Capítulo 5

21 1 0
                                    

Alexis

Llegamos a la cabaña, le dí a Nathalie unas cuantas prendas para que se cambie, ya que podía enfermarse; al principio se resistió a cambiarse, pero al ver que no iba a dejar de insistir, cedió.

Le dí una camisa negra y un pantalón corto míos que tenía por ahí.

-Todo está muy flojo- dijo Nathalie mirando cómo le quedaba la ropa en el espejo de la pared
- Pues es mía- río desde la silla de madera a cuatro metros aproximadamente
-Ya lo sé, ¿Es lo más pequeño que tienes?
-Ya te dije que sí
-¿Cómo me caí?- ríe recordando lo sucedido
-¿Porqué ríes?, Pudo haber pasado algo malo
-Pero no pasó. Estoy bien, gracias
-No hay de qué...-me levanto de la silla y tomo una manta roja que tenía en la cama- toma, para que no te dé tanto frío
-Gracias- se pone la manta por encima de los hombros- ¿Jugamos?
-¿Eh?, ¿A qué?
- A algo... Para conocerte
-¡Claro!- me mira, esperando a que dijera algo- Oh, ¿Yo escojo qué jugamos?
-Bueno, no tengo mucha experiencia en esto, ¿Sabes?
-Cierto, tu primer amigo
-¿Qué tal si contamos las cosas que nos agradan?
-De acuerdo, empieza tú
-Oh... Me gusta leer, ¿Te gusta leer?
-Me gusta leer, ¿Te gusta la música?
-Me gusta la música...-ríe- ésto es divertido
-Sí lo es- le sonrío
Jugamos eso alrededor de media hora, hasta que se nos acabaron las preguntas.

Avanzamos el proyecto, sus ideas son muy buenas, pero no lo acepta; ella es insegura... Es muy insegura.

Me he dado cuenta de muchas cosas sobre ella, pero no creo que sea momento de decirlo, a penas y me considera un amigo...

¿Su primer amigo?...

Me siento mal por ella, enserio me da mucha lástima y haré lo posible para ayudarla, quiero que sea feliz.

-Alexiiiiis... Tengo sueño
-¿Dormirás más?
- Tal vez...
-Eres una mini dormilona
-Ahhh... Cállate- se recuesta en el piso. ¿Han visto esos gatos que cuando se acuestan parecen alfombra?, Pues similar
- Está bien, vámonos

Acomodamos todo y salimos con fin de ir hasta su casa.

Oh, sí... Sé dónde vive. ¿Cómo?

Cuando íbamos a fiestas, Albert me pedía que fuéramos a recogerla, ya que él no tenía auto... Sólo por eso.

Caminamos, y caminamos.... Y caminamos... Hasta que Nathalie se cansó, entonces sólo yo iba caminando con cuarenta y tantos kilos encima.

SOLOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora