Me cogió de la mano y me llevó al coche. No podía ni decir ni hacer nada, me había quedado totalmente bloqueada. ¿Cómo había adivinado los pensamientos que me rondaban la cabeza en ese momento?
En no más de 10 minutos habíamos llegado al gimnasio y no entendía para qué. Bajó del coche como si se le fuera la vida en ello y me abrió la puerta con amabilidad, para mi desgracia las dos letras que todavía quedaban encendidas del letrero del gimnasio le dejaron ver mis mejillas sonrosadas.
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-¿Entonces cómo te llamas?
Me miró con una sonrisa traviesa en su cara que suavizaba sus expresiones y resaltaba sus ojos.
-Para conseguir algo primero debes pagarme.
Mi cara de dudas hizo que me lo explicara.
-Hagamos un trato, si gano yo 3 veces tendremos otra cita, y si ganas tú te responderé a 3 preguntas.
Extendió su mano para afirmar el trato y mi respuesta le tomó por sorpresa.
-¿Se puede considerar esto una cita?
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Perdí, me ganó; y ahora me toca volver a salir con él.
Estábamos en el coche de camino a mi casa. Y sonreía de una manera que habría creído incapaz hasta la fecha, lo peor de todo no fue ni la cita ni mi orgullo, ahora dañado; lo peor era las risas que se iban a echar Clara y Marcos cuando volviera a casa.
Estaba pensando en lo que me esperaba al llegar a casa cuando paró el coche y se bajó sin decir palabra, a los minutos volvió con una tarrina de helado de...creo que chocolate y menta y un cucurucho de fresa.
Al abrir (milagrosamente) la puerta del coche y meterse dentro me extendió los dos helados.
-Escoge el que quieras.
Dudé seriamente, y la duda de coger lo dos helados parecía bastante buena, pero prefería llegar a casa en coche y con un helado, que andando y con dos helados; Cogí el más grande, chocolate y menta y me percaté de que no había cuchara, y supongo que por mi cara interrogante supo que no había traído cuchara, sin mediar palabra se levantó y cuando estaba a punto de entrar en la heladería se volvió y me dijo "No te escapes" junto a un guiño.
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-Dios, no me puedo creer que vayáis a tener otra cita, en serio...
-Sabía que iba a conseguirlo.
-Pero, aunque tú le conoces más que yo a él no creo que Julia acepte otra cita de él.
-¿Te has dejado ganar?
Las miradas de Clara y Marcos se posaron en mi, después de una larga parte de risas y su anterior conversación. ¿Cómo puede creer Marcos que le haya dejado ganar? Tengo un orgullo, bueno, tenía, porque ya no queda mucho. Sus miradas impacientes seguían en mi, esperando una respuesta.
-No le he deja- Mi voz fue cortada por el sonido de mi móvil ¿quién podía llamarme a estas horas? No mucha gente me suele llamar a las 3 pasadas...Idiota, sólo podía ser él.
La sorpresa llegó cuando vi quien me llamaba, un tal Iván, no conozco a ningún Ivan...
-Entonces...¿cuándo voy a tener mi segunda cita?
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MUCHAS GRACIAS a tod@s que votáis mi novela, y también a aquellos que me disteis unos maravillosos nombres para Idiota (y a los que sólo leen también), me hubiera gustado ponerle todos los nombres, de verdad, pero me temo que no es posible.
Eso sí, como agradecimiento a tod@s los que os tomásteis vuestro tiempo en pensar un nombre y mandarmelo lo pondré en la novela como algún amigo de Iván, Marcos, Clara o Julia, intentaré ponerlos todos.
Elegí este nombre porque una persona me comunicó fuera de Wattpad este nombre y otra persona en los comentarios también, y al elegirlo dos personas he pensado que sería lo más correcto, espero que no os moleste.
De nuevo, un millón de gracias por leerla.
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Boxeando
Teen FictionTienen más en común de lo que desearían: el boxeo, los amigos, la gente con la que pasan su tiempo de trabajo...y además se ¿odian?