Capítulo 07

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Lunes.
Me levanté temprano, me cambie y baje a desayunar. Mi madre me acababa de dar una buena noticia, ya nunca iría en movilidad, aunque no iba seguido, a veces, una vez en todo el mes, pero igual agradecía que ya no habría ninguna posibilidad de ello.
Cuando llegué a la escuela, estaba casi deshabitada, había llegado muy temprano.
Por suerte, los portones estaban abiertos. Me dirigí a sentarme debajo del árbol que estaba en medio
del patio principal, lo habían sembrado allí, aquello era como una piscina, claro, llena de tierra y con
un árbol, como haciendo algún tipo de ovalo principal.
Aguarde.
En ese momento vi como Matthew se asomaba en la entrada y en cuanto me vio sola se acercó.
Ya comenzaban a llegar más alumnos.
- Hola – dijo tímidamente

- Hola – saludé, yo también era tímida, pero él lo era más que yo, por lo tanto, eso me daba crédito

- ¿Cómo estás?

Lo pensé un rato.

- Bien – dije después – ¿y tú? ¿Qué tal tu familia?

- Bien, gracias. Yo… - estaba apuntó de decir algo más, pero se contuvo

Esperé a que continuara mientras lo miraba detenidamente.
Matthew desvió la mirada rojo como un tomate. Y no dijo nada más.
No le pregunté que le pasaba, y volví a mirar quien entraba, esperanzada que algunos de mis amigas o amigos o Henry llegara. Cuando bosteze por tercera vez, divise a la distancia a Henry, pero verlo me hizo recordar lo del sábado y sentí mi enojo de nuevo.
La sonrisa que tenía en el rostro se desvaneció, Henry lo notó y se apresuró a llegar a mí.
Matthew, que estaba parado delante mío como una estatua, sólo se retiró. Sin decirme nada, cabizbajo.

- Yuri, mi angelito – dijo Henry a tres pasos antes de llegará a mi

Levanté el mentón y gire mi cabeza por un lado. Ese gesto no era propio de mi persona, pero no sabía bien como mostrar mi enfado.

- Mi angelito, mi amor… ¿me puedes hacer caso? – Henry se adelantó y agarró mi mentón e intento obligarme a mirarlo, pero yo retiré mi cabeza hacía un lado para que la soltara.
Y lo logre.
Entonces Henry se arrodillo ante mí, no lo podía creer así que me cercioré mirándolo.

- Discúlpame Yureisi, temo que los celos me tomaron por sorpresa – sonaba sincero, ¿pero que había
dicho? ¿”Celos”?

Lo mire confundía.

- Explícate – exigí irritada. Dejé que mi enojo fluyera por mi boca

- Es que… cuando llegamos, ellos… no paraban de mirarte – Henry ahora sonaba molesto, como si
solamente acordarse de eso volvería a vivir los mismos sentimientos – sobretodo Enrique, detesto que haga eso, odio cada vez que lo hace

Lo estudie por un momento más. Las palabras de Henry me daban a entender que no era la primera vez que… mejor no lo imaginaba.
Celos, esa era la palabra correcta. Ahora yo tenía celos.

- Bueno, pero no tuviste ningún problema en conversar con él e ignorarme - repliqué

Henry rio por lo bajo.

- Es que si conversaba con él lo podría mantener alejado de ti, y era tanta mi preocupación que no me di cuenta que te dejaba a un lado, lo lamento mi chiquita

- ¿Y por qué me llevaste allí? Ese lugar es horrendo, mejor hubiéramos ido a otro lugar

Henry no me contestó en seguida.

- Era necesario – y eso fue lo único que dijo

Se sentó a mi lado, a esperar también. Pasó un brazo por mi hombro y recostó su cabeza en la mía.
Quería preguntarle porque era necesario haberme llevado en aquel horrible lugar, pero…

AmoríoWhere stories live. Discover now