DADDY'S ROSES / LS🍒

03. Prostitute

• PROSTITUTE •

Talkin' to the voices in my head, they make me think twice. Tellin' me it doesn't mean it's wrong because it feels right.

Pasaban de las dos de la madrugada. Zayn y Louis estaban teniendo una borrachera histórica. Ni siquiera en su adolescencia habían vivido algo parecido.

Louis bailaba con una mujer notablemente menor a él, pero poco importaba aquello. Zayn, por su parte, recibía una mamada en el baño de hombres del bar. Un total descontrol.

El ojiazul, pese a su gran estado de ebriedad, seguía manteniendo un poco de su cordura, por lo que, cuando la chica se acercó a sus labios no hizo más que correr la cara.

– ¿Qué pasa? – gritó ella por arriba de la música. Louis negó.

– L-lo siento... y-yo, tengo e-esposa. – evitaba con todas sus fuerzas reír, la situación se la estaba saliendo de control y tener todas esas copas encima no eran de mucha ayuda.

– Es una broma, ¿verdad? – volvió a hablar ella, levantando una ceja, coqueta. – A mi eso me importa una mierda... – enroscó sus brazos al rededor del cuello de Louis y, sin previo aviso, aplastó sus labios con los de él. El castaño mantuvo los ojos abiertos, completamente sorprendido. No sabia que hacer. Ni siquiera estaba seguro de querer corresponderle el beso, de querer estar ahí.

Después de unos cuantos segundos, moviendo sus labios desesperada por recibir una respuesta del castaño, ella se alejó, mirándolo con el ceño fruncido.

– ¿Qué pasa, amor? – mordió su labio – ¿Acaso no te gusto? ¿Es eso?

Louis estaba en un completo estado de shock. Aún sin corresponder un beso, ¿había sido infidelidad? Porque estaba seguro de la que la chica frente a él era bellísima, pero también estaba completamente seguro de que no le gustaba. Y quería salir de ahí mismo lo más pronto posible. Decidió optar por ignorar lo que acababa de pasar e ir en busca de Zayn para salir de ahí de una maldita vez.

Estaba borracho, sí. Pero eso no le impedía saber lo que quería y lo que no.

– Lo siento, pero debo ir por mi amigo. – sonrió falsamente – Un gusto bailar contigo. – y dicho esto se dio paso entre la gente, ignorando las maldiciones que la chica le soltaba con furia.

– ¡Maldito hijo de perra! – fue lo único que alcanzó a oír. Negó repetidas veces con la cabeza y finalmente entró al baño de hombres, no muy convencido de si su amigo estaba allí mismo.

– ¿Zayn? – llamó, casi murmurando. No hubo respuesta. Se dirigió al lavamanos y observó su figura en el espejo.

Tenía la camisa desarreglada y sus pequeños ojos inyectados en sangre. Sus manos sudaban y temblaban al mismo tiempo. Necesitaba irse de ese jodido lugar lo antes posible. Ni siquiera podía recordar en dónde ni cómo habían llegado a aquel sitio.