CAMBIOS

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Los días pasaron y Sesshoumaru estaba decidido a ser mas amigable con Rin, por lo que cuando escuchó que el ascensor subía, abrió la puerta del apartamento. Al abrirse las puertas, ahí estaba ella con varias bolsas del supermercado. Como todo un caballero, sepultado bajo una capa de amargura y esperando salir, se apresuró ayudarla con una expresión serena. Rin por su parte, no pudo disimular su sorpresa con el repentino cambio de actitud.

"Señor Amamia yo puedo sola no se moleste!"
"Un placer!"

Con todas las bolsas sobre la mesa de la cocina, y notando que indudablemente su vecino parecía de buen humor, Rin le sonrió dándole nuevamente las gracias. Animado por la actitud amigable, Sesshoumaru le ofreció una disculpa por su rudeza.

"Lamento haber sido tan grosero!"
"Ni lo mencione, en serio gracias por llevar mis bolsas!"
"De nada, algo más en que le pueda ayudar?"

Rin no pudo evitar reírse para sus adentros. Luego, aprovechando aquella tregua que parecía sincera, lo invitó a cenar. Al principio tuvo el impulso de negarse, pero cuando ella casualmente le mencionó que eso haría muy feliz a Ava, aceptó de inmediato.

"Ella estará encantada, yo sé que no le caigo muy bien, pero si me da una oportunidad no soy tan mala, prometo no tocar sus fotos!"
"Empezamos con el pie izquierdo!"
"Algo así, pero tenemos a Ava en común. Y la verdad es que me gustaría tener alguien con quien conversar de vez en cuando, que me dice?"
"A que hora vengo?"
"7 sería perfecto!"

En cuanto Ava llegó de la escuela, Rin le contó de aquel amigable encuentro y la niña se puso feliz. La cena fue amena gracias a las anécdotas escolares de la pequeña, que simplemente se sentía en el paraíso que su vecino y tía hubieran hecho las pases.

Varios días más tarde…

Sesshoumaru y Rin estaban sentados bajo un árbol del parque en completo silencio. Estaba absorta viendo a su sobrina jugar con Luna. Inquieto por el silencio entre ellos, Sesshoumaru decidió abordar un tema que lo tenía pensativo e intrigado desde hacia días.

"Señorita puedo preguntarle algo!"
"Claro que sí!"
"Usted se mudó aquí para conseguir un esposo?"

Inmediatamente, Rin se volvió hacia él con una expresión de sorpresa y soltó un suspiro. Comprendiendo que su sobrina confiaba en aquel hombre ciegamente, le dijo que conocía muy bien los deseos de Ava, aclarándole que aquel pedido era parte de lo que su hermana le había dicho antes de morir.

"Si le dijo eso es porque le tiene mucha confianza. Yo tuve un novio en Tokio pero la relación se vino abajo con la muerte de Lya, a él le pareció injusto que de la noche a la mañana yo tuviera que hacerme cargo de una niña. Me di cuenta que era un egoísta y finalmente lo dejé, ya habíamos hablado de casarnos, pero es que no podía faltar a la promesa que le hice a mi hermana…No es fácil olvidar a las personas cuando se van tan repentinamente, el vacío es muy grande y duele a todas horas"

Asombrado, Sesshoumaru la taladró con la mirada, sintiéndose conmovido por la forma que tan acertadamente escribía la pérdida de un ser querido, comprendiendo al instante que hablaba de si misma. Sesshoumaru apretó la mandíbula con fuerza para apartar los recuerdos de Kagura. Como pensando en voz alta, Rin dejó escapar algo de su ansiedad ante los deseos infantiles.

"Pobrecita mi niña, ojalá fuera más fácil encontrar a ese hombre especial!"
"El que las quiera a las dos?"
"Jajaja ella no pierde detalle. Espero encontrar alguien…algún día. Por el momento estoy tranquila, aunque dudo encontrar un esposo aquí. Eso es lo de menos, le confieso que no estaba segura que mudarnos fuera una buena decisión pero ella esta feliz y mucho es por usted, gracias!"

Sesshoumaru la miró asombrado pero como a escondidas. La incertidumbre que se colaba en sus palabras era latente porque en ese momento fue muy claro que Rin no se percataba de su importancia en la vida de Ava. Al mismo tiempo, lo reconfortaba que le agradeciera, porque aunque no quería admitirlo, la niña era la razón por la ya no sentía que la tristeza dominaba su vida.
Respirando profundamente, se sintió débil y sin ganas de seguir aferrándose a un fantasma, tocando sus anillos disimuladamente, se sintió tan solo y necesitado a la vez, que deseó que Ava y Rin no se mudaran jamás. Volviendo su atención a Rin, notó que pasaba el índice por el borde de su ojo, como si limpiara una lágrima perdida. Apesadumbrado de verla tan vulnerable, le dijo que lamentaba mucho el fallecimiento de su hermana.

"Lya era una hermana cariñosa y divertida, la extraño mucho. Ava es mi felicidad ahora y nada más importa."

Sesshoumaru torció la boca al escucharla hablar con tanta resignación y deseó en silencio que pudiera encontrar aquel hombre especial pronto, porque era obvio que aquella mujer dejaba de lado sus necesidades, concentrándose enteramente en la niña.

NUESTRO DESTINO......  SESSHOMARU Y RINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora