여섯

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La fiesta de bienvenida prometía darle todo lo que esperó y más, era uno de esos momentos en que todo parece vibrar, la música, junto al alcohol y las drogas, conseguían elevarte hasta tocar el cielo, Taehyung podría haber estado tocando el cielo, igual que Jimin que bailaba con un estudiante de producción musical de tercer año, mientras se pasaban una botella de cerveza de un lado a otro y se miraban con hambre, era casi adorable, la forma en que Jimin parecía estar teniendo uno de los mejores días de su vida, mientras seducía a Namjoon o como sea que se llamara. Pero Taehyung estaba muy ocupado esperando a que Yoongi lo maravillara una vez más.

Y lo consiguió, desde el momento en que salió en escena, todo vestido de negro y con un estúpido bucket hat que hacía que Taehyung no pudiera ver sus ojos, quería verlos lanzar fuego, pero se conformaba con sentirlo, podía sentir que lanzaba todo su hastío, odio y miseria en rimas que conseguían ser hermosas para Tae. Lucía tan fuerte, completamente diferente de ese muchacho roto que había sostenido en sus brazos, se veía seguro, como si hubiese nacido para hacer justo eso. Gloss se veía como el opuesto de Yoongi, como un completo maldito y Tae se preguntó si así sería Yoongi si no estuviera con el corazón roto y de verdad deseó poder tenerlo en sus brazos sin toda la angustia que llevaba todo el tiempo.

Gloss parecía tener una modesta popularidad entre los estudiantes, por eso se le hizo difícil llegar hasta adelante, cuando lo logró, se quedó completamente embobado viendo sus gestos y expresiones, tenía ganas de llevarlo a casa y poder ver esas expresiones más de cerca. En el momento en que Gloss se percató de su presencia, se dedicó a mirar directamente a los ojos a Taehyung, mientras rapeaba y si quería impresionarlo, lo logró.  La abuela siempre le había dicho que debía enamorarse de alguien que admirara para que las cosas resultaran, entonces pensó que había una posibilidad de que sí fueran el uno para el otro, al menos taehyung estaba seguro de que admiraba a ese chico parado en el escenario frente a toda la universidad. ¿Yoongi, admiras algo de mí?.

Yoongi se acercó hasta estar frente a él, mirándolo desde el escenario, compartiendo energía en miradas que parecían decir todo lo que habían callado en sus encuentros. No estaba seguro de qué era lo que Yoongi quería decirle, pero estaba feliz de ser el mundo del chico mientras rapeaba, al menos por un par de minutos.

El show siguió con un par de canciones y Taehyung podía sentir como algunos ojos atentos lo observaban, personas que se habían percatado de las miradas y gestos lascivos que Yoongi le dedicaba, sintió sus mejillas arder al ver por el rabillo del ojo a unas chicas cuchicheando.

Salió del gentío con una fuerte necesidad de tomar una cerveza, fue por una y decidió que debía dejar de darle tanta importancia al chico, jugar un poco con su deseo. Decidió ir a bailar con otras personas, dejándose llevar por cualquier chico o chica que apareciera delante de él, deseando con todas sus ganas que Yoongi apareciera y viera el espectáculo que había decidido armar como un último recurso.
Sabía que era estúpido, jugar con los celos de quién quieres que te preste atención, pero era una técnica milenaria y no se le ocurría algo más que hacer. Nadie llamaba su atención realmente, sólo ese chico que sabía no estaba a su alcance o quizás sólo estaba muy roto.
Las horas pasaron y el alcohol se fue acumulando, las personas pasaban y pasaban, hasta consiguió un par de números telefónicos de personas que jamás contactaría, no había ningún rastro de Yoongi, se había esfumado.
Decidió volver a casa luego de que Jimin le enviara un mensaje de texto:

"Me llev o a nam Jo on a mi depar tmento 👅💦🔥🔥🔥"

Se alegró de que al menos Jimin estuviera teniendo una gran noche y salió del lugar. Afuera el mundo estaba mucho más tranquilo, eran las cuatro de la mañana y Seúl parecía gentil, libre de todo el gentío que hay en el día, sólo personas volviendo a casa como él y automóviles recorriendo las calles vacías. Era un barrio tranquilo así que decidió caminar a casa, sabía que donde vivía no era exactamente tranquilo, pero tenía un buen presentimiento... Además, sólo tenía consigo un celular es condiciones deplorables y un billete que alcanzaba apenas para un viaje en autobús.
La media hora que demoró a casa, se la pasó recordando a Gloss, decidió que Gloss no era Yoongi, era su alter ego versión chico genial que tiene el mundo a sus pies, Yoongi, en cambio, estaba roto y también era pobre e inestable, pero Tae sabía que era sólo cuestión de tiempo, que al salir de la Universidad Yoongi tenía un gran futuro y que el amor por aquella chica en algún momento se iba a desvanecer, o eso quería creer. Se preguntó durante muchas cuadras ¿Cómo se puede amar a alguien que te hizo tanto daño? Pateó un par de piedras mientras pensaba en que él jamás podría hacer tanto daño, o eso quería creer.

Cuando estuvo afuera del edificio, soltó un largo suspiro, había sido denso, su mente estaba convencida de que debía pensar en Yoongi a cada momento del día.
– Pensé que no ibas a llegar – dijo una voz ya conocida, mierda, por un segundo pareció ser su consciencia.
Yoongi, ah... Parecía ser tradición que sólo apareciera en su vida y colisionara con Tae.

– Pensé que no debería importarte si llego o no — contestó mientras abría la puerta de entrada al edificio, se mordió la lengua al notar lo enojado que había sonado, y ahí recién captó que estaba furioso con ese tipo, molesto porque no había necesidad alguna de invitarlo a una tonta fiesta si no iba a dirigirle la palabra, sólo rapear para demostrar lo cool que era, Yoongi no era nada cool, sólo era un personaje y Tae no iba a soportar mierda de nadie. Wow, realmente estaba molesto y quizás era un poco tonto, pero estaba medio ebrio y la cabeza comenzaba a dolerle y quizás sólo quería sentir como si a Yoongi realmente le importara, aún si por la mañana todo volvía a lo mismo.

– Sólo no pude encontrarte... Vamos, no seas así. – dijo Yoongi mientras se auto invitaba adentro del edificio y comenzaba a subir las escaleras, siguiendo a Taehyung, quién podía sentir la mirada de Yoongi en su espalda. – y cuando te encontré, estabas bastante ocupado bailando.

– ¿Y qué quieres? – preguntó, avergonzado de que Yoongi lo viera bailando con gente que no conocía, borracho y quizás demasiado lascivamente.

– Entrar a tu casa – respondió. Taehyung abría la puerta del departamento apenas, al entrar, cerró la puerta rápidamente. Yoongi lo había visto y había decidido venir a su casa, en vez de acercarse en la fiesta, era el tipo más estúpido ¿Quién diablos hace eso?

Pasó menos de un minuto y abrió la puerta. Yoongi estaba afuera fumando, complacido de poder pasar adentro. Saludando con un beso en la mejilla a Taehyung y este respondió con un beso en los labios, tomándolo de la cintura y avanzando a tientas hasta la cama. Estaba tan enojado, no podía parar los besos, las caricias en el cuerpo de Yoongi que respondía pegándose a Taehyung.

– Creo que te detesto a veces – dijo Taehyung antes de que subieran a la cama.
Yoongi comenzó a reír, los besos se detuvieron y el ambiente se calmó, resultando en Yoongi acurrucado en sus brazos.
– Yo comienzo a quererte, no sé por qué... Pero me dan muchas ganas de estar contigo – ante las palabras de Yoongi, Tae se paralizó por unos segundos, nadie dijo nada por el resto de la noche.

En la mañana, todo parecía un sueño, Tae despertó cuando Yoongi puso música en la computadora y el pan que estaba tostando comenzaba a oler.
– Buenos días, rayito de sol – dijo Yoongi apenas lo vio abrir un ojo.
Taehyung lo vio ahí, en su casa, paseándose de un lado a otro, trayendo el desayuno hasta la mesa, vestido con una camiseta demasiado grande que había sacado del clóset y que sólo tapaba su ropa interior, sus piernas al descubierto y descalzo. Su humor parecía mejor que nunca.

– ¿No tienes resaca? Estoy muriendo aquí – gruñó. Yoongi tuvo la gran idea de sacarlo de la cama a rastras, tirando de él hasta que estuvo de pie y le dio un beso en los labios, tierno.

– Hice un gran desayuno, te quitará todo dolor – sentenció.
El desayuno transcurrió en un silencio que sólo se interrumpía por risitas debido a miradas cómplices, algo comenzaba a cambiar y ambos lo sabían.

Luego de desayunar, Yoongi se desnudó y le pidió a Tae que lo retratara, al principio no quería, su cabeza dolía y la resaca prometía seguir, pero era importante retratarlo para poder conservar el momento.

Los dibujos se hicieron entre besos, caricias y conversaciones sobre tonterías.
– Admiro tu forma de dibujar – murmuró Yoongi cuando la sesión de dibujos había terminado. Y Taehyung supo que definitivamente esto podía resultar, Yoongi lo admiraba y su mirada a cada momento se hacía más cálida.

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Hola... volví después de meses. Tuve muchos problemas personales, desde la muerte de mi madre, hasta que me echaran de la casa de mis abuelos y ufff, mil situaciones feas. Ahora todo marcha bien y puedo volver a darme el tiempo para hacer esto y otras cosas que me gustan.

Me hice un twitter, por si me quieren seguir
(@namjooncutiebby)
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Y pues les pido disculpas por haber tardado tanto.... Aprecio mucho el feedback, los comentarios, las estrellitas, si me hablan en twitter y bue, tengo muchas ganas de hacer amigues, así que vengan si quieren, muac.

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⏰ Última actualización: Sep 26, 2019 ⏰

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volátil ; taegiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora