Capítulo 4: "El sabor frio de la tormenta"

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Cuando Orihime abrió los ojos, la luz del sol entraba a través de las cortinas y oyó el agua corriendo en el baño.

Ichigo se estaba duchando.

Orihime apartó la manta y las sábanas, dándose cuenta de que Ichigo le había colocado el edredón por encima. Además, había puesto los cojines sobre los que había dormido junto a la puerta y había dejado la almohada encima.

Al poner un pie en el suelo, la joven se estremeció de frio, se puso la bata y fue a ver el termostato situado junto a la puerta del baño. La calefacción estaba funcionando, pero la temperatura estaba muy por debajo de lo normal. Cuando escucho que el agua se detuvo, se apresuro a ir a la cocina, donde vio que Ichigo había conectado la cafetera y colocó una taza con una bolsita de té dentro. Evidentemente, para ella.

Sintió algo muy intenso en el centro del pecho, se sirvió agua caliente, agarró la taza y se dirigió a la mesa. No era, ni mucho menos, la primera vez que alguien le preparaba algo, pero en las demás ocasiones siempre lo había realizado una empleada a sueldo.

Aquello era completamente diferente.

La pelinaranja creyó tener sus emociones a raya hasta que Ichigo salió del baño cubierto tan sólo con los pantalones y una toalla al cuello. Entonces, Orihime dio un sorbo tan grande al té que tosió al quemarse la garganta.

-Vaya, estás despierta –la saludo él –He intentado no hacer ruido.

-Y no o has hecho –contestó ella –Gracias por el té.

-De nada –respondió Ichigo –La luz se ha ido por la noche y ha regresado hace unas horas, pero se está yendo y viniendo todo el tiempo. Por eso he decidido ducharme cuanto antes.

-No me he dado cuenta de nada –dijo Orihime sinceramente.

No se podía creer que hubiera dormido tan profundamente con Ichigo en casa.

-Por eso hace frio aquí dentro –continuó Ichigo secándose el cabello con la toalla –He puesto la calefacción al máximo –añadió mientras Orihime hacía auténticos esfuerzos para no babear ante la perfección de su cuerpo –Vaya, se ha vuelto a ir –mencionó observando que el piloto de la cafetera se había apagado -¿Sabes si hay un hacha por aquí?

-No tengo ni idea –contestó Orihime.

-¿Y me podrías prestar unos calcetines?

-Si, claro –respondió ella acercándose al armario y sacando un par idénticos a los que ella llevaba.

-Son rosas –observó Ichigo sonriendo –Pero me irán bien –continuó poniéndoselos y añadiendo los suyos blancos encima.

-También tengo camisetas grandes. Me las he comprado para cuando tenga más vientre. Son de hombre –comentó Orihime entregándole una.

Ichigo se la puso y ella no pudo evitar fijarse en cómo se le marcaban los músculos.

-¿Me das otra? –le preguntó el ojicafé poniéndose las botas.

-Claro –contestó Orihime entregándosela.

-Cuantas más capas de ropa lleve, mejor –Ichigo le sonrió y cuando se puso la chamarra de cuero, ella comprendió que tenía intención de salir. –Hay que cortar leña –le explicó él.

-Matte... -lo detuvo Orihime yendo de nuevo al armario y sacando una bufanda –Es rosa, si, pero muy calientita.

.Arigatou –volvió a sonreír Ichigo agradecido.

Orihime se acercó, se la puso por la cabeza, le dio dos vueltas al cuello con cuidado y le metió las puntas por dentro. Al hacerlo, sus ojos entraron en contacto y Orihime se apresuró a apartarse.

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⏰ Última actualización: Feb 22, 2018 ⏰

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Atrapados en la nieve (Ichihime)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora