Los piratas subieron al barco de Bill. La capitana era Janna, la psicópata del mar. Bill gruñó al verla.
-¡Qué coño quieres, Janna!- gritó Tom irritado.
-No es nada personal... ¡Solo quiero la recompensa por vuestra cabeza!- gritó la chica con su espada.- ¡Atacad, mis súbditos!
-¡Eso ya lo veremos!- Bill sacó su espada.
De repente apareció unas llamas azules rodeando la espada. Este empezó a flotar y se lanzó contra Janna. Mientras Beast atacaba a los súbditos de Janna con algo parecido a unos tentáculos hechos de rama. Tom quemó a varios de los discípulos. Mientras que los trillizos trabajaban en equipo. Marco se ocupaba de noquearlos mientras que los dos pequeños se encargaban de acabar con sus vidas.
-¡Ríndete Bill Cipher! ¡No te salvarás de mi!- Janna atravesó el hombro de Bill con su espada y empezó a reír como la verdadera psicópata que es.
-¡Nunca!- siguió luchando.
Janna llegó al borde de donde estaban. Se tropezó y estaba a punto de caerse. Se agarró del borde. Bill se acercó y empezó a reír.
-Hasta nunca, Janna la psicópata del mar...- enterró la espada en la mano de Janna.
Ella gritó de dolor y soltó la mano. Cayó al mar. Empezó a hundirse y su sangre se extendió en el agua. Ella murió ahogada por no tener suficiente energía para nada. Los demás ya habían acabado con la tripulación de Janna y ahora estaban recogiendo el desastre.
-¡Bill! ¡Estás sangrando!- Dipper se acercó preocupado.
-¿Estás preocupado por mi, Pinetree? ¡Me siento tan feliz!- dijo Bill con una gran sonrisa.
-¡Pues claro que sí!- lo miró reprochando.- Vamos, te curo dentro.
Se fueron.
-Que bonito...- se burló Tom.
-Cállate Tom...- suspiró Marco cansado.
-Mejor me voy...- dijo Wirt entrando por la puerta.
Beast no dijo nada y simplemente se fue.
Continuará...