02. I Not Be Yours

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I NOT BE YOURS

And love me, if that's want you wanna do...

Cuando Louis se despertó, aquel veinticuatro de diciembre en su cama, sintió más frío del que en realidad hacía. Pero su cama no estaba vacía, en lo absoluto. Su mujer reposaba allí, junto a él, aún dormida. Y en lo único que el ojiazul pudo pensar fue en si alguna vez había sentido ese frío que en ese momento sentía, aún teniendola a ella a su lado.

Pero es que llevaban catorce años juntos. Uno de noviazgo y trece de matrimonio. Y Louis quería amarla, pero aquella mañana en lo único que su cabeza se centró fue en si alguna vez la amó. Porque, vamos, catorce años habían pasado. Algo de amor debía sentir por ella. Su pequeño niño ya tenía doce años, y él no tenía ningún motivo por el que seguir aguantando permanecer allí, a un lado de una mujer por la cual no recordaba alguna vez haber sentido amor.

Se levantó de la cama, ya no podía soportar compartir la cama con esa mujer. Quería creer que la quería, que había algo y estaba escondido en alguna parte que él no podía ver. Pero de todas formas el hecho de tan solo verla le agobiaba.

Caminó hasta el baño, necesitaba con urgencia darse una ducha caliente y quitarse de encima el olor a perfume de mujer que se le impregnaba al cuerpo con solo estar a dos pasos de ésta.

Cuando Louis encendió la luz del cuarto de baño, lo primero que vio fue su rostro reflejado en el gran espejo. Se veía mal. Se veía apagado, oscuro, ahogado. Realmente se sentía ahogado. Pero esa agua le impedía nadar hacía arriba, porque la presión en su pecho era tal que lograba voltearlo como nunca, obligándolo a permanecer sumergido entre los brazos del agua, un agua que se sentía a fuego. Porque quemaba, quemaba en su interior.

Desde un principio, ¿cuándo accedí a estar con ella? A casarme... ¿cuándo acepté semejante cosa? ¿cómo fui capaz de hacer esto con mi vida?

Ambos sabían que eso no era lo que querían. Pero así había sido y nada podía hacer al tiempo volver atrás. Pero es que las cosas se habían invertido de tal manera, que Louis por primera vez en trece años se planteó si alguna vez amó a la mujer que le había dado un hijo, la mujer que lo despertaba cada mañana para avisar que el desayuno estaba listo, la mujer que le besaba los labios cada noche cuando llegaba del trabajo.

Pero el problema es que él ya ni siquiera sabía si quería llegar del trabajo, cenar con ella, dormir con ella, besarse con ella, convivir con ella. Estaba completamente perdido.

Decidió tomar un baño de inmersión, eso quizá le ayudaría y desconcentraría un poco de todo. Cerró los ojos un momento, queriendo irse de allí, al menos en sueños, por un rato. Pero no funcionaba, mucho menos hoy, una fecha que su familia consideraba muy especial. Más allá de ser la noche buena y previa a la navidad, era su cumpleaños, y tanto su madre como su esposa e hijo se lo celebraban de una forma que en los últimos dos años a Louis se le hizo insoportable. No porque no los quisiese, ni tampoco por ser, como ellos solían llamarlo en aquellas fechas, aguafiestas. Sino porque había llegado a tal punto en el que se dio cuenta de que no era con ellos con quienes quería pasar aquel día.

DADDY'S ROSES / LS🍒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora