6to Idiota Tsukumo.
Era hora de almorzar, los chicos se encontraban en el comedor tranquilamente como siempre. Pero esta vez se les había unido el joven ninja a la mesa.
Hablaban con calma de trivialidades, de comida, alguna que otra experiencia fuera de la cárcel... de amor.
-Nee ninja-kun ¿tienes alguna novia ninja afuera esperándote? -preguntó Nico emocionado.
-Mmmm no realmente...
-No sea modesto señor ninja~ seguro debe haber dejado varios amores clandestinos con el corazoncito roto allá afuera~ -dijo juguetón Uno pasando su brazo por sobre los hombros de Tsukumo.
-Bueno...
-¿Bueno... qué? -preguntaron los cuatro al unísono.
-Dudo que aún espere por mí realmente, pero les contaré...
Relato de Tsukumo...
Era fin de semana, un otoño en Estados Unidos... Las hojas aún estaban en su proceso de cambio de estación, las plazas estaban ligeramente adornadas por los tonos rojizos y café de la temporada. Una mañana yo salí de mi departamento alquilado para dar una vuelta y descansar un poco de mi trabajo, al llegar fui por un café a uno de esos carritos de la calle, pero antes de siquiera poder beber un sorbo un enorme perro negro me salto en la espalda haciéndome caer de cara al asfalto.
-¡Oh por dios, señor! Discúlpeme, se cortó la correa y no pude sostenerlo a tiempo ¿Se encuentra bien? -dijo un chico preocupado tratando de quitar al animal de la pobre espalda de Tsukumo.
-S..sí eso creo... -murmuraba con la cara en el suelo.
-Perdón, perdón. ¿Esta herido? Puedo acompañarlo a un hospital si quiere.
-No no. No es... Necesario... -el pelirosa logro voltear ligeramente su cuerpo que aún estaba bajo el animal para tratar de convencer a su dueño de que no estaba tan herido como podía aparentar.
Al momento de girarme pude ver por primera vez la cara del dueño de mi atacante, un jovencito de tal vez no más de 18 años, cabello ligeramente rizado color aquamarina, unos enormes ojos azules, tenía las mejillas rosadas por el frío de la mañana y aunque me encontraba en el suelo todavía, pude notar que era mucho más pequeño que yo en tamaño.
-¿Está seguro, señor? -volvió a preguntar con insistencia y con algo de preocupación.
-Si, descuida. De hecho podría estar mejor si...
-¿Sí?
-Si... me sacas al perro y me ayudas a pararme. -dijo con un ligero tono de broma, mientras acariciaba al can recostado sobre su pecho.
-¡Aah! Perdón perdón. Vamos Puchi, levántate, aplastas al señor. -dijo tirando del enorme perro que parecía reacio a abandonar su cómodo lugar.
Luego de unos jalones más, el perro ya estaba de nuevo de pie junto a su nervioso dueño que trataba de anudar de alguna manera la correa al collar del animal, mientras yo limpiaba mis ropas.
-Déjame ayudarte... -dijo Tsukumo tomando la correa y anudándola al collar de manera provisoria. -Listo, esto debe aguantar hasta que regresen a casa. -dijo sonriendo.
-Muchas gracias, disculpe las molestias. ¡Ah! Puchi espérame... -dicho eso el chico salió corriendo junto a su perro que lo jalaba fuertemente por la correa que rodeaba su muñeca.
-Vaya chico. Algún día terminará por dislocarse el hombro con ese caballo que tiene por perro. -habló el hombre del carrito del café.
-Haha no creo que sea tan grande.-rió Tsukumo.
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Un día en Nanba!
FanfictionUna serie de oneshots o twoshots con los personajes de la prisión más coloridas de la nación. Todos son bienvenidos a ¡Nanba Keimusho! Requisitos: prohibido no enamorarse ♡ y recuerda rellenar el formulario para no meter en problemas a nadie ?? Y si...