Prólogo: Llamada

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Jeon estaba completamente atado a la caligrafía y tono suave de voz que Yoongi poseía. Se admitía a si mismo que poco le importaba la apariencia que este llegara a tener, siempre y cuando lograran estar juntos, más algo mental que físico.

Jeon sabía lo difícil que esto era para Yoongi, el cual debía cambiar de departamento cada semana o incluso cada cinco días. Este no le llamaba dos veces desde el mismo teléfono público por miedo a que fuera visto demasiadas veces acercarse a tal lugar. Pero en cada llamada le hacía saber a Jungkook su nueva dirección para que este le mandara cartas cuando desease.

Así era su relación. Misteriosa, difícil, tediosa, pero por sobre todo, sincera.

Jungkook iba en serio, y Yoongi también.

Fue un domingo de tantos, en el que ambos hablaban sobre cosas tan triviales, cuando se dieron cuenta de que las cosas iban en una sola dirección.

Yoongi miró por la ventana, sintiéndose observado, sensación que había aprendido a sobrellevar con el tiempo, cuando se dio cuenta de que se le estaba haciendo tarde para llegar a una pequeña conferencia de universitarios. Con voz acelerada y pretendiendo que no iba a decir lo que finalmente dijo, pronunció:

—Sí, ya se me hace tarde. Te amo.

Jungkook, al otro lado de la línea, quedó en completo silencio. Sintiéndose inútil cuando la llamada se acabó y sus labios no habían pronunciado una sola palabra ante la inesperada declaración.

Se prometió mentalmente que le correspondería una vez que se vieran frente a frente.

Fueron dos domingos después, tiempo en el que ambos estaban planeando una segunda forma de concretar su encuentro, cuando en pleno parque decidió llamar a Yoongi. Al ver que no contestó luego de varios minutos y monedas, se dijo que era mejor seguir su camino a casa. Pero antes de que pudiera alejarse demasiado, el teléfono público comenzó a sonar.

—¿Yoongi? —habló con entusiasmo.

Tiene una llamada que tendrá un costo adicional, ¿desea tomarla? —la voz de la grabadora desconcertó a Jeon, pero con desespero tiró su bolso al piso para encontrar dinero. Al lograrlo, insertó un par de monedas para finalmente aceptar.

—¿Yoongi? —insistió con una sonrisa ladeada llena de esperanza.

Son Hyunwoo —se escuchó. Era una voz masculina y extremadamente grave para ser real.

—¿Disculpa? —Jeon estrechó mucho más fuerte el teléfono a su oído.

Son Hyunwoo —repitió—. Zugzwang.

—¿Podrías repetirlo? —preguntó Jungkook, comenzando a entender lo que sucedía.

Zugz... wang.

La llamada finalizó.

Jeon colgó el teléfono en su lugar, mirándolo largos segundos antes de desviar la vista. Estaba bastante sorprendido y aturdido a la vez.

¿Había hablado con el acosador de su novio?

¿Por qué utilizaría aquel término?

¿Qué es lo que quería decir?

Tomó su bolso y chaqueta antes de salir corriendo por donde había llegado.

Algo malo estaba por suceder, lo presentía. Y aquello le incluía, como también incluía a Yoongi.

—Vine tan rápido como pude.

—Necesito contarle algo. —dijo Jungkook, con la mirada pegada al piso, consciente de que lo que estaba por decir, crearía un gran conflicto en su grupo de trabajo.

En su mano izquierda, estaban todas las cartas que había compartido con Yoongi.

>>Continuará

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Somebody's Watching [Yoonkook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora