Parte sin título 7

1.1K 143 13
                                    


El día estaba soleado, era miércoles y Regina estaba sentada frente a su médico mientras él revisaba sus exámenes.

-Seis meses atrás tenías una capacidad respiratoria del 64%, ahora tienes un 42%, ¿usas respirador por las noches?- el hombre encaró a Regina

-No- fue directa –No me gusta- se encogió de hombros –Me hace sentir que me ahogo

-Regina, cada vez será más difícil que llegue oxígeno a los pulmones, pronto tendremos que usar un respirador permanentemente

-Pero, ¿cuando esté con la máquina podrá hablar?- preguntó Emma, hablando por primera vez desde que había comenzado la consulta

-No. Regina, necesito que hagas todo tal y como te lo indico- dijo anotando algo en una receta –Usa este respirador antes de dormir, es por tu bien, Regina

-Yo me encargaré de que lo use, lo prometo- dijo Emma mirando al hombre y después a Regina. La morena odiaba ser tratada como una enferma, lo era, pero no quería que eso estuviera cada vez más evidente en su vida.


Regina decidió que quería pasar por el parque para respirar aire fresco, el viernes sería Acción de Gracias y le pidió a Emma que invitara a Magdalena y John, a Ruby y Zelena y a Kara. Emma hizo lo que la morena quería, invitó a los amigos y después del paseo pasarían por el supermercado a comprar las cosas.

Emma estaba sentada en un tronco, mientras Regina estaba en el suelo, apoyada en un árbol con los ojos cerrados. El día estaba fresco, el viento batía en las hojas de los árboles, se escuchaban a los pajaritos, niños jugando y perros corriendo tras algún objeto que sus dueños les lanzaban.

-Nunca hice esto- dijo Regina abriendo los ojos, Emma se levantó y se bajó del tronco, sentándose a su lado

-¿El qué?- preguntó

-Nada- dijo suspirando

-Quizás sea ese el problema de mi vida, no sabía que esto no era nada- sonrió –Regina, sé que confías en él, pero no mencionó ningún medicamento que estén usando hoy en día

-Por favor, no hagas eso

-¿Hacer el qué?- encaró los ojos marrones

-Lo que todos hacen, Emma, sentir pena, querer una solución, no hay solución, solo hay que aceptarlo.

-Tú no aceptas que estás enferma, ¿cómo quieres que los demás a tu alrededor lo acepten?

-Yo lo acepto, pero lo único que no quiero es que esta enfermedad defina mi vida- miró al suelo, Emma llevó sus manos al rostro de Regina

-Sé que no es de mi incumbencia, a fin de cuentas no soy yo la enferma, pero, por favor, Regina, no te rindas.

-Ese es el problema de rendirse, no pensar en lo que se hace hasta que es tarde. Es como la música, no paré de repente, comencé a tocar menos hasta que ya no tocaba más porque no combinaba con el resto

-¿Quieres decir Daniel?- retiró la mano del rostro de Regina, la morena la encaró

-¿Has dejado algo alguna vez por alguien?- Emma resopló

-Bueno, aparte de la vida, de cantar, la escuela, de agradar a mis padres, del amor...No...No...no tengo ni idea de lo que estás hablando- sonrió

-Eres encantadora, Emma, no dejes de hacer algo que te guste por agradar a nadie, no dejes de vivir tu vida por nadie. Necesitas más, necesitas vivir y aprovechar cada cosa que la vida te da, antes de que te ponga una zancadilla y te arrebate todo, todas las oportunidades- Emma la miró, y Regina sonrió, Emma sintió su corazón acelerarse y la respiración salir más ahogada, se acercó a Regina, la morena la seguía mirando fijamente, no apartaba los ojos un segundo de Emma, de sus ojos, de sus labios. Emma se acercó más, ambas cerraron los ojos, los labios se sellaron en un sencillo beso, un simple roce, Emma continuó acariciando el rostro de la mujer, esta entreabrió los labios y Emma profundizó el beso tocando la lengua de la de más edad con la suya, un beso torpe, pero lleno de deseo. Emma mordió el labio de Regina y se apartó con sus grandes ojos verdes desorbitados. Regina continuaba con los ojos cerrados.

Bleeding LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora