Capitulo I

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Detesto a las personas, somos seres tan podridos y corrompidos, es una lástima que tenga que estar rodeada de ellos, no es de extrañarse, después de todo somos una sociedad podrida y hambrienta de más poder.
Las reglas que nos rigen son demasiado estúpidas, no sirve de nada el que estemos divididos en clanes y que estos controlen las zonas que les han pertenecido desde hace siglos o hayan hurtado a clanes rivales en ridículas guerras, después de todo mi padre es quien tiene el control sobre los demás, él es el rey que maneja el mundo desde las sombras y yo solo soy su muñequita, un premio para la familia que mi padre escoja, no tengo voluntad, puesto que soy mujer, solo debo acatar la regla que se me sean impuestas, lucir hermosa y moverme como toda una diosa. No puedo hablar a menos que se me ordene, y como es de esperarse mi padre es quien ordena. Soy la segunda heredera de la familia pero mi hermano Lucan ha sido desterrado y por poco asesinado por no tener los ojos grises (otra regla de esta sociedad) y al nacer con el color de ojos purpura de mi madre se le ha borrado de la familia, desafortunadamente yo cumplo con todas las características de mi clan, cabello negro deslavado en tonos purpuras, piel blanca como el papel, ojos de color gris, complexión delgada y de 1.75 metros de altura. Si solo hubiera sido yo la de los ojos purpuras no tendría que soportar toda esta farsa. De momento me encuentro en el jardín dentro de una horrible fiesta rodeada de los hermosos árboles y plantas en tono vino es una noche hermosa, las dos lunas adornan un cielo sin estrellas y las aves nocturnas cantan mientras vuelan entre los árboles y el viento arrastra su melodía como una dulce nana, el lago parece plata liquida gracias a la luz de las lunas y las flores negras dentro de este parecen diamantes. A lo lejos solo se escucha la melodía y el barullo de la gran fiesta que se me ha organizado por cumplir los veinte años de edad, todo el mundo está sumamente feliz ya que el próximo año se decidirá quién me desposara. Poco a poco escucho los pasos de mi nana acercándose, debe venir para llevarme a dentro.
-Sorcha, es hora de regresar, el señor Kelvin ha notado su ausencia-
-Gracias Alexandra, la verdad es que no quiero regresar… ella aún se encuentra ahí, tomando el lugar de mi madre- Digo con un sabor amargo en la boca, sé que la amante de mi padre está acompañándolo esta noche y que no puedo hacer nada pero mi madre no merece esta humillación.
-Señorita lo sé bien, pero no puede dejar su lugar así, esta es su fiesta y debe atender a sus invitados como es debido- dice con su dulce voz, fue comprada como una esclava para mi madre, pero ha sido quien me crio y me educo y quien toma mi lugar la mayoría de las veces cuando mi padre trata de golpearme o me golpea. Finalmente suspiro antes de asentir y seguirla hasta la entrada de la enorme mansión en la que he vivido toda mi vida, debo admitir que las puertas de madera adornadas en su mayoría con estatuas siempre me han parecido hermosas. Entramos por una de las puertas traseras, al hacerlo me encuentro a mi padre abrazando a Christine, el solo mirarlos me causa repulsión, pero en vez de mostrar desagrado los saludo cortésmente. –Padre, Christine- Noto la sonrisa de satisfacción y placer en el rostro de mi padre –Sorcha me alegro de que hayas regresado, tengo un anuncio importante que hacer y por supuesto te necesito presente como la futura heredera- mierda, debe ser el anuncio de quien me desposara. Pero hay algo más, lo noto en el brillo de su mirada… el miedo me inunda y siento un horrible dolor en medio de mi abdomen, por suerte mi cara no lo demuestra y me limito a darle la respuesta esperada –Estoy totalmente alagada de que me haya considero y esperado padre- inmediatamente su cara torna en una enorme sonrisa de placer. –Por favor acompáñanos- me posiciono a su derecha y lo sigo hasta el estrado que se encuentra en el centro del comedor, al llegar toma una de las copas vacías que se encuentran en la mesa y da tres golpes en ella con un tenedor. Inmediatamente los invitados se callan y le prestan atención expectantes de lo que dirá. – Les agradezco a todos los presentes por venir a esta ceremonia o mejor dicho reunión, como ustedes ya saben mi querida hija Sorcha hoy a cumplido veinte años de edad y como la ley lo establece el próximo año será desposada por el heredero de uno de los clanes aquí reunidos, como su padre y líder de nuestro clan me corresponde seleccionar al mejor postor para liderar a mi familia y he seleccionado a Izan como a uno de mis predilectos los otros dos se quedaran en el anonimato hasta el día del anuncio oficial, que será el año entrante. Cambiando de tema quiero compartir con ustedes que Christine está embarazada de un pequeño bastardo mío- Se escucha la sorpresa de los presentes, esto divierte a mi padre mientras que a mí solo consigue indignarme y enfurecerme más. Pero prosigue son su discurso - por este motivo Vermillion no se encuentra hoy entre nosotros, quiero aclarar que este bastardo aun no nato no tiene absolutamente ningún derecho o privilegio dentro de la familia, al igual que su madre, así que no se preocupen por malentendidos futuros, después de todo Christine fue un obsequio de uno de los clanes más débiles. ¿Cómo decir que no ante un regalo tan tentador?- toca su trasero y mete la mano entre sus piernas, los invitados se ríen y murmuran, mientras que otros solo tratan de ocultar su desagrado. – Así que para no ofender a sus padres declaro a Christine mi concubina oficial y a este bastardo como mío- El maldito de mi padre estalla en una carcajada a la vez que alza el vestido de Christine y mete sus dedos entre sus piernas. Mierda no puedo más y me bajo del estúpido estrado. Cuando llego al último escalón la mano de Kelvin me sujeta fuertemente el brazo, lo abofeteo y me suelto de un tirón, al ver la conmoción y furia en su rostro me muevo rápido para dibujar distancia entre nosotros y ganar más espacio, sé que estoy muerta y algo dentro de mi despierta y grito con todas mis fuerzas – ¡Kelvin eres una mierda, eres el hijo de puta más grande que ha existido sobre la faz de la tierra y el ser más asqueroso que existe, me avergüenzo de ser tu hija. ¡Ojala te mueras maldito infeliz pedazo de mierda poco hombre! - en el momento en que mi grito sale toda la sala se queda callada, la tensión es tan gruesa que podría cortarla y probar un bocado, observo como el rostro de mi padre cambia de un blanco mortal a un rojo sangre y siento como a continuación me abofetea con la suficiente fuerza para que me estrelle contra el suelo, comienza a golpearme enfrente de todos y lamentablemente me doy cuenta de lo que ya sabía, nadie me ayudara, nadie es tan idiota como para ir en contra de mi padre. – ¡Mírame Sorcha, mírame y pídeme disculpas maldita perra! ¡¿Creíste que eso era humillar a tu madre?! … ¡no sabes lo que es la humillación!- Grita contra mi cara antes de lanzarme contra una gran mesa. Señala a alguien de entre los invitados y le grita – ¡Tú, sujétala y no dejes que cierre los ojos… si alguno de ustedes lo hace pagara las consecuencias!- Ladra antes de tomar a una de las chicas de la sala, la arrastra hasta donde estoy tirada y le rasga la ropa, la pobre chica no deja de gritar, pero Kelvin lo soluciona murmurándole una amenaza en el cuello… en seguida de eso la despoja ahí ante todos de su virginidad y cada que intento cerrar los ojos soy golpeada y obligada a mirar con más rudeza. Gracias al cielo pierdo el conocimiento después de un puñetazo en mi rostro.
No tengo idea de cuánto tiempo ha transcurrido, solo soy consciente del dolor de mi cuerpo y del olor de la sangre, así que me veo obligada a abrir los ojos y al hacerlo me encuentro con la mirada sin vida de la chica de anoche. Su garganta fue abierta y cuerpo desnudo y carente de vida esta sobre el mío, ni siquiera me doy cuenta de que estoy gritando hasta que escucho la risa de mi padre. Mi mirada viaja hacia la suya he inmediatamente me quedo callada. –Por favor continua, creo que ya te diste cuenta de lo que pasa cuando alguien me falta al respeto- me dice levantándome con una mano del cuello y dejándome caer sobre el cuerpo de la chica. – Mira puta barata si no te he matado un es porque desgraciadamente Vermillion ya no puede dar a luz a más niños y porque aunque la asesine tú eres la única que puede heredar mi lugar y creo que ya te diste cuenta de quién manda en este maldito mundo. Pero por si acaso solo te daré una última advertencia. Vuelve a retarme o ha faltarme el respeto y estarás tres metros bajo tierra. ¿Te quedo claro?- Vuelve a levantarme y esta vez me azota contra la pared –Te pregunte si te había quedado claro- Dice con más furia en su voz -S... Sí- Digo tartamudeando, no por miedo si no por dolor-¿”Sí” qué?- masculla con furia y me da un puñetazo en el abdomen - Sí señor- al decir esto queda complacido y se aleja de mi - Así me gusta- me quedo paralizada hasta que sale del salón y dejan de escucharse sus pisadas.
El dolor es tan agudo que inmediatamente vuelvo a quedarme inconsciente, al despertar me encuentro en mi habitación con Alexandra a mi lado, me mira con culpabilidad y tristeza en sus ojos, odio la lástima que se esconde en lo profundo de estos – Señorita no se mueva por favor, está muy lastimada y aun no hacen efecto las hiervas para calmar el dolor- ignoro su comentario y trato de sentarme, el dolor de un par de costillas rotas casi me deja inconsciente de nuevo, pero me las arreglo para mantenerme sentada – No te preocupes Alexandra, estaré bien, solo necesito usar el baño y mirarme en el espejo- inmediatamente se pone nerviosa, debo verme horrible – No te preocupes, está bien, solo necesito un poco de ayuda- inmediatamente suspira con un poco de resignación – Como guste señorita- me incorporo lenta y dolorosamente, mi recorrido al lavabo es más doloroso de lo que esperaba, pero es algo que debo de soportar, la debilidad nunca ha sido una opción para mí ni para nadie dentro de esta casa.
Al llegar al lavabo y encontrarme con mi reflejo observo la horrible hinchazón y mezcla de hematomas y heridas abiertas de mi rostro y cuerpo, Alexandra me permitió descansar desnuda y las heridas y cicatrices que me han marcado se han convertido en un arte dentro de mi piel, algo por lo cual jamás podré olvidar a Kelvin. – ¡Señorita por favor perdóneme por no poder ayudarla, debí interponerme entre usted y su padre, es mi culpa que este así!-
- Alex no ha sido tu culpa, de haberlo hecho solo lo habrías empeorado para ti y para mí, tu eres la única persona que realmente ha estado en mi vida y ha tratado de protegerme por favor no te disculpes, no había nada que pudieras hacer. Pero enserio gracias- digo eso mientras ls tomo del brazo y ella se aferra a mí con fuerza.
- Pero señorita yo soy quien debe recibir todos los golpes, no usted- alzo su rostro y la miro con una sonrisa débil – Alex tú has sido la única familia que realmente he tenido, ya has obtenido más de las heridas necesarias, no quiero que te vuelvan a lastimar por mi culpa-. Nos quedamos un tiempo abrazadas en medio del baño hasta que el dolor regresa lentamente a mi cuerpo y va por los tés y algunos ungüentos para evitar futuras infecciones. Después de esto tomo un largo baño y me relajo mirando al jardín a través de las cortinas.
Después de pasar dos semanas siendo una ermitaña en mi habitación y de recuperarme de las heridas Alexandra me aconseja visitar a Vermillion, después de todo sigue siendo mi madre y no puede sentirse peor de lo que me siento yo.
Me visto con una de mis prendas favoritas, fue diseñada por mí y confeccionado por una de las criadas de la familia, la seda lila y negra se ajusta a mi cuerpo y hace que al caminar me vea como una diosa.
Odio admitirlo pero esto es una de las pocas cosas que me permite huir de mi realidad, sé que no podre pasar toda mi vida recluida en el castillo que he creado dentro de mi cabeza, cada día se agrieta más y sé que pronto se derrumbara, cada día me cuesta más trabajo continuar, como deseo morir, pero sé que aun así harían lo posible para que sobreviviera.
Camino a través del hermoso y enorme jardín que separa la habitación de mi madre de la mía y con cada paso que me acerca más a ella en mi interior crese la sensación de miedo, acelero mi andar y al llegar a la puerta y ver como el silencio envuelve el lugar me lleno de miedo, Vermillion jamás esta tan callada, por lo general solo grita. Abro las grandes puertas y entro casi corriendo a su habitación pero no la encuentro, mientras más tiempo paso recorriendo la enorme estancia más inquieta me siento, por fin llego a la última de las enormes puertas, estas se encuentran cerradas, lo cual es muy extraño, llamo un par de veces a mi madre pero no responde, así que me veo obligada a pedir ayuda, después de varios minutos consiguen abrirlas pero la imagen que esto acarrea me deja congelada, en el piso se encuentra ella, con un enorme golpe en la cabeza.
El medico llega corriendo y la toma, checa su pulso y se da cuenta de que aun esta con vida. Debería sentirme triste o asustada, pero no siento nada y eso es lo que más me perturba, debería sentir algo pero es como si todas mis emociones hubieran sido drenadas hace varias semanas por kelvin. Todo a mi alrededor se convierte en una sinfonía de caos, pero yo me encuentro apacible y sin ningún sentimiento, no se si esto sea bueno.

Tan viva que desea la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora