Gravity

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La semana había pasado de manera rápida, pues diariamente se encontraba siendo absorbido por sus actividades escolares y extraescolares, donde se añadían también sus deberes en su rol de héroe, dándole así poco o casi nulo tiempo para sí mismo.

Maldijo en varias aquello en sus muy pequeños ratos libres, pues en su mente aún rondaba alguien, o más bien, algo que debía entregarle a ese alguien. Desde el fin de semana pasado, el tenia consigo un pequeño plato rosa que Marinette le había entregado con una gran variedad de bocadillos, como muestra de agradecimiento y una ofrenda de paz.

Él habia decidido que lo correcto sería devolvérselo, tomando aquello como excusa para poder agradecerle el gesto, pues tanto él como Plagg habían disfrutado mucho aquello.

Si lo pensaba en retrospectiva, tuvo varias ideas a lo largo de la semana para poder cumplir su cometido, pero era claro que ninguna era siquiera buena.

La primera habia sido sugerida por Plagg, y, aunque lo pensó unos segundos, pronto fue desechado al ver lo ilógico del asunto.

¿Por qué no se lo entregas a la salida de la escuela? No cargaría mucho con él, después de todo, has comentado que vive a solo una calle ― Hizo una pausa, meditándolo ― ¿Cómo es que siempre llega tarde? ― Adrien enarcó una ceja ante lo último dicho por Plagg, pues parecía más una pregunta para sí mismo que para él.

Por unos segundos, incluso pensó que realmente era una buena idea. Para después desechar aquel pensamiento por completo debido a la falta de lógica, pues ¿Qué se supone que diría? Marinette le habia entregado aquello a Chat Noir, y ella no sabía que, en efecto, Adrien Agreste era Chat Noir.

No pudo evitar notar que, el simple hecho de mencionar aquello, hizo que Plagg estallara en risas sin motivo aparente. Intentó ignorarlo, pero siguió durante un buen rato.

Otra idea que cruzo su mente fue la de simplemente dejarlo en su balcón, pero de nueva cuenta, pensó que no era lo mejor.

Se excusó en que probablemente no lo encontraría, pero la realidad era otra. Deseaba devolverle aquello de manera personal y agradecer el gesto que habia tenido con él. En definitiva se dejaría golpear nuevamente por ella sí volvía a recibir una ofrenda de paz como aquella. Plagg estaba de acuerdo en esto último.

Lo único que agradecía de esa semana era que el tiempo parecía haber pasado un poco más rápido de lo usual, llegando por fin el viernes, donde solamente se encontraría sin tiempo para respirar si algun Akuma aparecía, y en esos instantes rogaba que Hawkmoth tomara el típico viernes casual.

Después de todo, prefería ver a su Lady durante las patrullas nocturnas, que si bien no eran usuales entre ellos y solo ocurrían cuando ambos necesitaban algo de aire libre, disfrutaba más aquellos momentos sin tener que ir de un lado a otro para salvar su pellejo y a París.

Cuando por fin estuvo en su habitación, después de un ajetreado día en la escuela y persiguiendo por medio París al Akuma en turno, era el tiempo para él de ponerse al día con sus tareas, pues debía mantener el promedio si quería seguir llevando aquel estilo de vida en compañía de sus amigos.

― ¿Por qué en tu escuela usan jeroglíficos? Pensé que estaban obsoletos ― La pequeña curiosidad de Plagg no se hizo esperar, en cuanto la pequeña criatura se habia acurrucado sobre su cabeza, supo que pronto comenzaría a hacer preguntas sobre lo que aún no entendía de los tiempos modernos.

― No son jeroglíficos, Plagg, es física ― Atinó a decir, buscando una manera simple de explicarle su función ― ¿Se podría decir que son como las matemáticas? Se intenta calcular por medio de fórmulas la velocidad o el tiempo de caída de un objeto en este problema ― Se intentó explicar, para después suspirar ― Nino sabría explicarlo mejor, él es quien entiende mejor esto ―.

Green eyes [Miraculous Ladybug]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora