하나

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Taehyung comía fresas en el bus, habían sido un regalo de su abuela al despedirse. Fueron entregadas en una servilleta de tela color crema, junto a un afectuoso beso en la mejilla y un abrazo apretado. Habían lágrimas a punto de estallar en ambos, pero intentaban que la despedida no fuera tan triste, la abuela de Taehyung no quería que su pequeño sintiera su pecho apretado, Taehyung no quería imaginarla llorando sobre la mesita de la cocina.

— Ve a hacer arte con el corazón, hijo mío — le susurró al abrazarlo, Tae sintió ansias ante esas palabras. Y para no dejar escapar sus lágrimas, se fue corriendo hacia el bus que lo llevaría hasta Seúl, le gritó a su abuelita que la amaba mucho con una sonrisa enorme en sus labios aún si sólo quería llorar o rogarle porque se fuera con él, ser un bebé mimado una ultima vez y tenerla a su lado en ese nuevo viaje que haría, pero no pudo hacer más que subir al bus, sin mirar atrás, tragando la tristeza durante todo el camino.

Comía las fresas mientras veía por la ventana, se iba alejando del campo, que era lo único que conocía. Naturaleza, verde por doquier, aire puro y paisajes libres de enormes edificaciones. Era hermoso pero él quería conocer esos lugares que veía en la televisión, tenía miedo, sí, pero se había esforzado por esto toda su vida.

Recuerda que de niño gustaba de dibujar en toda hoja que encontraba, en la escuela sólo quería colorear y dibujar en todo espacio libre de sus cuadernos, entre las ecuaciones y conceptos científicos que no terminaban de llamar su atención. Su abuelita, una campesina que no había terminado los estudios por tener que trabajar a temprana edad, le decía a diario que su único deseo era que fuera a la universidad y Taehyung, ahora que lo estaba haciendo, sentía el pecho apretado. Por primera vez en su vida no estaba esperando por el mañana, sentía que podía vivir el presente, luego de estar años esperando por este día, cuentas regresivas escritas en la pared... cuando empezó a contar los días, faltaban 2046 y hoy era el día cero, esperaba que su abuelita no viera los números escritos que tapaba bajo fotografías de cantantes, le daba miedo que creyera que había una desesperación por alejarse de ella, ya que sólo eran unas enormes ganas de ver el mundo.

Taehyung llegó a un viejo departamento que había arrendado gracias a un anuncio en Internet, era lo más económico que había encontrado por toda la ciudad y al llegar, luego de seis horas de viaje, entendió por qué estaba a ese precio. Las condiciones de su nuevo hogar eran pésimas, pero al menos tenía agua potable, luz eléctrica y en el baño, tanto el inodoro como la ducha funcionaban. Intentó convencerse de que no era tan terrible que la pintura de las paredes se estuviera cayendo a pedazos, que el piso de vieja madera crujiera muchísimo o que la ventana de la cocina estuviera rota; dejando entrar al viento que venía con fuerza a colarse al departamento. También estaba sucio y los muebles; y electrodomésticos, parecían haber sido usados por cientos de estudiantes sin dinero, como él.

Por suerte tenía una semana antes de empezar las clases y también ahorros con los que podría mejorar el estado del lugar.
Se dedicó a limpiar cada centímetro de su nuevo hogar, no podía ocultar que era  viejo, pero sí podía dejarlo limpio y luciendo como un lugar digno. Arregló la ventana rota e intentó reparar pequeñas cosas que estaban averiadas, no todo le resultó, pero al menos logró algo. Y es que así pasaba siempre en su vida, nunca ganaba del todo, pero llegaba a algo.

Con las pocas cosas que traía, intentó decorar y hacer que el lugar se viera acogedor. Era bastante pequeño, con tres ambientes: cocina, baño y el tercer ambiente funcionaba como habitación, living y comedor. Había una pequeña cama frente al ventanal por el que se veía la ciudad (la parte decadente de la ciudad, pero Taehyung podía apreciarlo, sentía que tenía un encanto) frente a la cama estaba el armario, el cual tenía unas puertas que chillaban cada vez que Tae sacaba una prenda. Al costado de la cama, en el suelo, Tae puso una alfombra de muchos colores que su abuela había tejido para él, a veces por la noche, se acostaba ahí y la sentía a su lado, muy cerca.
Al lado de aquella alfombra había un sofá rojo que olía a cigarrillos y que tae rociaba con desodorante ambiental o perfumes cada vez que recordaba. Y al frente del apestoso sofá, estaba una pequeña mesa de madera, con una de sus patas cojas y dos sillas desiguales.
Con todo en contra, taehyung hizo que el lugar luciera bastante bien. Puso sus pinturas y dibujos por todas partes, velas aromáticas por aquí y por allá, montones de libros viejos organizados por color, fotos familiares por las paredes y una taza vieja a la que le hizo una carita feliz, llenó de agua y a diario le ponía flores que cortaba en la calle, era un excelente florero y descansaba sobre la mesa.
Durante toda aquella semana, no tuvo tiempo de ponerse nervioso por empezar la universidad, ya  que se dedicaba a arreglar el departamento y a salir a vagar por las calles de la ciudad, para poder familiarizarse, perderse y volver a encontrarse.

Así que cuando llegó el domingo por la noche, y sabía que en menos de 15 horas estaría conociendo a sus compañeros de universidad y profesores, taehyung entró en pánico, se paseaba de un lado a otro y sentía que era una ratita encerrada en una caja de zapatos. En su laptop sonaba jazz y por primera vez, sintió que lo hacía poner demasiado inquieto, así que se sentó en el sofá con el laptop sobre sus piernas y decidió que haría algo para distraerse.
Se quedó mirando el laptop por unos segundos y mecánicamente escribió la url de un chat que frecuentaba, le gustaba porque ahí contaba con un perfil con información vaga sobre él y una foto propia, lo mejor del chat es que extraños que estuvieran en lugares cercanos, le podían hablar de forma anónima.
Cuando vivía en el campo, entraba ahí con la esperanza de  hacer amigos.
Pero
Ahora vivía en la gran ciudad.
Voy a buscar a un chico, pensó al introducir su contraseña en el sitio.
Y es que taehyung sabía que era gay desde que tenía 10 años y se enamoró de todo niño que se le acercaba y quería ser su amigo, a pesar de que era considerado el niño raro de la escuela (no era su culpa que todos fueran bobos). Pero en un pueblo tan pequeño y llenó de gente homofóbica, taehyung prefería  soñar despierto con chicos lindos que veía en sus dramas favoritos, que realmente buscar a un chico dispuesto a conocerlo.
Y taehyung de 18 años realmente necesitaba conocer el amor, esa había sido una de las razones por las que había querido venir a la gran ciudad, estaba seguro que ahí habían tantos hombres homosexuales que si no vivía su primer amor, entonces definitivamente había algo mal con él.

Cambió su información personal con el corazón amenazando por explotar:

18 años, locación: Seúl, estudiante de Artes, buscando un chico lindo.

Se quedó mirando la pantalla largo rato y  realmente deseó poder conocer a alguien, pensó que su nueva información era precisa, resumía en una frase lo que quería. Estaba cansado de mirar el mundo desde afuera, ver a personas quererse en películas y en los dramas que veían con su abuelita a la hora del té, a veces pensaba que era la única persona sin experiencia en el amor y realmente lo enojaba, ya que enserio estaba preparado para querer a alguien, siempre lo estuvo, estaba seguro que su corazón era tan cálido y grande que podría amar de verdad a algún chico si tan sólo le daban la oportunidad.

Cuando era adolescente una vez leyó sobre la historia de Henri de Toulose-Lautrec, tomó un libro sobre él en la biblioteca, curioso por el aspecto del artista. Era un hombre de baja estatura, afirmando un bastón en una de sus manos. Taehyung aprendió que el artista tenía una enfermedad congénita y debido a eso sus piernas habían dejado de crecer cuando era tan solo un niño y su torso se había desarrollado normalmente. Así, pasó toda su vida sin conocer el amor real y al parecer, sólo estuvo con prostitutas a lo largo de su vida.  La gente se burlaba de su apariencia y por eso, se refugió en el alcohol. Era una historia triste, como la de muchos artistas, pero lo que realmente removió a Taehyung, fue que en una de sus más conocidas pinturas, se podía ver la esencia misma del amor y la intimidad. Y Taehyung no necesitaba haberse enamorado para saber que estaba totalmente enamorado del amor, que podía sentirlo en la esencia de aquellas pinturas y que era la experiencia que más quería vivir, ya que con suerte también encontraría a su musa.

volátil ; taegiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora