Capítulo 4

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Hola! Lo siento, lo siento, lo siento... podría disculparme durante tres días y sé que aun así no sería suficiente, llevo sin colgar meses y lo siento muchiisimo, pero es que no encontraba el momento y tenía exámenes... y ademas las palabras no salían (los que escribáis me entenderéis) ha sido desesperante! pero bueno por fin termine el capítulo :) Tengo que avisar de algo, quedan uno o dos capítulos más, ya se que es muy poco, pero la idea original era un one-shot así que creo que ya lo he alargado demasiado :) Y lo siento otra vez, podéis odiarme si queréis, pero porfa leed la historia XD (Por cierto os agradecería que os pasarais por mi perfil, ya que he colgado alguna otra historia que quizá os interesa a alguno)

 

Bueno, os dejo leer, espero que os guste :)

Abrió los ojos mientras se llevaba las manos a la cabeza, sujetándola mientras el dolor le invadía. Cuando por fin el mundo dejó de dar vueltas miró a su alrededor, intentando entender qué había pasado. Estaba en su pequeño despacho en el hospital, las manecillas del reloj que colgaba de la pared avanzaban lentamente, marcando el paso de los segundos con un irritante Tic Tac, o al menos eso pensó John. El cansancio había acabado ganándole y se había dormido con la cabeza apoyada en las manos. No estaba siendo su mejor época, las pesadillas seguían ahí impidiéndole vivir, recordándole cada vez que cerraba los ojos lo solo que estaba, lo mucho que le echaba de menos.

La alarma de su móvil sonó indicando el final de su descanso, en unos minutos empezarían a entrar pacientes, obligándole a centrarse en sus problemas, logrando así apartar brevemente los suyos. Cogió el teléfono dándole vueltas entre los dedos mientras observaba la pantalla en negro, la cual le devolvía su reflejo consumido bajo el cansancio y el dolor constante de los últimos meses.

Rememoró el sueño que había tenido, la azotea, la figura de su amigo balanceándose en el viento, el calor de su cuerpo rondeándole, protegiéndole entre sus brazos, haciéndole creer que todo había terminado, su desesperada confesión y el efecto que ésta había causado... Se rozó suavemente los labios, como si aún pudiera sentir los de Sherlock en ellos. Recordó cómo le había cambiado la expresión, sustituyendo su sonrisa por una máscara de hielo, enterrando cualquier sentimiento que pudiera haber mostrado antes. Sus ultimas palabras, “... sí qué es demasiado tarde.”, cómo le había temblado la voz al decirlo eliminando por un instante el frío de sus ojos, y cómo éste había vuelto mientras avanzaba ese último paso, separándoles para siempre.

Tenía razón, era demasiado tarde, llevaba mucho tiempo siéndolo, pero entonces ¿por qué su mente no le dejaba olvidarlo? No podía cambiar nada, no tenía una TARDIS, y ya que no había forma de viajar al pasado y salvarle, al menos se merecía poder dejar de culparse, aunque sabía que no iba a lograrlo.

No fue consciente de lo que estaba haciendo hasta tener ya casi la mitad del mensaje, y aún así dejó que su corazón escribiera aquellas palabras, sabiendo que si no lo hacía iba a acabar volviéndose loco. No esperaba que nunca nadie leyera esto, así que, ¿que podía perder?

Me gusta imaginar que te llegan estos mensajes, que estás escondido en algún lugar perdido en China, esperando el mejor momento para volver, pero sé que probablemente no sea así. Estas muerto y no soy capaz de aceptarlo. Me despierto todos los días soñando que hoy por fin volverás a casa, volverás conmigo, pero eso nunca ocurre. Sé que si sigo vivo es gracias a esta esperanza irracional que me dice que esto no pudo terminar así, no tú, no lo nuestro... Sí Sherlock, es cierto, nosotros, tú y yo, siempre hubo algo, pero tenía demasiado miedo como para aceptarlo, nunca pensé que te perdería tan rápido, y no hay día que no me arrepienta de ello. Quizá ya es demasiado tarde pero, por favor, si estas leyendo ésto vuelve a casa, vuelve conmigo. Ya no puedo aguantar más, Sherlock, te quiero, siempre lo he hecho y siempre lo haré. Pero si ya no puedes oírme, ¿Para qué sigo vivo?”

Le dio rápidamente a “enviar”, antes de que pudiera arrepentirse de sus propias palabras...



*Nueva York*

El móvil chocó contra el suelo mientras cientos de pensamientos cruzaban su mente a toda velocidad. ¿Era real? ¿John? ¿Le quería? ¿Qué significaba la última frase? ¿Debía volver? ¿Pero, y si no le perdonaba? ¿Qué haría entonces?

El sol entraba a través de la gran ventana, impactando contra la larga figura de Sherlock que descansaba con la cabeza apoyada contra el cristal, analizando en segundos cada posibilidad, cada opción que tenía, intentando decidir qué camino elegir en la encrucijada en la que se encontraba. Sabía que no era el momento de volver, aún no, aunque quizá nunca lo fuera, no podía saberlo. ¿Iba a tirar por la borda todo aquello en lo que llevaba trabajando los dos últimos años, solo por John? ¿Le dejaría sufrir de esta forma por un trabajo? ¿Elegía a John antes que a cualquier caso? Sí. Pero no podía hacerlo... si se había marchado en un principio era para protegerle, no iba a estropearlo ahora. Pero, por otra parte si protegerle significa hacerle sufrir, entonces, ¿de qué servía? ¿Estaba dispuesto a abandonar la tranquilidad de estar muerto oficialmente, y todos sus esfuerzos al desenmascarar la red de Moriarty, para que John dejara de echarle de menos? No, no lo haría, no dejaría que sus sentimientos se metieran en esto, era demasiado importante.

Abrió los ojos dándose la vuelta, mirando a su pequeña y abandonada habitación, observando rápidamente cada detalle, los cientos de libros y papeles desperdigados por el suelo, la ropa sucia amontonada en una silla esperando eternamente a ser lavada, la lámpara que se había caído dos semanas atrás y que nunca se molestó en volver a poner en pie, los experimentos a medio terminar que se amontonaban en las diversas mesas... todo ello formando lo que no podía considerarse una casa.

Una decisión surgió en el fondo de su mente, poniéndole en movimiento en cuestión de segundos. Se agachó y recogió el teléfono marcando rápidamente un número que conocía de memoria. Sonó dos veces antes de que una voz familiar contestara al otro lado.

-Llevo demasiado tiempo lejos de casa. -dijo antes de que el otro pudiera ni siquiera preguntar. Tampoco le dejó tiempo para contestar ya que colgó inmediatamente después, no necesitaba que le dijeran que ésto no era lo correcto, sabía que no podía esperar más. 

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⏰ Última actualización: Jun 08, 2014 ⏰

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Pesadillas y Confesiones [Johnlock]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora