Arrepentida.
Esa era la palabra correcta. Es que así me sentía, después de haber aceptado un trato al mayor mujeriego de este instituto.
Y es que, ¡estaba loca! O tal vez drogada.
Si definitivamente, la segunda opción tenía mucho más sentido.
Pero que podría decir, él me lo propuso y con esa mirada intimidan te puesta en mi respondí lo primero que vino a mi mente.
La mesa estaba servida, no podía negarme a comer.
Flashback
Estaba absorta en mis pensamientos, otra vez, cuando la puerta del aula de detención se abrió.
Dando paso a un guapo chico, y no cualquier guapo chico sino él, quién con solo una mirada hacía caer bragas por doquier.
El mujeriego Kalev Doston.
No me sorprendía que estuviera aquí, pero al parecer a él si le sorprendió que yo estuviera allí, ya que sus ojos me miraban fijamente. Provocando un torbellino de nervios en mi interior.
- y tú, ¿Quién eres?- dijo con una voz super ronca.
Mierda. ¡Eso fue muy sexy!
-E-em y-yo- Tartamudee. Tu puedes Lea, solo relájate,imagínate que no estas hablando con un chico ultra sexy- Soy Lea- dije un poco intimidada.
-¿Qué haces aquí?- dijo cruzándose de brazos, provocando que se marcarán todos los músculos de estos.
Al ver dónde se dirigían mis ojos sonrió con aires de superioridad. Desvíe la mirada y hablé.
- Llegué tarde y la camionera me mandó aquí- dije levantando el papel que ésta me había dado, mientras hacía una mueca de disgusto.
-¿Camionera?- dijo frunciendo su entre cejo, claramente en un acto de total confusión.
Mierda.
-oh, emm me refería a la profesora de matemáticas- dije bordo- con mis amigas la apodamos así.
Él lo pensó un poco y luego rió.
-pues, tienen razón. Si tiene aspecto de camionera- dijo y sonrió- y tú, ¿Eres nueva?- pregunto coqueto.
Si supiera que estoy aquí desde hace 6 años. Pero no se lo diría, eso sería muy humillante.
-Algo así- respondí.
Después de un silencio incómodo él habló.
-¿Cómo que "algo así"?- pregunto.
-oh, e-emm. Es que digamos que soy un poco tímida y es por eso que la gente no suele notar mi presencia- dije y él se quedó callado como si estuviera pensando algo y luego sonrió-¿Qué?- dije confundida.
Él se acercó hasta mi banco y apoyó sus manos en cada extremo de éste. Quedando demasiado cerca de mi.
-sabes, necesito a alguien que me haga un favor-dijo a lo que yo lo miré muy confundida.
Es que ¿Qué favor podía llegar a hacerle yo?
- ¿Y por qué crees que yo te haría un favor?- dije borde.
Podía ser tímida pero aún así se con quienes llevarme. Y digamos que él no era de fiar.
Frunció un poco el ceño y luego habló.
- Porque a cambio, yo puedo hacerte uno- dijo con una sonrisa pícara, acompañada de un guiño.
-Pues entonces no.
No lo voy a negar, era una gran oferta pero como ya dije anteriormente, no es de fiar.
Y no está en mis planes ser otra pobre chica del club de los corazones rotos.
Me miro fijo, examinandome como si fuera una especie de bicho raro. Y luego habló.
-Vale, lo que tu quieras- dijo contestando a mi anterior pregunta.
¿Aceptar una oferta del mayor mujeriego del instituto? No puede ser tan malo.
-¿Trato?- dijo extendiendo su mano hacia mi.
-trato- dije estrechando mi mano con la suya- pero tú cumplirás tu parte primero. No confío en tí-dije raramente segura.
-¿Y qué quieres?-preguntó.
-un cambio- dije un poco insegura e intimidada por su cercanía.
Lo cual él notó y sonrió.
-Está bien, ¿Y que clase de cambio?– dijo observandome.
– pues,mírame, llevo aquí 6 años y tú me preguntas si soy nueva
– vale, entiendo– dijo y agregó – creo que puedo ayudarte.
-y tú, ¿Qué quieres?-pregunte curiosa.
-eso lo sabrás cuando yo acabé mi parte- habló despegando sus manos del pupitre mientras se alejaba.
Pasado unos minutos el timbre sonó dando lugar al receso, por lo que ambos nos dirigimos a la salida.
Pero antes de poder pasar la puerta, él me tomó del brazo y me atrajo a su cuerpo para luego susurrarme al oído.
-te veo en las gradas cuando acabé el receso- dijo y con eso me soltó y desapareció por la puerta, mezclándose entre la gente.
Fin del Flashback
Y allí me encontraba, sentada en las gradas esperándolo.
Hasta que una figura apareció en mi campo de visión,pero no era él.
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Enseñane a provocar
Teen FictionCansada de ser la chica del montón, Lea decide acudir a un ascesorador personal....o algo así. Pero, ¿Qué sucederá si el alumno supera al maestro?