Tokio, dos años antes…
Rin era una exitosa ilustradora de libros infantiles, por lo que tenía su oficina en la casa. Sin embargo, cuando recibió la llamada del hospital, avisándole que su hermana mayor Lya estaba muy grave a causa de un atropello, su existencia se había teñido con un velo de tristeza que parecía imposible de quitar. Ese preciso momento, había sido el principio de un drástico giro en su vida.
Tomando las llaves de su automóvil, salió corriendo para poder estar con su hermana en lo que serían sus últimas horas. Mientras llegaba al hospital, su mente trataba de procesar todo lo que pasaría si Lya fallecía. Con el corazón estrujado en el pecho, lloró en su carro antes de bajarse, para mostrar una actitud fuerte y serena ante la persona que mas sufriría si la tragedia azotaba, su pequeña sobrina Ava.
Caminando por los pasillos, rezaba a Kami que su hermana saliera ilesa de este revés, pero al llegar a la habitación, sintió el corazón en la garganta. Su única familia, estaba cubierta de tubos y vendas, grabando aquella imagen en su mente para siempre. Junto a Lya, estaba una enfermera como dormitando que al notar la presencia de Rin, se levantó inmediatamente.
"Es usted la hermana?"
"Si señorita, como está ella?"
La enfermera desvió un instante la mirada y renuente le dijo que estaba muy delicada porque el golpe había sido muy fuerte, dejando órganos vitales en muy mal estado. Con la cabeza a punto de estallar, Rin sintió el piso bajo sus pies moverse y casi perdió el conocimiento, pero la enfermera la sostuvo ayudándola a sentarse.
"Su hermana la ha llamado sin cesar. Me dijeron que su hija viene en camino, alguien de la escuela la traerá. Estaré afuera si me necesita!"
Rin se aproximó hasta la camilla sin poder controlar las lágrimas, una vez sentada, tomó la mano de Lya entre las suyas llamándola suavemente por su nombre.
"Lya, Lya! Soy yo Rin, puedes escucharme?"
Lya abrió los ojos muy despacio y sonrió al ver el rostro de su hermana menor. Inclinándose sobre ella, Rin le dio un beso en la mejilla y Lya pudo sentir el frío de las lágrimas que arrasaban los ojos verdes. Con voz pausada y serena le pidió tranquilidad y entereza a la que, a partir de ahora, cuidaría su más preciado tesoro, su hija. Lya era madre soltera y fuera de Rin no tenía más familia. Ahora, a pesar de estar en el umbral de su muerte, estaba tranquila porque Ava y Rin tenían una relación estrecha y amorosa.
"Rin, no llores pequeña, necesito que a partir de ahora cuides muy bien a Ava!"
"Pero Lya, te vas a poner bien, no me pidas eso, debes luchar por recuperarte!"
Lya esbozó una sonrisa tan emotiva que Rin sintió el corazón quebrarse en su pecho. Su hermana siempre había sido una luchadora, pero también sabía enfrentar la realidad de las cosas. Ella no se salvaría y necesitaba dejar todo en orden. Abatida por la fortaleza de su hermana, le prometió cuidar de Ava, como cuando eran niñas.
"Promesa de sangre!"
"Gracias!"
Lya se desvaneció un segundo pero inmediatamente abrió los ojos para seguir hablando. Rin no se sorprendió cuando le dijo que tenía un seguro de vida y testamento; donde dejaba estipulado que, en caso de muerte, Rin era la encargada legal de Ava. Desde la muerte de sus padres, muchos años atrás, dejándolas prácticamente a su suerte; Lya se había transformado en una mujer previsora, que ahorraba y estaba preparada para lo peor, pero disfrutaba de los días soleados que la vida le regalaba.
"Rin cuídala, quiéranse mucho y recuérdenme siempre!"
Rin no pudo contestar con palabras, solo se aferró a ella y rompió en llanto, con el corazón destrozado. Como pudo y en medio de su dolor, Lya estiró la mano para acariciar a su hermanita en la cabeza, como cuando eran más jóvenes y la pequeña lloraba por extrañar a sus padres.
Dominada por el esfuerzo, Lya se volvió a desvanecer y los aparatos a su alrededor empezaron a sonar, dando la alarma. Inmediatamente, Rin reaccionó y fue en busca de la enfermera. Al salir al pasillo, la mujer ya iba hacia ella y en un santiamén Lya volvió a estar consciente.
Muy en el fondo, Rin sabía que su hermana estaba esforzándose de manera sobrehumana y que no resistiría el impacto del accidente, pero estaba aguantando para despedirse de Ava. Sacando fuerzas de su tristeza, Rin se limpió las lagrimas y esbozó su mejor sonrisa; luego decidió animar a su hermana recordando momentos felices y riendo como si todo estuviera bien.
En medio de los relatos, Lya interrumpió a Rin y le dijo que haría un magnífico trabajo con Ava y que estaba feliz de ser su hermana. Con los ojos picándole, le sonrió pero no pudo decir nada más. En ese momento, la puerta se abrió y Ava corrió al lado de su madre, completamente fuera de si.
"Okasan! Que tienes, que te pasó?…mamita!"
Ava era una hermosa niña de 7 años con pelo negro y expresivos ojos café, aunque era hija de Lya, el parecido con Rin era sorprendente y muchas veces, gente que no las conocía las confundía con madre e hija. En un rincón de la habitación, Rin lloraba silenciosamente, viendo a madre e hija abrazarse.
Rogando a Kami las fuerzas necesarias, Lya contuvo sus lágrimas y le pidió a Rin un momento a solas con su hija para despedirse. En medio de su confusión y angustia, Ava quedó impresionada con la expresión de dolor de su tía, jamás la había visto de esa forma, por lo que comprendió que algo muy malo iba a pasar en su vida. Una vez solas, Lya le habló a su hija con la suavidad y dulzura que la caracterizaban, mientras la pequeña lloraba a lágrima viva.
"Mi amor, el accidente fue muy serio y no creo que mi cuerpo lo resista…se que duele pero necesito que me prometas que tratarás de ser fuerte, a partir de ahora vivirás con Rin!"
"Mami? No quiero que te vallas, no me dejes sola por favor!"
Lya apretó los ojos y aunque trató, no pudo contener las lágrimas. El dolor de dejar a su hija era demasiado y las fuerzas la estaban abandonando. Con una sonrisa, acarició las facciones de la pequeña y le pidió que se acostara en su pecho, de la misma forma que hacían al irse a dormir.
"Ava yo siempre voy a estar cuidándote desde el cielo, recuerdas las palabras de tu abuelito?"
La pequeña recitó las palabras que su madre le había enseñado con voz quebrada y abrazándose a ella con todas sus fuerzas, porque podía sentir como su voz se debilitaba.
"Para ser feliz hay que ser fuerte!"
"Buena chica! Ahora prométeme que nunca te olvidaras de mí!"
"Prometido…promesa de sangre!"
"Cuida mucho a Rin, quiérela mucho y ayúdala a encontrar un hombre bueno para ella, alguien que las quiera a las dos"
"Si Mami!"
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NUESTRO DESTINO...... SESSHOMARU Y RIN
FanficDespués de la muerte de su unica hermana, Rin decide mudarse con su sobrina a un nuevo departamento, encontrandoce con un nuevo vecino, que ha perdido a su novia y su rumbo... Sesshomaru se dara cuenta de lo que tiene frente a su puerta? Rin estara...