Capítulo 2

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Abro mis ojos pausadamente y me doy cuenta que estoy recostada sobre el sillón. Me pesa un poco la cabeza y recuerdo el pésimo sueño que tuve. ¿Cómo me pude quedar dormida aquí? . Me levanto suave hasta recuperar el equilibrio y permanezco sentada hasta que pase el mareo. Me incorporo para dirigirme a la cocina. Quizás un café ayude.

-Ya era hora de que despiertes- dice Tyler a mi espalda con su irritante voz.

- Ya tuve suficiente de ti por un día- levanto la lámpara que se encuentra a mi lado y la apunto hacia él. - ¡Fuera!

- ¡Hey! Cuidado que esa lámpara es cara - dice alzando las manos para que me calme.

Miro fijamente la lámpara en mis manos notando su color rojo. Estoy en la aldea de fuego, parece ser la casa de Tyler. Nadie debió habernos visto, aun así, no debería estar aquí.

- ¿¡Tyler explícame por qué no estoy en mi aldea!?

- Sí que pesas – me dice tocando sus brazos como si le dolieran. – estábamos más cerca de la mía, ¿Qué pensabas que haga? – Mira, – toma de mi hombro, invitándome a sentar - después de quemar el bosque, te desmayaste y te traje aquí. –explica como si fuera lo más normal del mundo.

- No fue un sueño – afirmo entre dientes. Mi cerebro había bloqueado el incendio o tal vez me encontraba en negación. El pánico vuelve a aparecer. - ¿Estoy enferma? ¡No puedo estarlo! ¡Tengo que ser tratada ahora! – digo con miedo - Tyler mientras más rápido me lleven mejor.

No quiero que me lleven. ¿Y si no regreso? Estoy preocupada, triste, enojada y tengo miedo. Me inundan tantos sentimientos que no sé cómo reaccionar.

- Puedes ir si quieres, pero si sales te van a atrapar. Y no estas precisamente en tu aldea.

- Prefiero que me atrapen antes de quedarme contigo.

- Solo ten paciencia - Tyler ya no bromea como lo hace siempre y al parecer eso no me ayuda en nada.

De pronto alguien toca la puerta.

Tiene razón, no es buena idea que me vean aquí. Busco dónde esconderme, pero Tyler se dirige a abrir la puerta haciéndome señales para que haga silencio.

- Hola Tyler - dice Conor. – Escuche la voz de alguien, parece que cuando se trata de mujeres eres todo un ganador.

- Si, ya sabes. Quizás algún día te enseñe unos trucos. – responde arrogante.

- ¿Quién es?, ¿Tu vecina?, ¿la chica ruda o tu amiga pelirroja.? – Parece que Conor es muy curioso.

- Es un secreto amigo. – Le dice cortante. – Espérame un minuto, voy por la cápsula.

- Vamos, sabes que no diré nada. Déjame verla.

Tyler intenta cerrar la puerta, pero Conor la empuja. Trato de agacharme para que no me vea, pero es tarde.

- ¿Alena? – Su voz y su cara muestran asombro. Yo también lo estaría. - ¿Pero ¿qué haces aquí?

- ¡Luego te explico! – simulo una sonrisa. Corro rápidamente hacia dónde se encuentra y cierro la puerta sin cuidado. Escucho un golpe, justo en su cara. Lo que menos necesito ahora, es más problemas. Mientras menos personas estén involucradas mejor.

Esto se está volviendo costumbre – dice la voz de Conor a lo lejos.

- Lo siento. Te lo contaré después, lo prometo. - respondo alzando mi voz para que logre escucharme.

Veo a Tyler descansar apoyado en la pared.

- ¿Y ahora qué? – interrumpo sus pensamientos.

- ¿De qué? – me mira perdido.

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