II

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Pov _____:
Después de limpiar mi boca entramos a casa, al parecer no había nadie.
Turbulencia y yo intercambiamos miradas mientras observábamos cada rincón de vez en cuando. No había nada que hacer.

—¿En qué momento nos desharemos de los cuerpos? —pregunté llamando la atención de Turbulencia—.

—Merciless no tarda en venir por ellos, los usa en algunos de sus experimentos, a diferencia de tu prima —se encogió de hombros—.

—¿Qué sueles hacer para distraerte?.

—Nada, simplemente me relajo en el sofá.

Llegamos a la gran sala de la mansión, Turbulencia caminó hacia el sofá y se acostó en este.
Yo simplemente me mantuve de pie mirando sus movimientos.
Segundos después, él me miró frunciendo el ceño.

—¿No piensas sentarte? —cuestionó en la misma posición—.

—Quería ir a desempacar mis cosas y... —fui interrumpida—.

—Solo siéntate.

Suspiré resignada y caminé hacia el sofá más pequeño; el de solo una persona.
No sabía dónde estaba mi prima, tal vez en su laboratorio, pero ya hubiera salido de este a buscarme. Supongo.

—Allí no —dijo Turbulencia antes de que me sentara—. Acá —se sentó en el sofá y señaló hacia dónde había recargado su cabeza—.

—Pero yo puedo sentarme donde quiera —él solo me miró de mala manera y tuve que aceptar—.

Me senté donde él había dicho y segundos después recostó su cabeza en mis piernas, ¿este chico no sabe que apenas nos conocemos? No debería haber tanta confianza como para romper mi burbuja personal siempre.

—No quiero que te quejes de esto —dijo sacándome de mis pensamientos—. Hace tiempo que no me sentía tan cómodo cerca de alguien que no sea Merciless —me miró—. Aquí todos hacen su trabajo sin siquiera dirigir su mirada hacia los demás —hizo una pausa—. Lacertilia trabaja día y noche en su laboratorio, además me odia —suspiró con una sonrisa—. Blue Bear simplemente se queda en su mundo y el jefe, 0.6.0, solo se encierra en su oficina.

—¿Y tú? —pregunté con curiosidad—.

—Ya sabes, destruir cosas de Lacertilia, asesinar personas y encerrarme en mi habitación escuchando música o apreciando a mi bebé —sonrió con la mirada perdida—. ¿Tú qué haces en tus tiempos libres? —me miró—.

—No sé realmente lo que solía hacer, nadie me recuerda quién era antes, ni siquiera Lacertilia —respondí sin tomarle mucha importancia—.

—Seguro Lacertilia esconde algo, tal vez no va ayudarte después de todo, podrías pedirle a Merciless que te ayude a recuperar tus recuerdos.

—Si, tienes razón, ¿pide algo a cambio? —me puse nerviosa—.

—Solo pide cosas sencillas, desde mi punto de vista.

En ese momento alguien llamé por el timbre de la mansión, el cual se escuchaba por cada rincón de aquel lugar.
Turbulencia se puso de pie y me tomó de la mano llevándome a la fuerza hacia la puerta.

—Abre tú —dijo y lo miré frunciendo el ceño—.

—¿Y por qué yo?.

—Por qué eres nueva y yo no abrir puertas —se encogió de hombros—.

—Ya que...

Al abrir la puerta me encontré con Merciless, traía ropa limpia, seguro que solo se había ido para cambiarse.
Abrió aún más la puerta hasta que pudo ver a Turbulencia.

La Locura Del Amor ||Turbulencia Y Tu||Actualizaciones LENTAS||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora