Alex.
Son las 9 a.m. y apenas me estoy levantando, esto no es normal. Nicole me llamó anoche a las 3 de la madrugada solo para decirme que me prepare para recibir al chico nuevo, ella me impresiona sinceramente, logró averiguar su nombre completo y de qué país viene. Me gustó mucho su nombre, Santiago.
En fin, no pude dormir mucho y por eso no me levanté temprano a limpiar. Si, a limpiar, debo hacerlo aunque no quiera, porque sino moriré entre la miseria y la suciedad.
Anoche Nico dijo que vendría a buscarme a las 11. Tenía un poco de tiempo, pero a la vez era nada. Me hice una arepa con queso y mortadela, me bañé lo más rápido que pude, recogí mis cosas y empecé a vestirme. Jeans altos de mezclilla, camisa rosada con algunas flores blancas, chaqueta de mezclilla y converse blancas. El peinado era una cola de caballo y el maquillaje como siempre, lo más sencillo.
Estaba lista a las 10: 40, Nico me llamo y dijo que ya venía.
Bajé a la entrada del edificio a esperarla. En lo que llegó me monté en su auto y estuvimos escuchando a Twenty One Pilots y The 1975 mientras hablabamos trivialidades. Pasamos por Maxi Donas y compramos dos cajas de donas para cada una.
Llegamos a la Universidad y entramos al salón para ver alemán. Nos sentamos juntas, como siempre.
Cuando iba a iniciar la clase, la Profesora Marquez pasó a alguien al salón.
—Este chico es Santiago Hamilton. Graduado en medicina en la Universidad de Harvard. Espero que se lleven bien con él o pueden decirle adiós a sus notas. Santiago, sientate al lado de la Srta. Monsalve.
—Con gusto profesora—Dijo él esbozando una sonrisa picara de medio lado. El chico es lindo, debo admitirlo, alto con ojos color miel, piel ¿morena? si, moreno claro, por decirlo así. Debe de medir cerca de 1.76 o por allí. Yo sinceramente veo a todas y todos altos.
A casi el final de la clase Santiago decidió hablarme, pero desde hace rato no dejaba de mirarme.
—Oye, ¿te llamas Alexandra cierto?
—Si, ¿cómo sabes mi nombre?
—Ayer ví unas fotos tuyas y de tu amiga. ¿Me podrías prestar tus apuntes de todas las clases?
—¿En dónde viste esas fotos? —Me callé por un segundo para tragar saliva, esto era un poco incómodo—Mm, puedo prestartelos pero debes pasar a buscarlos.
—Las ví en el corredor.. no, no, pasillo de honores—Ah ya, lo había olvidado, con razón sabía quién era—Los buscaré hoy mismo entonces Alex.
En eso sonó el timbre y yo seguía hablando con Santiago. Nico me dijo por texto que iría a buscar ''algo'' y yo entendí que me estaba dejando sola con él ya que fuimos los ultimos en salir del aula.
—¿Por qué me dices Alex? Aun no tengo ese nivel de confianza, cariño—Dije arqueando una ceja.
Él sonrió un poco—Pues ahora la tendremos, eres la única con la que he hablado aquí y la unica que me parece interesante—Ya ibamos de camino al bello y hermoso comedor para tragar todo lo que se cruzara en mi camino, necesitaba algo dulce.
Desde lejos ví a mi mejor amiga y lo primero que hice fue correr hacia ella.
—NICOOOOOOOOOOOOOOOOOO—la abracé por detrás, y le susurré—Eres una perra, no tenías que dejarme sola con él, ahora ya socializó conmigo.
Y ella me respondió con otro susurro —Demasiado tarde linda, ya viene a nuestra mesa, y está lindo, hazlo tuyo.
Santiago llegó a nuestra mesa muy rápido, supongo que tres pasos míos es uno de él.
YOU ARE READING
Inconscientemente Conectados
Teen FictionAlex y San no iban en la misma dirección. En lo absoluto. Alexandra era de clase media, morena oscura, ojos oscuros y cabellos negros semi ondulados. Aspiraba siempre a lo mejor y vivía feliz. Lo único que presuntamente según ella ''no era lo suyo...