Capítulo 16

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[YoonGi]

Te necesito tanto, ahora mismo, YoonGi.

Pude escuchar la voz de JiMin, a pesar de que la música de mis auriculares estaba a todo volumen, pero pude escuchar claramente la voz.  

Estaba acostado, así que decidí levantarme y volar hasta dónde estaban JiMin.

Subí al techo de mi casa, e intenté localizar de dónde venía su voz.

No me acordaba que él estaría en la fiesta de la casa de NamJoon, así que me dirigí allí.

La casa de NamJoon no quedaba tan lejos, pero fui solamente una vez.

Estaba a una cuadra de lo de NamJoon, cuando escuché unas risas. Bajé con cuidado en una zona oscura, y miré que había varios hombres molestando a JiMin, me escondí detrás de un árbol.

Juré sentir el olor de la piel de JiMin, pero como recién había tomado sangre, no se me antojó, rara vez, ya que soy muy hambriento.

— ¿Por qué me preocupo por él? —  Me pregunté en un susurró, a lo que mi conciencia rápidamente contestó: Por que lo quieres. — Claro que n...

— ¡Bájenme, ahora! — Gritó JiMin, interrumpiéndome.

— ¡Cállate niñita! — Dijo uno de los hombres que estaba en frente del pequeño y golpeó fuertemente su abdomen.

Dejándolo caer en el piso, comenzaron a patearlo.

Mi vista se nubló, no me importó si me veían volar, si veían mis dientes, o mis ojos, rojos, ya que estos se ponían rojos cuando me enojaba verdaderamente.

Golpeé dos a la primera, haciéndolos caer. Le devolví el golpe al mismo que golpeó a JiMin, éste se retorció en el piso.

Quedé mirándolo, dos de ellos me tomaron de los brazos. No me desesperé, mis ojos ya habían vuelto al color normal.

Yo era el cuádruple o más fuerte que ellos. Cada día aumentaba mi fuerza, pero la controlo.

— Mira quien llegó. — Dijo ése hombre. — Creo que no nos presentamos...

— Púdrete. — Fue lo único que se me vino a la mente. 

—Soy Zhou Mi. Soy d...

— No me interesa saberlo. — Le interrumpí serio.

— Pero yo quiero conocerte. ¿Cómo es qué te llamas? — No contesté, y éso lo desesperó, miró hacía dónde estaba JiMin, quién se quejaba y sangraba por los golpes. — Tendré que pegarle a tu novio. — Le habló a él y en un parpadeo estampó su puño cerrado en mi mejilla.

Me reí. Llamando la atención de todos sus amigos. Miré fijamente a Zhou Mi, él no sabía como reaccionar. Cruzamos los ojos, los míos volvieron a cambiar de color, al color rojo sangre. Sonreí, haciendo que mis colmillos se notara, y es más, los alargué.

— Tu no quieres que te conteste... ¿Verdad? — Dije mirándolo fijo. Tanto él, como sus idiotas que tenía como amigos, se veían asustados. 

Empujé fuertemente a los que tenía sujetados a mis brazos.

— Mejor no intenten golpearnos a JiMin o a mi, sino quieren salir heridos. — Les dije, pero fue hablar con un par de tontos. 

Dos se abalanzaron hacía mi, pero fácilmente di un salto, haciendo que sigan de largo, quedé de espalda a ellos. Rápidamente me volteé y choqué sus cabezas, haciendo que queden inconscientes.

Uno saltó sobre mi, abrazándose a mi cintura con sus pies, golpeé su cara y éste cayó en el piso como mosca muerta.

Los demás que estaban allí me miraron aterrorizados, di unos pequeños pasos, acercándome a ellos, cosa que ellos reaccionaron a correr.

Luego de que mis ojos y dientes vuelvan a la normalidad, me dirigí a JiMin, quién aún estaba sangrando y con moretones.

Lo tomé del brazo y lentamente lo levanté, haciendo que se apoyara en mi hombro. 

No podía arriesgar a que me viera volar. Así que decidí llevarlo corriendo.

Lo coloqué como un bebé, con sus brazos se abrazó mi cuello y rodeó mi cintura con sus piernas, hundió su cuello en el mío.

Comencé a correr, llegando en menos de dos minutos a mi casa. Entré despacio, aún con JiMin  recargado en mi. Fui a mi habitación y lo dejé recostado en mi cama.

Crucé el pasillo y me adentré al baño buscando la pequeña caja de auxilios.

Entré a la habitación con la caja y cerré con llave. Me acerqué a JiMin y quité su buzo blanco lentamente, éste estaba manchado de sangre. Abrí la caja y saqué las necesarias cosas para poder curarlo, algodón, alcohol, cinta de papel y pequeños trozos de gasas.

Podía oler su sangre, realmente quería morderlo, pero no podía.  En realidad, sí puedes. Dijo mi conciencia. — Pero no debo... — Susurré.

Luego de eso JiMin se movió un poco, quejándose del dolor.

Comencé a curarlo, mientras el pequeño fruncía el ceño. — Hyung... — Noté su voz temblorosa.— M-me duele mucho...

— Tranquilo. — Respondí mientras limpiaba la sangre de su abdomen.

Deje los algodones llenos de sangre arriba de mi escritorio.

Terminé colocando la cinta a las esquinas de los trozos de gasas, le di un buzo mío y ayudé a que se lo colocara, luego, proseguí con su cara, su labio estaba cortado y su mejilla estaba roja. — No pensé que quedaría tan mal. — Dijo él, mientras limpiaba su mejilla.

— ¿Te duele? — Pregunté. Él asintió afirmando. Terminé con la mejilla, noté que me faltaba agua, así que decidí ir a buscar. — Espérame. — Me dirigí a él y luego salí de la habitación pasando nuevamente al baño.

Cuando salí me crucé a mi madre. — ¿Qué haces a esta hora despierto? — Le señalé el vaso con agua. — ¿Estabas acostado con la misma ropa qué usaste ayer? ¡Ay! Eres un asco, Min YoonGi. — Alzó un poco la voz y luego se metió al baño cerrando la puerta en mi nariz.

Sin darle importancia entré a mi habitación, dejando la puerta cerrada con llave.

Me di vuelta para ver a JiMin, parado y demasiado cerca mío. No dijo nada, sólo me abrazó, acomodando su cabeza bajo mi cuello. Cuidado YoonGi, contrólate... — Yo lo quiero Hyung... — El vaso de agua se me resbaló de las manos, y se estampó contra el piso. Éso hizo que nos separáramos.

JiMin tocio, dando un pequeño momento incómodo.

— Yo igual, JiMin. Te quiero... — Solté.

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