Untitled Part 5

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-No me puedo creer que vayas a vivir en su casa- decía Ruby con los brazos cruzados

-No voy a vivir en su casa, solo me quedaré allí un tiempo. No puede quedarse sola, Ruby- decía Emma mientras terminaba de meter la ropa dentro de la maleta.

-¿Y tus estudios? ¿Estás pensando en abandonarlos, no es eso?

-No, no lo sé. No me gusta esa carrera

-Emma, ¿sabes cuántas veces has cambiado ya? ¿Por qué no te metes ya en Arte? O estudia música

-¿Sabes qué dirían mis padres?- miró a la morena

-Es tu futuro, Emma, no el de tus padres. ¿Te vas a pasar la vida haciendo algo que no te gusta? ¿Solo para agradarlos?

-Lo sé, Ruby, prometo pensar en ello, ¿ok? Ahora tengo que irme- se acercó a la amiga y le dio un beso en la mejilla –Cuídate


Al llegar a la mansión, Emma se dirigió al cuarto de huéspedes que estaba al lado del de Regina. Así, en caso de que la morena necesitara algo, estaría cerca. Colocó las ropas en el armario y su material de estudio en el escritorio. Terminó todo y bajó a la sala. Caminó hasta el piano y tocó algunas teclas, miró hacia un lado y había algunos CDs en una mesita al lado del equipo de sonido. Miro algunos, todo música clásica. Típico de Regina. Uno en concreto llamó su atención, tenía una caratula negra y una gran letra R en dorado, sacó el Cd de su estuche y lo puso en el aparato, le dio al PLAY

Una hermosa melodía comenzó a sonar, Emma conocía aquella pieza, el Lago de los Cisnes

-Apaga- escuchó la voz grave de Regina y se giró, la morena estaba en su silla de ruedas –Por favor, apaga

-¿Eres tú quién toca?- preguntó, mirando el cadena de música y después a Regina de nuevo

-Joder Emma, apaga ya- dijo enfadada. Emma se giró y lo apagó

-¿Eras tú?- volvió a preguntar, sentándose en el sofá

-Sí, ya te dije que tocaba, y no me gusta hablar de eso. Ahora, ¿puedes preparar el almuerzo?

-Claro, ya voy- dijo Emma caminando hasta la cocina. Regina parecía estar más triste de lo normal. Sabía que la morena estaba así porque Daniel ya no estaba con ella, y ese hecho le provocó un pinchazo en su corazón, sabía que algo en ella estaba diferente, Regina comenzaba a importarle, como nunca se había importado por nadie, aparte de Ruby.


Ya era de noche, Emma ya había colocado a Regina en la cama y estaba en su cuarto sentada en el lecho. Cogió el móvil, abrió el whasapp y tenía en mensaje de audio de Kara.

"Hola rubia, espero que estés bien. ¿Podemos ser amigas, no?"- Emma sonrió, Kara estaba completamente loca, pero era una buena persona. Mandaba mensajes a la rubia todas las mañanas, y todas las noches. Emma iba a contestarle cuando escuchó a Regina tosiendo por el interfono que había en el cuarto de la rubia. Emma corrió hasta ella, Regina parecía estarse ahogando, en busca de aire mientras la tos salía de su garganta.

-Regina-Emma la levantó –Regina, háblame. ¿Qué hago?- miraba a la mujer que, desesperada, tosía -¿Qué medicamento te doy para que pare? Mierda. Regina, respira- decía intentando agarrarla –Regina, respira, por favor. ¿Qué hago?- su voz señalaba desespero, cogió el teléfono y marcó el número de emergencias con sus trémulos dedos, Regina continuaba tosiendo.

-Can...cancela- dijo con dificultad

-¿Qué? ¿Quieres que cuelgue?- preguntó –Hola- habló con la persona que le contestó –Soy Emma Swan, habló en nombre de Regina Mills, he apretado la alarma de emergencias sin querer y me gustaría cancelarla- dijo intentando controlar su nerviosismo –Gracias- dijo colgando y mirando a Regina, su tos había parado.

Bleeding LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora