Capítulo 3

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Me dieron una camiseta de la aldea de fuego y unos pantalones negros con franjas rojas a los lados, que supongo robaron de alguna casa. Tyler y Tea esperan en la sala mientras me cambio. Deben estar conversando sobre qué hacer conmigo, parece que Tyler lo tiene todo bien controlado y por mi parte, si alguien me descubre, seré llevada a tratamiento.

Cambia todo cuando sabes que en realidad no vas a morir. Tyler ni siquiera luce enfermo, si no me lo confesaba, seguro no me daba cuenta. No debe ser tan difícil, solo tendré que controlar mi ánimo. Aun así, no puedo seguir viviendo en un engaño. No estoy segura si podré continuar viendo como llevan a mi gente por un virus que ni siquiera existe.

Prometí que confiaría en Tyler si me decía toda la verdad. Espero tengan un plan o por lo menos sepan que hacer conmigo.

Apenas termino de cambiarme, miro a Tea entrar a la habitación sin avisar.

- Me asustaste – le digo.

- Te queda bien el rojo. – sonríe. –Quizás debas usarlo más seguido. – dice burlándose de mí.

- No debiste entrar sin avisar.

Me cuesta hacer amigos, tal vez se deba al poco contacto que nos dejan tener entre nosotros. Aunque parece que algunos nacen sabiendo cómo tratar a los demás. Sé que ella lo está intentado, parece ser genuina. En realidad, no siento que quiera meterse en mi cabeza y manipularme. Debería intentarlo.

- Uno de los problemas de que no existan puertas en las casas, claro, a excepción del baño. – Tea me hace reír, logrando que olvide el alboroto en mi mente.

- No se supone que sea un problema cuando vives solo. – le respondo.

Tea se sienta en la cama pensativa, su rostro muestra melancolía. Me siento a su lado y bostezo. Conocer a las personas es algo en lo que debo entrenar, no debí juzgarla. No sé quién es, su historia, lo que piensa, ni por que trata de ayudarme. Me ayuda, pienso, eso debería hablarme muy bien de ella.

- Entonces ... ¿Me ayudarás a controlar lo que me está pasando?

- Todavía estamos tratando de entender por qué nos mienten.

- ¿A ti te paso lo mismo?

- Debemos hablar entre todos. Aún hay mucho que debemos entender Alena.

- ¿Te refieres a investigar? – pregunto.

Tyler entra a su habitación cuidadoso.

- Te queda un poco flojo – dice, mientras hace ondas de aire con sus manos.

- Se contradice un poco, ¿no? – digo a Tea.

- ¿Qué cosa? – Tyler responde curioso.

- Tu carácter egocéntrico con tus pésimos halagos. Hace rato eras un ganador, ahora lo dudo. – respondo.

Todos nos reímos por un momento. Tyler sabe que bromeo y parece que Tea me entiende.

- Parece que estas más tranquila. – dice Tyler sentándose a mi lado.

- Creo que me deben un resumen de lo que harán conmigo. – les digo mientras me levanto para verlos.

- Tyler lleva mucho tiempo mirándote. – dice Tea.

- Vigilándote. – corrige Tyler. – El día que te conocí te enojaste conmigo.

- ¿Y te enojaste por eso? – le digo jugando.

- Tus ojos cambiaron, para ser exacto tomaron un color rojo brillante.

- ¿Lo supiste desde ese día? ¿Por qué no me dijiste?

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