Capítulo 12

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《Natalie 18 años》

Abrí mis ojos lentamente, sentía mis ojos hinchados por haber estado llorando toda la noche, me voltee y allí estaba Brad, completamente dormido, quería golpearlo, asesinarlo. No podía seguir aquí.

Busque algo en la habitación, algo para poder defenderme de el, no encontré nada, el maldito había ocultado cualquier cosa con lo que pudiera lastimarlo.

No me había violado, solo me había quitado la ropa para asustarme, ¿Y si lo asfixiaba con mi almohada?

No lo creo, el es mucho más fuerte que yo, solo conseguiría empeorar las cosas.

Tal vez...podría comportarme bien con el, y así ganar su confianza, no suena tan mala idea, por lo menos no en mi cabeza.

Estaba tan distraída pensando en cómo escapar de aquí, que al sentir los labios de Brad sobre los míos me asuste, quise apartarlo, pero la idea de ganar su confianza llego a mi.

Me quedé inmóvil, sin corresponder a su beso, tendría que ir despacio o se daría cuenta de lo que estaba tramando.

El se separo de mi y me dedico una sonrisa, siempre había pensado que era demasiado guapo, incluso llegue a pensar que podría gustarme.

Hice una mueca al ver su sonrisa burlona, el se levantó de la cama y yo me senté, recargando mi espalda en el cabezal, cubrí mi desnudo cuerpo con las sábanas.

---No entiendo porque te cubres, eh visto tu cuerpo desnudo muchas veces ya.---Diciendo eso sale del cuarto, ¿había dicho que me había visto desnuda antes? Eso quiere decir...¡Me había estado espiando todo este maldito tiempo!

Suspiré y cerré mis ojos, imágenes de mi pequeña Mia llegaron a mi cabeza, cubri mi rostro con mis manos y sin poder evitarlo llore, extrañaba a mi dulce pequeña.

Mordí mis labios de la rabia, todo lo malo que pasaba a mi, quiero saber de mi pequeña, sin pensármelo, comencé a llamar a gritos a Brad.

---¡Brad Maldita sea! ¡Ven ahora mismo!---Al no obtener respuesta, le llame nuevamente, hasta que por fin apareció en el umbral de la puerta.

---¿Que rayos te pasa? Porque gritas de esa manera?---Dice mientras recorre con sus ojos el cuarto, al no encontrar nada fuera de lugar, sus ojos se dirigen hasta mi esperando una respuesta.

---Mia, ¿Donde esta mi hija?---Intente no sonar demasiado desesperada, el sonrió de lado al saber el motivo de mi angustia.

---La ultima vez que la vi, Harold cuidaba de ella---Se encogió de hombros---No me pareció bueno traerla, no le caigo bien.

Se acercó hasta la cama y tomó asiento en los pies de esta, su sonrisa desapareció y sus labios formaron una línea recta.

---No pensé que te afectaría tanto no tenerla, supongo que no volverás a verla.---Al terminar de decir aquello, una sonrisa cínica aparece en sus labios, clave mis uñas con fuerza en las palmas de mis manos, sentía como las lágrimas caían de mis ojos.

Decidí no responderle, que ganaría? No quería que continuará burlándose de mi.

Lo siguiente que le diría, seria la mentira más grande que alguna vez hubiera dicho, el no se había percatado de que había llorado, se que disimuladamente mis lágrimas y me las arregle para sonreír lo mejor que pude.

---¿Afectarme? Realmente me hiciste un favor, quería deshacerme de esa estúpida niña desde que supe que estaba embarazada de ella.---Mia perdona a Mami por mentir de aquella manera.

Al oír lo que había dicho, inmediatamente fija su mirada en mi, la sorpresa estaba reflejada en sus ojos, unos segundos más tarde me devolvió la sonrisa, se acercó a mi e intento darme un beso.

Ladee mi cabeza, aun con la sonrisa en mis labios, el río ante mi acto.

---Haciéndose la difícil?---Pregunta mientras acaricia mi pierna, que se encontraba cubierta con la sábana.

---No lo tendrás tan fácil.---Digo, para luego besar la comisura de sus labios y alejar mis rostro de el.

Aun no me cría lo que había dicho y echo, de donde había sacado todo eso yo?

Eso ahora mismo no importaba, parecía que estaba bajando la guardia, eso me convenía. Tendría que seguir así.

Mi PesadillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora