Capítulo 12

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Alexis

Después de arreglar la cocina, decidimos ir a caminar por ahí antes de irnos cada quién a su casa. Nathalie quiso ir al río... Quizás porque era el único lugar que conocía de ahí.

-Me gusta éste río- dijo Nathalie

-¿Por qué?, si puedo saber

-Porque... Me recuerda a ti. No dejo de pensar en éste río, porque me recuerda a ti. Quizás porque me hace falta conocerte. Eres mi primer amigo y no te conozco bien

-No importa que no me conozcas ahora, soy muy fácil de conocer...

-Te conozco igual que éste río...

- ¿Cuánto conoces?

-Sólo conozco ésta parte, la que me has enseñado. Pero me imagino lo demás, debe de ser lindo, como aquí... Pero habrá alguna que otra cascada, ¿no?, también son lindas, pero peligrosas. ¿Eres peligroso?

-Aún no lo sé, aún no he recorrido todo el río, es bastante largo

-Lo debemos de recorrer los dos

-¿Solos?

-¿Hay alguien más?

-¿Te cansarás de caminar?

-Sí, ¿me cargarás?

-No lo sé, estás pesada

-Claro que no, me gustaría...

Reí- Eres una pluma

-Una pluma muy linda, obviamente

-Claro que sí, por eso eres mi amiga

Ríe JESUCRISTO SANTÍSIMO DEL CIELO, QUÉ HERMOSA RISA AHHHH- Soy una pluma de un pavorreal

-Claro... Pavorreal... ¿Con caca?

-¡Oye!, estábamos muy bien...

-Tenía que ser chistoso en algún momento

-No le encuentro gracia

-Yo sí

-¿El chiste era para que te rías tú?

-Para que se ría el árbol

-¿A usted le causó gracia, señor árbol?

-Sí- dije, hablando por el árbol

-Ya cállate- ríe

Caminamos por el río por las partes que conocía, claro. No quería perderme con ella, sería terrible tener que verla estresada y esas cosas. Ya sé que terminaría llorando y sé lo difícil que es que cese su llanto.

Al terminar el recorrido, tomamos otro camino para llevarla hacia su casa. ¡No se durmió! Eso es bueno, ¿no?...

-Está muy oscuro- dijo

-Me sé muy bien el camino, no te preocupes

-¿Cómo aprendiste los caminos?- Toma mi mano... AYUDAYUDAYUDAYUDAYUDA, MIS HORMONAS DE CHICO DE 17 AÑOS ESTÁN LOCAS, AYUDAAA

-Bueno... Conozco éste lugar desde que tengo memoria... Siempre me ha gustado mucho estar aquí, es un lugar que se me hace tranquilo... Siempre que me quiero desahogar vengo aquí

-¿A tu cabaña?

-No especialmente, sólo aquí... Es tranquilo... Me llevo bien con los árboles- río- y con los animales de por ahí

-Genial...Entonces... Ya eres parte de aquí

-Algo así... Vamos, nunca seré un árbol, pero me siento identificado aquí

-Ser tú debería de ser genial

-Debería... Lo es... Pero no le he sacado mucho provecho... No estoy preparado para ser feliz- sonrío- Tú deberías de saber sacar provecho a lo que tienes y a quién eres... Todos somos geniales, sólo falta creérnoslo

-Aún no sé por qué me caías mal...

-Me pregunto lo mismo

-Oh... Ahí está mi casa... ¿Quién está ahí?

-Parece un hombre

-Maldita sea, es-

-Hola, Nath...

-Albert... ¿Qué haces fuera de mi casa?

-Vengo a pedirte perdón

-Cliché- dije

-Sí, lo sé. También el hecho de que no había conocido a alguien como tú, Nathalie. No me refiero a que me golpearan... Tú más que nadie sabes que me han dado miles de palizas... Pero... ¿Qué una chica me insulte? y, a parte, me dé una paliza y ¡QUE ME GANARA EN LA PELEA!, Oh, y olvidé el hecho de que rompiera la ventana de mi auto con MI cabeza, casi rompes mi nariz, por cierto... Pero me haces ver cosas que otras personas no... Pero, eso no es sólo ahora... Nathalie, de verdad- suspira- Yo, de verdad... Yo... Yo...- ríe nervioso- Es complicado decirlo, pero... Yo me enamoré de ti. Al principio sólo fue tu físico... No me importan esas pechugas de las chicas que me quieren seducir, nunca me han gustado... Me gusta tu cuerpo pequeño y tierno- Sonríe, se nota que involuntariamente- Y... Luego me fui enamorando de tu forma de ser... Eres tan tierna y dulce a la vez... Eres inteligente, divertida... Eres mi tipo ideal y... Me arrepiento mucho lo que dije... Sé que soy un tonto pero-

-Un idiota, un descerebrado, cabeza de chorlito, neuronas podridas. Un-

-Está bien, está bien, soy una persona horrible para ti... Pero quiero cambiar, Nathalie, por favor. Quiero cambiar para ti- Sale una lágrima de su ojo. Bien, bien... Nunca lo había visto llorar, tal vez es de verdad...

-Oh, espera, ¿Vienes a que te perdone?... Oh, bueno, eso será difícil, Al... Pero no es imposible, porque sí te quiero, y te quiero mucho.

-¿Me puedes dar un abrazo?

-Ven acá, cabeza de chorlito- Suelta mi mano, se pone de puntillas y abraza a Albert, que hunde su cabeza en el cuello de Nathalie

Nathalie

¿Qué demonios pasa por la cabeza de Albert? Quisiera saber eso... Me gustaría saber cómo es que piensa arreglar todo lo que hizo y deshizo.

He de decir que extrañaba sus abrazos... Albert tal vez sea un idiota y un cabeza de chorlito, pero sus abrazos son reconfortantes. Tal vez es lo que necesitaba después de todo, un abrazo.

-Me... Me tengo que ir, Nath- Se separa de mí Albert. Aún podía ver sus ojos húmedos y rojos. ¿Enserio lloró?... No sé cómo me hace sentir eso.- Necesito ir a casa

-Ya lo sé. Ve a casa

-Adiós- sonríe no muy animado, le da un cabeceo a Alexis que se la devuelve y se va.

No dije nada, Alexis tampoco. Sólo me acompañó a la puerta de mi casa, luego de eso sólo le sonreí, me sonrió, se dio la vuelta, se fue y yo entré a mi casa.

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