1. Destino

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Inconscientemente, su mirada se dirigió a la tribuna. No era algo usual, pero en ese momento, mientras la pelota se apartaba de sus manos para caer en el aro, mientras sus compañeros gritaban su nombre y lo abrazaban, mientras oía el silbato pitar y a las personas celebrar el haber ganado el campeonato, era extraño no tener a quién mirar y sonreírle como lo había hecho durante los últimos partidos.

No se había dado cuenta de lo importante que era para él verlo. En realidad, ni siquiera se había percatado de que lo buscaba con la mirada hasta que volteó y no lo encontró allí pendiente de él. Bueno, quizás era cierto eso de que nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde.

Tampoco era que lamentara su decisión. Sabía que lo más sano para ambos era terminar la relación. Pero, nadie podía echarle la culpa por pensar en él. Su ex novio, usualmente muy cariñoso y efusivo sin importar donde se encontraran; al término de un partido, solo lo miraba orgulloso y le enseñaba aquella sonrisa que dejaba en ridículo a cualquier estrella del firmamento. Y eso era algo digno de resaltar. Porque si una persona te abraza y besa en los pasillos de la universidad sin importar las miradas de los demás, es extraño que no lo haga en un evento tan importante para ti. Nunca le preguntó la razón y tampoco lo llegaría a hacer porque ya era cosa del pasado y no importaba.

Pero, con una mínima esperanza, volteó nuevamente a la tribuna. Bueno, tal vez si la axila de su compañero no estuviera sobre su cara mientras lo abrazaba, él podría mirar más cómodamente. Movió su cabeza, tratando de librarse del agarre, hasta que se dio cuenta de que alguien ya lo estaba levantando en brazos y-

—¡HYUNG, BÁJAME DE AQUÍ O TE JURO QUE...! —El peliazul miró alrededor cuando se dio cuenta de que a esa altura podía ver la tribuna en su totalidad. —Olvídalo, hyung. Está bien. —dijo esta vez con su característica voz grave mientras ponía una mano en la cabeza de su compañero para despeinarlo como si fuera un perrito.

—¡SUGA! ¡SUGA! —gritaban sus compañeros mientras inspeccionaba la tribuna. Al verla vacía, solo atinó a suspirar decepcionado y mirar abajo, donde sus compañeros gritaban porque él había anotado la última canasta. ¡No era que no lo pudiera sacar de su cabeza! ¡Solo le parecía extraña su ausencia! ¿Y si le había pasado algo? Seguro no había ido a la universidad ese día. Aunque el partido no había sido en su universidad, así que probablemente no habría alcanzado el bus o algo por el estilo.

Le hubiera gustado que lo viera ese día. Había sido un partido reñido y el otro equipo les llevaba dos puntos de diferencia. Cuando vio el cronómetro, se dio cuenta de que su única salvación era anotar un triple. Así que cuando recibió el balón, no lo pensó dos veces. ¿Era riesgoso? Tal vez, pero había algo dentro de él que le decía que lo lograría, y efectivamente, lo logró. Había más gente a su alrededor además de su equipo. Algunos estudiantes de años menores gritaban su nombre mientras su compañero de equipo lo tenía en sus hombros. Era curioso que cuando había iniciado la universidad, varios pensaran que no lograría ingresar al equipo por su baja estatura y sin embargo, en su primer año se volvió el escolta titular.

Ahora, en su tercer año, a pesar de ser un poco reservado, era más o menos popular en el campus y no solo por su manera de jugar al baloncesto.

—¡Sunbae! —gritó una chica que no había visto antes —Irás hoy, ¿no?.

Levantó una ceja ante el comentario. No sabía que habría una fiesta aquel día. Además, cualquier persona que lo conociera, sabría su respuesta.

—Ehm... —empezó a responder incómodo, cuando alguien debajo de él lo interrumpió.

—Ya tenemos planes, ¿no, Yoongi? —afirmó quien lo cargaba, para sacarlo del apuro —Se acercan los exámenes e íbamos a grabar algo.

—Claro —asintió el aludido— tenemos planes —Bueno, si dormir hasta el día siguiente era un plan. Ya había gastado mucha energía en este partido, necesitaba recuperarla.

MIN || YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora