Capítulo 1

1.5K 28 5
                                    

El tipo de los glúteos perfectos montaba en la bicicleta estática de espaldas a Harry. Movía las nalgas prietas con ritmo, arriba y abajo, de un lado a otro, al pedalear brioso con aquellas musculosas piernas. La conjunción del chirrido de la cadena y del sonido de su respiración esforzada apagó el ruido de los pasos de Harry detrás de él.

No llevaba nada puesto, excepto los pantalones cortos de montar en bici, dejando ver todos los dibujos en su piel. Harry se recreó en la visión de aquellos hombros anchos que ahora brillaban bañados en sudor. Aunque sólo llevaba dos minutos haciendo ejercicio, ya tenía el cabello aplastado contra la cabeza: aquellos largos cabellos castaños le enmarcaban el rostro y acababan enroscados en la nuca.

Le pasó la mano por la espalda empapada y le apretó el hombro izquierdo para comprobar que su músculo deltoides estaba tan firme y duro como el resto del cuerpo. Luego se inclinó para besarle el hombro derecho. Aquella sensación cálida y salada hizo que Harry apretara los muslos mientras notaba como su entrepierna tomaba vida, como cada vez que veía el cuerpo semidesnudo de aquel hombre.

El tipo de los glúteos perfectos dejó de pedalear y, sin bajar de la bici, volvió el tronco hacia Harry para atraerlo hacia él. En cuanto él se hubo colocado en el ángulo de sus piernas, notó la presión del pene, ya erecto, contra su vientre al descubierto. Harry arqueó la espalda y se frotó contra el hombre hasta que lo hizo gemir. Luego él lo cogió por las caderas y empezó a masajearle el culo de tal modo que Harry se animó a continuar lo que había empezado. Él mantenía la mirada clavada en el pecho de Harry, que tras emitir un profundo suspiro y comprobar que el movimiento había hecho que se le endurecieran los pezones.

Harry inspiró el olor a almizcle que él desprendía, y que el ejercicio y la excitación por verlo habían potenciado, y se acercó para lamer una de las gotas de sudor que cubrían sus pectorales, que se contrajeron con el roce de la lengua. Acto seguido, le deslizó las manos por la espalda hasta alcanzar aquellos glúteos exquisitos. Él lo movió hacia atrás, con la intención de bajarse de la bicicleta, lo sujetó por la cintura con sus, en comparación a las de Harry, pequeñas manos, y lo levantó como si él fuera una pluma. A su vez, Harry lo abrazó con las piernas y le situó el miembro anhelante justo delante de el de él, produciendo fricción, de modo que ahora resultaba prácticamente imposible que él se quitara los ajustados pantalones sin ayuda. En aquella posición, Harry trató de echarle una mano. Ambos estaban ansiosos y se movían con torpeza y de un modo extraño.

Después de que la prenda cayera al suelo, él dio un paso para desprenderse de ella definitivamente. Luego recolocó a Harry para meter la mano entre sus cuerpos e hizo varios movimientos tentativos, con la intención de introducirse en aquel camino, ya preparado para recibirlo. Harry se retorció impaciente, mientras le chupaba y mordisqueaba el lóbulo de una oreja, y él lo correspondió apretando contra él la polla ya engrandecida, con lo que él vio aumentadas sus esperanzas de verse satisfecho.

Cuando por fin lo penetró, Harry dejó escapar un quejido de placer y se inclinó hacia atrás para elevar el abdomen a la altura de su compañero, que empujaba hasta el fondo...

Parecían dos cuerpos que actuaran con una sola mente, con un mismo objetivo. Harry se restregó contra él en un movimiento ondulante para aumentar la fricción; el rugido que él emitió obtuvo un suspiro por respuesta. El hombre se tambaleó al tratar de mantener agarrado a Harry, al que empotró contra la pared al caerse hacia delante. Ahora, con cada empellón, él sentía el yeso presionándole las nalgas y los hombros desnudos, así que se agarró a él con fuerza sin importarle si llegaba a clavarle las uñas; a fin de cuentas, eso haría que él se excitara más aún. Harry se iba a correr...

De repente, se oyó un bocinazo atronador que provenía del exterior. A Harry se le nubló la visión de tal modo que no pudo llegar al orgasmo y él dejó de pedalear.

Bad Guy. -LARRY STYLINSONWhere stories live. Discover now