Celestine Thalassinos.Meses antes.
Me encontraba dando un pequeño paseo en el final del bosque, justo en la orilla de un río, la vista era maravillosa. En el fondo podías escuchar los cálidos pillidos de los colibríes que rondaban por toda la zona, y de las demás aves que acompañaban tu atardecer con sus cantos tan serenos.
Me sentía demasiado relajada, como nunca antes, sentía la paz brotando cada parte de mí. Me senté sobre una de las grandes rocas grisáceas, y miré el paisaje con delicadeza y apreciación, era hermoso estar rodeada de tanta belleza, los pinos enormes a un costado, el sonido del agua rozando las piedras, y los rayos del sol apuntando a éste desde lo lejos.
Todo parecía ir más que perfecto, hasta que a lo lejos escucho el grito de una mujer, un grito de sufrimiento. Provocando que todos mis pensamientos se esfumaran. Me puse de pie e inmediatamente entre en situación.
—¡Ayuda!— grito de nuevo, pero esta vez había sido apunto de agonizar.
Miré a todas partes, seguía sin saber de donde provenía dicho dolor, hasta que me concentré, enfocándome en el aroma de sangre, que enseguida penetró mis fosas nasales. Estaba en el norte del bosque, y no tardé en salir corriendo hacia allá.
—¡¿Por qué?!— volvió a gritar la mujer, pero su grito te transmitía lo que sentía, decepción y traición.
Y justo apunto de llegar, me detuve, analice la escena con rapidez y estaba un chico de traje negro, con sus manos llenas de esté líquido rojizo, sus colmillos derramando sangre pura. Al frente de él, se encontraba la pobre mujer que estaba atada al tronco de un pino, tenía tanto sus manos como sus pies sujetados por una soga.
No pude continuar viendo su sufrimiento, así que justo cuando me iba a salir de mi escondite, notó como una flecha de punta fina, sale disparada a la cabeza del sujeto de traje negro, pero no le sucedió nada, pues el hombre era bastante bueno con sus reflejos y logró detenerla antes de tiempo. Fué ahí que regrese a mi sitio temerosa, pues no sabía quién había utilizado dicha arma y tampoco si a mí también me podría atacar.
Fue entonces que nuevamente otra flecha sale, y luego otra, fueron tres disparos seguidos, y mediante estás salían, el personaje que las estaba lanzando se da a conocer. Era un chico de cabello negro con su arco en la mano. Él parecía muy seguro de sí mismo, no le temía ni un poco al hombre de traje. Continúo acercándose lentamente, hasta que por último, dió un disparo a un tronco que terminó rebotando, para después dirigirse a la cabeza del sujeto.
El cuerpo sin vida cae al suelo.
El chico camina hacia la mujer y no tarda en ayudarla, primero le quita la soga de encima, para después apoyarla al momento de ponerse de pie.
—Muchas gracias— le dice repetitivamente la chica.
—Si, no fue nada..
—No sé cómo agradecerte
—Bueno, ¿Qué te parece si me dices por qué te quería matar?— su mirada cambia totalmente a una de maldad o seriedad.
La expresión de la mujer se distorsiona a una de nerviosismo y temor.
—No sé—respondió titubeando .
—¿Conoces a Alyza Adamson?— la interroga.
—No. No sé de qué hablas.
El sujeto molesto la avienta contra el pino en el que anteriormente estaba siendo torturada.
—Nos están cazando, debo de saber que demonios está pasando.
—Lo siento mucho pero no te entiendo.
—No te preocupes.— dijo para seguido, sin pensarlo dos veces, con un cuchillo penetrar su cuello. Dejándola sin poder respirar y derramando litros de sangre. El chico sin piedad alguna, tira el cuerpo aún lado del otro sujeto, para después mirarme fijamente.
Mierda.
Sonrió de lado y a la vez arquea la ceja.
—Párese que alguien gusta unirse a la fiesta..
Gracias por leer 💗
Y perdón por la tardanza.
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Inmortales II: Querella
Vampire•Segunda parte de Inmortales• La realeza está siendo liderada por la familia de vampiros más peligrosa de toda la historia, la nueva reina, Alyza Adamson. Dónde la paz será olvidada, los acuerdos más que enterrados. Celestine Thalassinos, pródiga de...