[en edición]
El camino hacia su nueva vida le resultó de lo mas distante, rodeado de un mundo desconocido, desorientado por el bullicio de una ciudad abundante en ciudadanos, vehículos y edificios. Todo le resultaba desconocido, irreal. Se sentía en otro mundo, en otro tiempo. Aun así, sin dejarse llevar por emociones negativas, caminó a paso seguro, sin dejarse intimidar por el mundo, tomaría la vida por los cuernos y le ganaría. Ya sus recuerdos no importaban, las preguntas no se responderían solas y él no se quedaría sentado esperando hasta pudrirse.
A paso firme y rebosando auto confianza y seguridad, ingresó a un edificio con fachada muy antigua pero de lo mas conservada. Se permitió observar el lugar a detalle, apreciando las paredes pintadas, algunos muebles lujosos y cortinas pesadas y gruesas. Se detuvo ante una oficinista que muy amablemente le sonrió.
—Debes de ser Aioria. —La joven lo saludó y él asintió devolviendo la sonrisa.—El Señor Rize lo está esperando. —Dijo, y saliendo por un lado del mostrador, se detuvo unos segundos a su lado para luego indicarle que le siguiera. —Si me acompaña lo guiaré hasta el segundo piso —Y sin dar tiempo a respuestas, la joven de largo cabello comenzó a caminar siendo inmediatamente seguido por Aioria. No hubo más palabras durante el camino.
Frente a una alta y angosta puerta se detuvieron. La secretaria dio unos golpecitos a la puerta y luego prosiguió por desaparecer tras los pasillos por los que habían llegado, dejando al joven leonino a solas, con las dudas en la punta de la lengua, su bolso fuertemente aferrado y su mente confusa.
Repentinamente, y aunque completamente predecible, la puerta se abrió haciéndolo respingar. Frente a sus ojos azules, un hombre alto, de cabellos rojos y porte elegante, se paró delante de él, mirándolo con grata sorpresa y una curiosa sonrisa, que provocó un temblor en su espalda. El sujeto se inclinó para mirarlo más de cerca, y se detuvo cuando su cuerpo reaccionó a la cercanía dando un paso hacia atrás. El hombre rió entre dientes y se irguió sin dejar de mirar fijamente los ojos azules de su nuevo empleado.
—Hola Aioria. Soy Andreas Rize, pero solo llámame por mi nombre, no hace falta tanta cordialidad. Pasa, pasa. —Y haciendo un movimiento con el brazo, le mostró que ingresara a su oficina, teniendo que pasar junto al cuerpo del sujeto que no se apartó de la puerta en ningún momento, rozándose inevitablemente. —Mi amigo, el Dr. me ha hablado de ti. Realmente puedo confirmar que cumpliste con las expectativas que mi buen amigo me ha creado. No esperaba que alguien recientemente dado de alta luego de estar inconsciente y postrado en la cama de un hospital por tanto tiempo pudiera tener tan buen físico. —Sonrió notando que Aioria comenzaba a sentir cierta incomodidad. —oh, por favor no me malinterpretes, —comenzó a excusarse, mirando una última vez de pies a cabeza al joven de cabellos castaños, escrutando cada parte del joven cuerpo. —tu trabajo será de vital importancia, por lo tanto, debes estar en muy buena forma física. Defender, vigilar y proteger será tu trabajo. —Aioria asintió, suspirando tranquilo al sentir que la mirada de su, ahora, empleador se había apartado de su cuerpo. —¿Crees que tendrás algún inconveniente con esa labor?
—Claro que no. —Respondió seguro de sí mismo. —Solo dígame que debo hacer y estaré en ello inmediatamente.
—Esa actitud es la que busco. —Dijo sentándose tras su escritorio y señalando a Aioria que hiciera lo mismo. —Primero harás una tarea muy simple, mientras, si me permites, te especializas en el manejo de armas de fuego, lucha a cuerpo e inteligencia de vigilancia. Obviamente los gastos de dicho estudio serán a cargo de mi persona, no tienes de qué preocuparte. Solo debes prestar tus ganas de aprender y profesionalizarte, para luego ser mi propio guardaespaldas. Ese será tu ascenso y tarea final. Por lo pronto estarás a cargo del área de seguridad del museo y del hotel casino. Me temo que estarás muy ocupado y con un horario restringido por la carga horaria del trabajo y las de los cursos y entrenamientos. Si el progreso es significativo y tu desempeño es óptimo, tendrás más tiempo libre. ¿Alguna duda o pregunta?
ESTÁS LEYENDO
El amor no es una mentira [Andreas x Aioria]
Fiksi PenggemarProyecto crazy: Fic basado en Saint Seiya: Soul of Gold. Aioria despierta en un hospital sin recuerdos ni memoria. En su nueva vida conoce al Señor Andreas Rize. Y con el destino marcado por un Dios, su trabajo lo acerca a una extraña amistad con u...