La nieve caía fuerte sobre Seúl, las cortinas de la ventana de mi oscura habitación dejaban pasar el aire helado, entonces escuché como la puerta se abría, forcé mis ojos para no abrirlos y respiré tratando de parecer dormida. El viento dejó de pasar a mi cuarto y las cortinas no revolotearon más, el pestillo de la ventana había sido cerrado.
-Sé que no estás durmiendo.- Un suspiro falso en mi oído fue suficiente para saber que había perdido.
-¿Para qué viniste?- Resoplé dándome la vuelta para verla.
-La ventana estaba abierta... Te ibas a enfermar.- Explicó agachándose para estar a mi altura.- El señor Kim me mataría si su hija agarra un resfriado.
-Mi padre no puede matarte... Nadie puede.- Recordé lo invencibles que pueden llegar a ser. Pestañeó un par de veces.
-Eso no es verdad.- Contestó sin dar detalles. Me fijé en su cara, perfectamente hecha, su cabello sin despeinar aunque fuera la mitad de la noche y los labios carnosos.
-¿Cómo...?
Dos días antes caminaba por el jardín de casa con Kuma, su pelo se mojaba un poco por la nieve derretida del día anterior. Había salido el sol y aprovechaba la tarde algo más cálida, sentía la mirada de Lisa desde la galería, estaba sentada en la mesa donde, cuando era pequeña, mi madre tomaba el té mientras yo jugaba en mi hamaca. Nunca había sido una niña de muchos amigos y disfrutaba mi tiempo a solas. Su cabello se movía con la brisa, le había dado uno de mis hoodies extra large para que use, mi padre solo la había dejado con lo que venía y hasta había dormido así, todos mis jeans le quedaban cortos y no teníamos la misma talla de zapatos entonces tuvo que quedarse con su pantalón negro y las botas. Mi ropa le quedaba bien, solo era un hoodie pero parecía que pudiera ponerse cualquier cosa, pisar una pasarela y hacerse pasar por una modelo de ropa urbana.
Mecánicamente tomó la taza de té y la llevó a su boca, Kuma ladró desviando mi atención de ella, el cachorro quería caricias, mientras lo mimaba pensaba en lo rara que era Lisa. Solo la conocía desde hace dos semanas y no entendía muchas cosas de las que decía, se contradecía demasiado y daba la sensación de que dos personas se encontraban en un mismo cuerpo, no sabía hacer cosas simples como cocinar o poner una lavadora, había notado como seguía haciéndome cumplidos a pesar de que le haya dicho que no lo hiciera, era muy vaga para ser un robot de servicio o seguridad y a veces dejaba de lado su postura recta y pasaba a una más relajada.
Ella no me sacaba los ojos de encima y yo siempre era de su interés, aparentaba estar fascinada con todo lo que hiciera, aunque únicamente fuera pestañear durante las películas que veíamos en la sala. Me desobedecía seguido y tenía actitudes infantiles que nunca había podido ver en otros robots. Excepcionalmente se sentía como si fuera un humano de verdad, una chica simpática y amable, no obstante exótica y particular, por no hablar de que supuestamente ella no era más que una máquina.
Alcé a Kuma del suelo pese a que tuviera sus patitas mojadas, ya comenzaba a hacer frío y cuando me paré frente a ella en la galería, una radiante sonrisa se plasmó en su rostro.
-¿Está todo bien?- Preguntó dulcemente.
-Sí, simplemente creo que está empezando a hacer frío, ¿No?
-Según el diario local, la temperatura está descendiendo y llegará a los...- Le di una mirada para que cerrara la boca. Odiaba cuando, sin que yo le preguntara, me daba como respuestas datos sacados de Internet. Era como si leyera un artículo en voz alta.
-¿Y tú qué piensas? ¿Nevará?
-No... Todavía no.- Dijo y me senté, dejé a Kuma y ella me sirvió una taza de té.
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I'M A ROBOT [JENLISA]
FanficJENLISA AU [Three-Shot] Con el tiempo los científicos lograron crear robots que tenían tanta o más calidad que la humana, perfectos en casi todos los sentidos. Jennie tenía 22 años, lo suficientemente mayor para cuidarse por sí misma sino fuera por...