mortales de su madre.

Asriel estaba ya aguantando las ganas de llorar al sentir su oreja derecha siendo torturada.

— Si, qué inteligente mi niña.— Los soltó a ambos por fin, y besó la frente de los chicos.— Ya, a dormir. Son más de las nueve y ustedes no pueden pasar de esa hora despiertos.-

Un quejido a la par se escuchó en la habitación. Chara y Asriel hicieron caras y se cruzaron de brazos.

Se entendían ambos a la perfección.

— Tori, amor. El pay que dejaste en la...— El rey del subsuelo entró al cuarto de sus hijos en ese instante. Miró la cara de ambos, luego a su querida esposa y sonrió un poco.

— Asgore, dile a los niños que no hagan muecas así o la cara se les deformará de esa forma.-

Ante esto, Chara cambió su expresión a una de horror mientras Asriel se asustaba al imaginarse toda una vida con una cara deformada.

Asgore rió más fuerte.

— Amor, déjalos.— Habló el rey con amabilidad. Toriel volteó a verlo con una mirada de acero. El mayor tragó duro.— Q-quiero decir... deberías dejarlos un rato más. Sé que son las nueve ya pero un poco no les hará daño.-

Asgore tenía algo en su aspecto que enternecía a mamá monstruo. Suspiró, y con algo de pesar susurró:

— Hasta las diez. Y no más.

— ¡Si! ¡Gracias mamá!.— Asriel, que era el más expresivo, abrazó a su mamá dándole un sonoro beso en la mejilla.

Chara solamente le sonrió tímidamente.