Capítulo dos.

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Ed me dió un codazo para que reaccionara, ¿de verdad me había quedado observando al idiota? Lo que si sé es que tengo que saber su nombre, no es que no me guste llamarlo "el idiota", pero tengo curiosidad por saber su nombre.

Me di la vuelta para que no viera mis sonrojadas mejillas, pero mi primo se había marchado sin hacer sonido alguno y el idiota estaba delante mío con su cara sonriente y arrogante que desde entonces odio.

-¿Deseas algo?

-No -Miré hacia el techo, decorado con enormes lámparas de arañas con diamantes colgando, a juego con las mesas de comida que llevaban una pequeña lámpara con diamantes; todo en esta sala era elegante, y nada estaba puesto al azar, mi abuelo no dejaría que eso pasara.

Me acerqué lentamente a una larga mesa con pequeños canapés y comida para estas estúpidas fiestas, me cogí un trozo de pan con pequeñas bolas de algo encima de diversos colores.

-Buenas -Era un chico guapísimo con ojos verdes y labios carnosos, llevaba unos vaqueros negros y una camisa blanca, con una corbata negra; sinceramente, no pensé ver a alguien en vaqueros en esta fiesta.

Le tendí mi mano -Soy Julia, y tú eres...-levanté las cejas, señalandolo.

-Ulises, encantado -Apretó mi mano y sonrió, dejando ver unos perfectos dientes blancos -¿Quieres salir a hablar fuera? Aquí hay demasiada gente.

Asentí ligeramente con la cabeza y empecé a andar, cuando estábamos saliendo vi un camarero y dejé en su bandeja el tentempié que había cogido, apestaba a marisco, y yo soy alérgica al marisco.

Cuando llegamos afuera pude ver un precioso jardín, un bosque se extendía a cientos de metros de distancia, pero en el medio había una enorme mesa blanca vacía, y mesas a su alrededor; estábamos en un hotel, no era de extrañar que hubiese una enorme mesa con sillas para los invitados.

-¿Y qué sueles hacer, Ulises?-

Sonrió -Nada que merezca la pena, hay muy poca acción en mi vida. -Sonrió, mostrando de nuevo sus dientes. -¿Y tú?

-A veces estoy boxeando y a veces estoy irritando a mi madre- Reí, ese era mi mejor pasatiempo.

-¿No irritas a tu padre?

-Apenas pasa un mes al año en casa, no tengo tiempo ni de socializar con él. -Sonreí intentando quitarle hierro al asunto.

Su móvil sonó y lo sacó, era un iPhone, no se qué modelo, apenas sé de móviles. Se quedó observando lo que fuese que hubiese recibido y después me miró a mi.

-¿Tienes planes para mañana?

Me sonrojé instantáneamente, sin darme cuenta, ¿me estaba pidiendo una cita?

-No, no...soy gay, no te preocupes por eso -Río y yo con él, tranquilizada, no busco ninguna relación estable.

-Claro que estoy libre ¿dónde nos vemos y a qué hora? -Sonreí, sabía que a Clara le alegraría que la dejase a solas con Marcos.

-Paso a recogerte a las 12 en la puerta de tu casa, por cierto ¿dónde vives?

-Dame tu número y te envío mi dirección por Whastapp.

Sonreía ampliamente mientras me daba su número de teléfono, pero al levantar la cabeza y ver detrás de Ulises lo vi, volví a ver al idiota a unos metros de distancia y parecía ¿enfadado?

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