Mapa de estrellas

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Sufrimiento. ¿Por qué las personas más buenas tenían que ser castigadas?

Park Jimin era uno de esos chicos que no se merecían una vida tan mala, sin embargo, tiempo después se dio cuenta que no todo era tan malo. Que negativo y negativo daban positivo.

Su único refugio era el cielo, un lugar infinito, silencioso y misterioso. El estudio de los astros se convirtió en uno de sus más grandes pasatiempos y el único que lo mantenía un poco cuerdo.

Estaba enamorado de las estrellas y justamente tenía un don para hablar con estas y escucharlas.

Todo en ese universo estaba perfectamente calculado. Y gracias a eso Min Yoongi tuvo la oportunidad de ser una estrella, una estrella enamorada del humano más especial que jamás había visto, Park Jimin.

Y no, no se trataba de coincidencias.

El chico de cabellos rubios se encontraba otro día más encerrado en esa habitación blanca con una sola ventana. Había sido encapsulado y lo único que se le permitía ver era el cielo, ni siquiera podía ver a sus padres en ese maldito lugar.

Acomodo un poco su cama y se dejó caer en esta boca abajo, planeando descansar una vez más, pero había algo que no tenía previsto, en realidad, nunca lo tenía estipulado.

Yoongi lo observaba meticulosamente desde su ventana y velaba por él como acostumbraba hacer a la hora que el chico de cabellos dorados y lindos cachetes, caía en los brazos de Morfeo.

Tomó unos cuantos papeles del escritorio de Jimin para curiosear y se encontró con varias observaciones y teorías que hacía sobre el cielo, como si se tratara de algún astrónomo de la Edad Media.

Poco a poco, recorriendo la habitación llegó hasta la cama de Jimin donde él descansaba pacíficamente.

"¿Qué puedo hacer para que dejes de sufrir?"

Se preguntó Yoongi al mismo tiempo que lo miraba y la Luna, sorprendentemente después de tanto tiempo, le contestó.

"No hay otra opción más que..."

Y ahí cortó. Pero Yoongi sabía bien lo que quería decir al último, incluso ya lo tenía planeado desde antes pero no estaba seguro.

La noche fue efímera al igual que el beso dejado por el chico sobre los suaves labios de su enamorado. Jimin tuvo que despertar porque sintió su estómago rugir de hambre, y como todos los días obtenía comida por medio de una ventanilla en su habitación dejada por la enfermera... o enfermero, realmente no estaba seguro ya que había pasado tanto tiempo encerrado que sólo recordaba vagamente las caras de sus padres, y nada más.

Terminando de comer se acercó a su escritorio y encontró otra carta de el tal "Min Yoongi" que no tenía idea de quién era, pero hacía que su corazón palpitara demasiado, que sus mejillas se tornaran rojizas como el ocaso y que suspirara tanto como para provocar un viento fresco en alguna parte del mundo.

A veces no recibía sólo cartas que brillaban si las ponía a la luz del Sol; en ocasiones se encontraba con mapas de constelaciones de los más actuales probablemente, y calendarios lunares para presenciar eventos astronómicos en el momento que fuera. Yoongi se dedicaba a mantenerlo al tanto y consentirlo hasta donde él podía.

Ese chico era de lo mejor.

Pero, siempre hay un pero.

Jimin pensaba que jamás conocería a esa misteriosa persona, él no podía estar con las personas. Su enfermedad, maldición, don o lo que sea que fuera que se desarrolló a largo plazo por su cuerpo, le impedía hacer contacto físico con alguien.

Si. Jimin era una hermosa rosa amarilla con espinas letales.

La noche volvió a caer y el chico de orbes cafés estaba apuntando sus últimas observaciones del día y por un momento miró a la ventana con una sonrisa algo melancólica.

Una estrella fugaz cruzó el cielo y a pesar de que él sabía que ese cuento de la estrella fugaz era una mentira, quería pedir un deseo. El mismo deseo de siempre.

–Deseo salir de aquí– y como por arte de magia, un chico de cabellos azul cielo y facciones finas y afiladas, con un tono de piel tan pálido como la luz de Luna, apareció en su ventana.

–Ven conmigo, te prometí un millón de veces que te haría feliz. Ahora es cuando– habló Yoongi en la tranquilidad de la noche y la voz hizo eco en todo el lugar.

Jimin de inmediato supo de quién se trataba y también giró su vista a un hueco en el cielo, un rincón en donde hacía falta una estrella.

Yoongi estiró su mano y el rubio la tomó, y se sintió embriagado en cuanto lo tocó. Un mareo se apoderó de él pero no supo en qué momento sintió algo frío en su mejilla y lo tranquilizó con el mismo efecto de la anestesia.

También reconoció ese tacto.

Esa estrella cumplió su deseo. Por fin.

La señora y el señor Park esperaban en la sala del hospital para saber más sobre la repentina muerte de su hijo.

–¿Señor y señora Park?.

Ambos adultos se levantaron de su lugar acercándose a la doctora con una expresión demacrada pero la madre de Jimin inquirió bajo.

–No sabemos las causas de muerte, fue algo repentino– hizo una larga pausa con suspenso incluido. –Sin embargo, la policía encontró algo a su nombre dentro de la habitación– entregó un sobre con el nombre de ambos padres y dijo un "lo lamento mucho".

Los padres compartieron miradas entre sí y juntos, abrieron el sobre. Sacaron de éste un papel y cuando lo desdoblaron notaron que era un mapa de constelaciones y en este, habían dos estrellas muy juntas señaladas con un círculo rojo y una pequeña nota engrapada en una esquina del mapa que decía.

"Si él no puede estar aquí, estará allá.

Este es el mapa de estrellas más actualizado. Cuando miren al cielo, espero que puedan ver cómo su hijo ha crecido tanto todos estos años.

Yo también lo amo."

Las lágrimas salieron una por una de los ojos de la señora Park y su marido, la abrazó.

Desde ese día, ellos por fin pudieron ver a su hijo luego de tantísimos años.

Jimin ahora formaba parte del cielo y los mapas de estrellas en la Tierra. Claro. Junto a su primer, único y último amor.

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Esta historia la subí a ARMYs AMINO para un concurso. Si alguien la leyó ahí, les aclaro que no es plagio. Es mi propia historia.

La historia queda a criterio de cada quién. No tiene un significado en específico.

Mapa de estrellas [myg + pjm] 🔭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora