Primer capítulo.

1.6K 160 21
                                    

El celular no paraba de vibrar y de sonar con mi canción favorita. Tomé mi cabeza entre mis manos, ¡yo solo quería dormir! Intenté ver la pantalla pero aún tenía sueño y no pude divisar quién llamaba, así que simplemente atendí.

—¿Hola? —Pregunté sintiendo mi garganta carraspear.

—¡Aline te he llamado miles de veces! —Exageró mi mejor amiga desde el otro lado de la línea con su fingida voz de enojada.

—Emma...¿qué sucede? Es sábado, ¿recuerdas? —Respondí aún sin sentir mi voz.

—¡Lo recuerdo perfectamente!, ¿y tu recuerdas que me ayudarías a elegir un vestido para la cita de hoy, son las doce del mediodía! —Esta vez si parecía furiosa.

—¡Lo siento, lo siento! —Me paré de golpe y sentí un leve mareo, pero no le presté atención—. Ya estoy yendo para allá, no te preocupes.

—Más te val...—Y corté.

Fui rápidamente al baño y lavé mi cara con agua helada, me miré al espejo y vi todo el delineador corrido bajo mis ojos —Y miles de flashes aparecieron en mi mente de la fiesta de anoche—. Limpié como pude el resto de maquillaje y volví nuevamente a mi habitación, mientras me colocaba un jean desgastado, unas botas cómodas y por arriba de mi remera coloqué una sudadera morada.

La fiesta a la que había asistido anoche había sido un poco bastante alocada, casi no recuerdo ni como llegué, en realidad...No lo recuerdo, pero en fin, eso no importa ahora, importa que Emma me matará si no estoy allí en menos de media hora.

Crucé el living de mi apartamento, no estoy muy acostumbrada aún, es algo pequeño pero cómodo, me mudé aquí hace dos meses ya que la mejor universidad de artes se encuentra aquí en el centro de New York; aunque a mamá y a papá no le gustó mucho la idea deberían aceptarlo. Iba a tomar mi bolso que se encontraba sobre el sofá, cuando me di cuenta de que el sofá no estaba vació y había un chico durmiendo allí.

Casi grito literalmente, ¿qué tipo de broma es esta? Me acerqué lentamente, muy lentamente. No podía ver su rostro, lo tenía del lado del respaldo y se notaba como dormía placidamente boca a bajo. Toqué su brazo y lo moví también lentamente, hasta que el chico pasó lentamente sus manos por su cabello revuelto y me miró.

No tuvo exactamente la misma reacción que yo, si no que me sonrió y se sentó lentamente mientras se estiraba. Instintivamente retrocedí unos pasos.

—¿Quién eres y por qué estás en mi departamento? —Pregunté a unos cinco pasos del sofá.

—¿No me recuerdas? --Sonrió con confianza y apoyó su cabeza entre sus manos como si esta le pesara. Su voz era ronca, muy ronca, pero no como si recién se hubiera despertado, si no ese tipo de voz que uno ya tiene y creo que no lo había notado hasta ahora, pero él era muy guapo, tenía su pelo revuelto y sus ojos eran verdes, llenos de misterio aunque me reconfortaban. No le tenía miedo. Parecía cualquier adolescente de mi edad sentado en un sofá recién despierto.

—¿Hoooola? —Alargó su oración—. ¿Me escuchas, podrías traerme una aspirina?

—Hum...claro. —Aunque no lo conocía me paré y fui hasta la cocina, serví un poco de agua y tomé una aspirina—. Aquí tienes.

—Gracias. —Y otra vez me sonrió con esa sonrisa tan sarcástica y provocadora, mientras dejaba el vaso sobre la mesita que se encontraba junto al sofá. Esta vez lo encontré parado, con unos jeans negros ajustados que presumían sus hermosas piernas y una remera blanca arrugada por dormir con ella. Se acercó a mí tomándome de la cintura y me aparté rápidamente.

—¿¡Qué pasa contigo y quién eres?! —Me alejé tan rápido como si me hubiera pasado electricidad—. ¿Qué haces en mi departamento? Creo, creo que llamaré a la policía. —Dije atónita y tomé mi celular mientras comenzaba a marcar 911.

Destroy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora